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Casa Alfaro: lecciones de un siglo de alpargatas

En 2018, Casa Alfaro se trasladó a un mayor espacio en el Casco Viejo de Zaragoza, en el número 22 de la calle San Lorenzo. “Durante 35 años seguimos en una tienda pequeñita, ahora estamos en la misma calle”, relata Georgina Alfaro, cuarta generación de la familia fundadora.

Casa Alfaro: lecciones de un siglo de alpargatas
Casa Alfaro: lecciones de un siglo de alpargatas
Casa Alfaro, a la que ya se ha incorporado la quinta generación de la familia, lanzó su tienda online en 2018.

Isabel Carmona

13 oct 2022 - 05:00

“Jugaba entre alpargatas, igual que mi madre”, relata Georgina Alfaro al recordar su infancia. La riojana, ya jubilada, forma parte de la cuarta generación de famili fundadora de la zapatería Casa Alfaro, cuyos orígenes se remontan a 1905 en el pueblo Cervera del Río Alhama, de apenas 2.000 habitantes.

 

 

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Allí, a los pies de la sierra de Alcarama, Gerardo Melero y Sebastián Alfaro instalaron una pequeña alpargatería que fue creciendo hasta proveer de calzado de verano a todo el municipio. “Por aquel entonces, las alpargatas las llevaba la gente humilde”, rememora Alfaro.

 

Posteriormente, se incorporaron sus hijos y nueras al negocio, y fueron sus nietas las que decidieron trasladarse a Zaragoza, instalándose en un local en el Casco Viejo, donde continúa hoy. “También entonces estábamos en época de crisis”, comenta la nieta de los fundadores, que, junto con sus hermanas, asumió el oficio familiar y lo llevó a la capital aragonesa en la década de los ochenta.

 

Al principio, la empresa traía las alpargatas del pueblo, pero poco a poco trasladó la producción a Zaragoza, en el mismo local en el que se vende el producto. “La clienta es la que más nos ha enseñado, nos ha hecho probar cosas, en los noventa llegamos a hacer bolsos, pero no funcionaron”, apunta Alfaro, que asegura que una de las mayores lecciones que ha aprendido en su trayectoria es a experimentar.

 

 

 

 

Casa Alfaro, a la que ya se ha incorporado la quinta generación de la familia, lanzó su tienda online en 2018 y está en proceso de ampliar su cartera para incluir calzado de invierno. Además, otro de los fuertes del comercio es el contacto directo con el cliente: “no podemos competir con otras marcas en precio, pero sí en cercanía”.   

 

“Nuestros clientes nos buscan mucho; en 2020, durante los meses duros de la pandemia, ya en mayo recibíamos llamadas”, recuerda Alfaro, hoy jubilada. Sus hijos, Silvia, Daniel y Alejandro diseñan y confeccionan las alpargatas desde el mismo local en el Casco Viejo de Zaragoza, donde el comercio se ubica desde los ochenta. “Somos pequeñitos así que todos hacemos un poco de todo, pero tenemos desde la talla 20 hasta la 47 y con varias alturas”, describe la empresaria.