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C&A, el elefante que quería ser gacela

Tras desprenderse de sus negocios en Brasil, México y China, el grupo europeo se centra ahora en sus operaciones en Europa en busca de una estructura menos pesada y transversal. En dos o tres años, quizás, C&A Europa podría buscar su futuro en la bolsa.

Pilar Riaño

9 sep 2020 - 04:57

C&A, el elefante que quería ser gacela

 

 

 

El elefante es uno de los animales con una más memoria. El tamaño de su cerebro no influye en su inteligencia, pero sí en la capacidad de recordar. El cerebro de los elefantes tiene también miles de neuronas más que el humano, lo que le otorga una estructura compleja. Pero, en la selva, a veces tener mucha memoria y tamaño no sirven para competir y es el más rápido el que más se salva de los depredadores. En la selva de la moda, C&A es un gran elefante que envidia la velocidad de la gacela.

 

Aunque hace años que C&A, propiedad de la familia Brenninkmeijer a través de Cofra Holding, dejó de hacer públicos sus resultados, la empresa continúa siendo uno de los mayores operadores de Europa en el negocio de la moda. La facturación global de C&A se sitúa en alrededor de 6.700 millones de euros, según estimaciones realizadas por Deloitte. Esta cifra sitúa C&A lejos de más de 28.000 millones de Inditex o los más de 22.000 de H&M, pero en un nivel similar al de la danesa Bestseller o la estadounidense PVH.

 

También era hasta ahora uno de los mayores grupos del mundo, pero su estrategia para ganar velocidad le ha llevado a desprenderse de las unidades que le daban volumen internacional. Con Europa como negocio más antiguo, de mayor tamaño y, sobre todo, más rentable, C&A completaba su estructura con filiales en China, Brasil y México. Las tres han salido de su órbita durante los últimos años.

 

 

 

 

El primer movimiento llegó en 2019, antes del impacto de la pandemia del Covid-19. C&A sacó a bolsa su negocio en Brasil con miras a captar recursos para reforzar su expansión en el mercado con la apertura de 159 tiendas, que se sumarían a las cerca de 300 con que contaba el grupo en el país en aquel momento.

 

Otra desinversión llegó también antes de que la pandemia asolara el mundo. En febrero de 2020, cuando el Covid-19 no había afectado todavía al consumo en gran parte del planeta, C&A cerró la venta de su negocio en México a Grupo Axo. La empresa europea llevaba más de veinte años en el país, donde contaba con unas setenta tiendas.

 

El último paso se dio el pasado agosto. La compañía, que cuenta con una doble sede (en Bélgica y Países Bajos), vendió su negocio en China al fondo de inversión Zhongke Tongrong, en una operación cuyo importe no trascendió pero que permitió al grupo europeo deshacerse de un negocio que “financieramente era un desastre”, según explican a Modaes.es fuentes cercanas a la empresa.

 

Estas tres operaciones son el resultado del cambio estratégico que el grupo inició hace tres años, antes de que Alain Caparros, consejero delegado del grupo en Europa hasta el pasado marzo y el primero ajeno a la familia en incorporase a la empresa. En enero de 2018 trascendió una posible venta de C&A por parte de la familia fundadora, pero las negociaciones llevaban tiempo cocinándose: la familia quería vender el grupo para desarrollar un plan centrado en China y otros mercados estratégicos.

 

Los Brenninkmeijer abrieron conversaciones con potenciales inversores chinos, pero las negociaciones no prosperaron y se redimensionó la estrategia: tras descartar la venta total se decidió desmembrar el negocio para centrarse en Europa, que lleva en la diana de C&A hace ya años.

 

 

 

 

A finales de 2016, el grupo puso en marcha una profunda reestructuración de su negocio para devolver a C&A, como dijo su entonces consejero delegado en Europa, Philippe Brenninkmeijer, al nivel de ingresos y rentabilidad donde debería encontrarse.

 

La reorganización de la red de tiendas ha sido uno de los focos del trabajo de C&A durante los últimos años, con el cierre de decenas de establecimientos no rentables en el conjunto de Europa. En España, dicho plan de reorganización del negocio incluyó un expediente de regulación de empleo (ERE) sobre 300 empleados, el 16% de su plantilla en el territorio. A principios de 2017, el grupo también emprendió el cierre de 23 establecimientos en el mercado español.

 

Completada la reestructuración, C&A suma 31.000 empleados en Europa, un continente en el que opera con cerca de 1.400 establecimientos en 18 países, de los cuales Alemania es el más relevante y copa la mitad del negocio total. Tras sanear su red de distribución, la empresa se centra ahora en sus operaciones, “con una centralización progresiva de funciones y una simplificación de estructuras”.

 

 

 

 

Fuentes cercanas a la compañía señalan que uno de los problemas de C&A es que cuenta con una organización propia de hace una década y que algunos países tienen una “estructura muy pesada”. Siguiendo la reestructuración llevada a cabo en España en 2017, mercados como Bélgica y Países Bajos acaban de unificarse, un movimiento que se repetirá en más territorios.

 

C&A piensa además en crear un gran hub europeo en el que se centralicen determinadas funciones y que cada vez más directivos desarrollen cargos o funciones transversales, lo que reduciría estructura y permitiría ganar velocidad.

 

En paralelo, la compañía acaba de introducir una nueva identidad de marca para rejuvenecer a uno de los decanos de la moda en Europa, que a partir del próximo 15 de septiembre pasará a contar con un nuevo capitán que, por primera vez, será una mujer. Aunque el traspaso comenzará a mediados del mes en curso, no será hasta el 1 de enero cuando Giny de Boer tome el cargo de consejera delegada de C&A Europa.

 

De Boer, afincada desde hace años en Barcelona, será la encargada de convertir en gacela a C&A aportando el conocimiento y la experiencia cosechada en una de las multinacionales europeas más admiradas del mundo: Ikea. De Boer se incorporó a Ikea en 1995 y su carrera la llevó a dirigir el negocio del sur y el este de Europa del grupo de mobiliario, cargo que ha dejado para incorporarse a C&A.

 

Fortalecer, limpiar y sanear”, resume un directivo cercano a la compañía, que en paralelo continúa analizando nuevos mercados, como Ucrania o Grecia, para ganar todavía más cuerpo en el territorio europeo. La compañía vuelca ahora toda su energía en darle la vuelta al negocio en el Viejo Continente con miras a, “en dos o tres años”, repetir la misma operación que en Brasil.

La familia Brenninkmeijer no quiere desvincularse de la actividad que le dio origen, C&A, por lo que una salida a bolsa permitiría conseguir este extremo y, a la vez, que el negocio diera un salto adelante. Cofra Holding es el brazo inversor de la familia fundadora del gigante europeo del textil. El grupo divide su actividad en tres compañías: C&A, Redevco, Bregal Investment. A ellos hay que sumar Anthos Fund & Asset Management, que se constituyó hace casi cien años, en 1929, para gestionar el capital de la familia Brenninkmeijer invertido en diferentes activos, filantropía o fondos de pensiones.

 

Bregal Investments, lanzado en 2002, es una firma de capital riesgo que cuenta con alrededor de noventa profesionales en oficinas en Londres, Nueva York, Múnich y Dallas. A lo largo de su trayectoria, Bregal ha invertido alrededor de 15.000 millones de euros en compañías de tamaño medio (menos de 500 millones de euros de valoración) en Norteamérica y Europa.

 

Redevco, por su parte, inició su desarrollo en 1999. Se trata de una compañía especializada en el sector inmobiliario y cuenta con una cartera de 293 activos valorados en 7.400 millones de euros bajo gestión en doce mercados en Europa.