Empresa

Cardin y Gaultier: dos caras de distintas monedas

9 may 2011 - 00:00

Modaes.- La semana pasada fueron noticia la adquisición de la firma de moda Jean Paul Gaultier por parte de Puig con la puesta a la venta de Pierre Cardin. La coincidencia ha hecho que algunos analistas se hayan aventurado a afirmar que la moda francesa está en venta. La realidad es muy diferente, sobre todo, porque Pierre Cardin, ni como empresa ni como modelo de gestión tiene nada que ver con Jean Paul Gaultier. Ya no es que no sean dos caras de la misma moneda. Es que se trata de dos monedas distintas.

Jean Paul Gaultier, del cual Puig se ha hecho con un 60% ante la venta de la familia fundadora y de algunos minoritarios de un 15% adicional, era un grupo pequeño, pero integrado en un gigante como Hermès. Jean Paul Gaultier perdía dinero pero había maximizado el valor de su marca, identificada con un público joven, vanguardista y de alto poder adquisitivo.

 

Con apenas treinta tiendas en todo el mundo, la compra de Puig ha valorado Jean Paul Gaultier en más de 66 millones de euros, cuando el grupo apenas factura 26 millones de euros, es decir el multiplicador sería 2,5 euros por euro facturado. Un cálculo conservador ya que los minoritarios y la familia han vendido a un precio superior a Hermès, si bien éste no se ha hecho público.

Por otro lado, Pierre Cardin, al contrario que Jean Paul Gaultier, nunca se integró en un gran grupo de moda. Su fundador siempre se ha mantenido independiente y nunca ha facilitado los datos económicos de su empresa, por lo que medios como Le Figaró le denominan “el imperio misterioso”.

 

Algunas fuentes especulan que pueden facturar cerca de 500 millones anuales, pero se desconocen los datos concretos. Algunos bancos de negocios han calculado que Pierre Cardin no puede valer más de 200 millones. El pequeño detalle  es que su fundador pide 1.000 millones. Estos bancos critican que el precio que pide Pierre Cardin está fuera de mercado.

 

Y, además, a pesar de ser un grupo muy superior a Jean Paul Gaultier en volumen de negocio, el grupo de Cardin ha sido puesto en numerosas ocasiones como el ejemplo de cómo no se ha de gestionar una marca.

 

Estudios de escuelas de negocio señalan que grupos como Lois Vuitton o Cartier obtienen márgenes por encima del 79%, mientras que Cardin que, en 1988, últimos datos fehacientes, tenía 800 licencias en 94 países, ha visto como su rentabilidad se desploma. 

 

Pierre Cardin llegó a vender licencias hasta de cigarrillos y gorras de beisbol. Una política salvaje que ha acabado depreciando la marca francesa. Incluso si el octagenario Pierre Cardin obtuviese los 1.000 millones que demanda, el multiplicador sería 2 euros por cada euro facturado. Por debajo de lo abonado por Puig a Hermès. De manera que una vez más, los dos casos serían un buen ejemplo de aquel dicho de que lo barato sale caro.