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Callaghan abre nueva etapa: I+D, integración e internacionalización para encarar los próximos cincuenta años

Grupo Hergar cumple medio siglo en un contexto de transformación del sector. Pero Basilio García, consejero delegado e hijo del fundador, asegura que es sólo un cambio de ciclo más para una empresa que ya se ha reinventado otras veces.

Iria P. Gestal

21 dic 2018 - 04:54

Callaghan abre nueva etapa: I+D, integración e internacionalización para encarar los próximos cincuenta años

 

 

Mucho ha cambiado en Arnedo desde 1968. Hace ahora cincuenta años que Grupo Hergar, dueño de Callaghan o Gorila, echaba a andar en esta localidad riojana. Desde entonces, ni el país, ni el sector, ni la forma de consumir es la misma. La compañía ha sobrevivido a la deslocalización, a la crisis del multimarca y al auge de las sneakers, su principal canal de ventas, y hoy, todavía en manos de la familia fundadora, factura 44 millones de euros y da empleo a 180 personas en la misma localidad que le vio nacer.

 

Ahora, el grupo se enfrenta a un nuevo entorno complejo. “Se está abriendo una etapa en la que se juntan muchas cosas: la desaceleración global, la evolución en la forma de vender…”, apunta Basilio García, consejero delegado e hijo del fundador, Basilio García Pérez-Aradros.

 

“Hoy competimos con Apple, con Netflix…”, reconoce el directivo. Con todo, García ve este contexto como “la gran oportunidad” para que el retail se transforme. “El online tampoco es la panacea, creo que veremos grandes cambios y que el sector de la distribución física va a evolucionar hacia conceptos más interesantes”, apunta el empresario.

 

 

 

 

En cualquier caso, esta no es la primera piedra que la compañía se encuentra en el camino. En sus primeros diez años de historia, Hergar se dedicó a fabricar para terceros desde su planta en Arnedo, que todavía mantiene. “Un día, un cliente holandés le dijo a mi padre que en Portugal le hacían el calzado cincuenta pesetas más barato; a mi padre se le encendió una alerta: entendió que o hacíamos algo o desapareceríamos”.

 

Ese comentario fue el detonador para el lanzamiento de la primera marca del grupo, Tanke, cuyo diseño estaba inspirado en botas de caza fabricadas con pieles impermeables y cosidas a mano.

 

“El producto tenía tanta fuerza que fue un fenómeno sin hacer publicidad”, recuerda García. Sin embargo, la integración de los epígrafes bajo los que se registran las marcas dio pie a un conflicto con otra empresa, que tenía ya registrada la firma para calcetines y que terminó por quedarse también la marca para calzado.

 

“Tenemos un compromiso constante con la innovación, pero para eso es necesario trabajar de cerca con los proveedores”, asegura Basilio García

 

El punto de inflexión para Grupo Hergar llegó en 1987, cuando nació la marca estrella del grupo, Callaghan. “Fue una revolución, España acababa de entrar en la Unión Europea, la moda vaquera irrumpió en España y la marca tuvo muy buena aceptación”, recuerda el ejecutivo. El nombre lo tomaron de Harry El Sucio Callahan, el inolvidable personaje de Clint Eastwood de la película de 1971.

 

Dos décadas después, llegó la primera gran innovación en producto, con el lanzamiento de los primeros náuticos con cámara de aire, lo que le daba un extra de confort al calzado, y en 2004 llegó Adaptation, una tecnología que permite que el calzado se adapta al pie.

“El producto está en el centro de la estrategia; gigantes como Nike o Adidas son empresas de márketing, de comunicación, de diseño, el producto es casi lo de menos”, opina García. “Nuestra estructura es al revés”.

 

 

 

 

Este es precisamente uno de las palancas de crecimiento del grupo para los próximos años. “Tenemos un compromiso constante con la innovación, pero para eso es necesario trabajar de cerca con los proveedores y contar con las herramientas informáticas para poder reaccionar rápido”, señala el ejecutivo. La integración debe extenderse, según García, hasta el punto de venta, trabajando de manera estrecha con comercios multimarca para poder innovar y ser flexibles.

 

“Nosotros entendemos que nos debemos al consumidor final, y tenemos que lograr darle lo que quiere cuando quiere”, asegura. La compañía, que cuenta con un equipo de doce personas dedicadas al diseño e innovación, ha logrado reducir su lead time hasta tres semanas.

 

 

 

 

Otra de las palancas de crecimiento de la compañía es la internacionalización. La empresa está presente en treinta países, con Italia como principal punta de lanza. Callaghan genera ya el 40% de las ventas en el país transalpino, donde cuenta con un equipo propio, y prevé que el mercado pueda llegar a superar al español a corto plazo.

 

Aunque llegó a tantear la franquicia, el multimarca continúa siendo su principal canal de venta, junto con alguna tienda propia puntual. “No tenemos claro que el retail sea lo suficientemente rentable”, asegura García.

 

La compañía, que emplea a 180 personas, se enfrenta ahora al reto de sobrevivir a los próximos cincuenta años. “Es el momento de armar los cimientos para llegar a cumplir cincuenta años más, independientemente de los ciclos económicos”, sentencia el ejecutivo. ¿Cómo será Grupo Hergar cuando sople cien velas? “Más fuerte en el extranjero, el producto seguirá en el centro y, probablemente, no será sólo calzado”.