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Carrera y Carrera ‘conquista’ el barrio de Salamanca con una apertura en Serrano

La compañía madrileña de joyería se ha instalado en el número 27 de la calle, junto a Agatha Ruiz de la Prada.

I. P. Gestal / C. Pareja

9 ene 2017 - 04:57

Carrera y Carrera ‘conquista’ el barrio de Salamanca con una apertura en Serrano

 

Carrera y Carrera brilla en la milla de oro madrileña. La compañía de joyería, que se encuentra inmersa en un intenso plan de expansión internacional, ultima la apertura de un nuevo establecimiento en el barrio de Salamanca de la capital española.

 

La nueva tienda está situada en el número 27 de la calle Serrano, junto al flagship store de Agatha Ruiz de la Prada, y cuenta con 160 metros cuadrados. La operación ha sido asesorada por Aguirre Newman.

 

El nuevo establecimiento de Carrera y Carrera en Madrid se enmarca en el plan de desarrollo de retail que la empresa está llevando a cabo tanto en España como en el extranjero. En concreto, la compañía ha puesto el foco en mercados como China, donde la marca ya tiene muy buena adaptación. De hecho, los turistas chinos copan ya el 40% de las ventas en destinos turísticos como Dubái o Praga.

 

 

Otro de los mercados estratégicos de Carrera y Carrera es Oriente Medio, donde abrió en 2014 una filial en Emiratos Árabes, que se sumó a las otras cinco que componen la estructura de la empresa y que están ubicadas en Moscú, Tokio, Hong Kong, Nueva York y Macao.

 

Serrano, destino de lujo

Después de años en que la actividad se trasladó a calles más secundarias del barrio de Salamanca, las operaciones han vuelto con fuerza a Serrano. El año pasado, Loewe renovó su flagship en este enclave, situado en la confluencia con la calle Goya, para convertirla en su mayor tienda del mundo.

 

La compañía alemana Hugo Boss escogió también Serrano para instalar su establecimiento de referencia en el mercado español el año pasado. El local, de 623 metros cuadrados, estaba antes ocupado por Bdba y se encuentra en el número 28 de la calle, frente al que ahora ocupará Carrera y Carrera.

 

Otro de los grupos internacionales que apostaron por Serrano para impulsar su presencia en el mercado español fue Swarovski, que abrió su segunda tienda propia a pie de calle en Madrid en el número 44.

 

 

También los grandes almacenes El Corte Inglés han llevado a cabo un lavado de cara en el eje del lujo de Madrid. La compañía reorganizó su oferta comercial en la calle, dedicando su centro de Serrano con Ayala a moda masculina de gama alta y concentrando su oferta para mujer en el de Serrano con Ortega y Gasset.

 

El enclave de lujo también ha seducido a marcas de moda outdoor como Timberland, una de las firmas del grupo VF que mejor funciona en España y que escogió el número 46 de Serrano para abrir su primer establecimiento en el centro de la ciudad.

 

Por su parte, otros grupos de moda deportiva como Nike o de gran distribución como Inditex se han instalado en la vertiente históricamente menos comercial de esta arteria comercial, en los números más bajos, revitalizando también esta zona de la calle.

 

Carrera y Carrera: 130 años y tres propietarios

Carrera y Carrera comenzó su andadura en 1885 de la mano de Saturio Esteban Carrera, quien estableció un pequeño negocio de joyería en el Barrio de las Letras de Madrid. En la década de los años veinte, José Esteban Carrera, hijo de Saturio, asumió la gestión de la empresa tras aprender el oficio de lapidario en París.

 

Más tarde, se incorporaron al negocio también sus sobrinos: José, Saturio, Pedro y Andrés, quienes trabajaron para la compañía en sus años de esplendor, la década de los cincuenta y sesenta, cuando la marca ganó relevancia internacional de la mano de las actrices de Hollywood que visitaban entonces España.

 

El relevo a la cuarta generación se produjo en la década de los sesenta, cuando Manuel Carrera, bisnieto de Saturio, tomó las riendas de la compañía y comenzó a desarrollar sus primeros pasos en el extranjero.

 

 

En 1999, un grupo de inversores liderados por María Eugenia Girón y Louis Urvois, junto con 3i, se hicieron con el control de la compañía. En 2004, se unió a ellos la familia Lladró, que terminó por hacerse con el 100% de la empresa en 2006.

 

Los Lladró, que pagaron algo más de quince millones de euros por la firma, la vendieron en 2010 a Caruli Limited, una entidad con domicilio en Londres y controlada por un magnate ruso por un importe que no trascendió.