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Argentina: el éxodo del negocio mundial del lujo

Modaes

6 nov 2014 - 12:00

Louis Vuitton 635

 

Louis Vuitton, Fendi, Calvin Klein o Ralph Lauren; Argentina se queda sin firmas de lujo. El país lleva cuatro años viendo como los principales operadores del sector premium se repliegan y abandonan el mercado. La razón de su salida de Argentina es las restricciones a la importación que impiden a las firmas ofrecer sus colecciones al completo y que ponen difícil operar con normalidad.

 

La retirada comenzó en 2010, cuando la italiana Emporio Armani anunció su salida del mercado argentino. Un año más tarde se sumaron a la lista la francesa Yves Saint Laurent, la alemana Escada y la estadounidense Ralph Lauren. En 2012 le llegó el turno a Louis Vuitton y Calvin Klein, mientras que el año pasado lo hicieron otras firmas como Cartier, Fendi y Kenzo.

 

Pese a que no todos los operadores han destacado que su marcha se debe a los mismos motivos, la mayoría abandonan el país por el elevado proteccionismo del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y su interés por beneficiar a la economía doméstica.

 

La mayoría de firmas de lujo tienen que importar sus productos a los países donde extienden su red de distribución, debido a que sus procesos de creación y fabricación se realizan, mayormente, en proximidad. El grueso de los proveedores con los que trabajan, así como sus fábricas propias, están ubicadas en sus países de origen o en mercados próximos, por lo que deben mandar los productos a los mercados en los que venden.

 

Si bien es cierto que algunos de los procesos de fabricación se realizan en países como China pero la esencia de los artículos se sigue realizando en proximidad. Si a los costes básicos que tiene la exportación a mercados internacionales se suman trabas y sobrecostes añadidos por los países a los que llega la mercancía, los números terminan por no salir. En el caso de Argentina, parece que al ejecutivo de Fernández de Kirchner no le importe demasiado perder a este tipo de firmas.

 

Al ser preguntado por la marcha de Louis Vuitton, el ministro de turismo argentino, Enrique Meyer, afirmó que “está en todos lados y a veces hasta demasiado”. “En algunos lugares está sólo para enseñar su cartel, aunque no vendan”, destacó en el momento en el que la firma anunció su salida del país.

 

Por su parte, el secretario de Estado subrayó que “la expansión de la marca país y todas las submarcas como Cardon o Pampero, que están desde Londres hasta Dubái, son positivas para Argentina”.

 

Una de las consecuencias de este éxodo de marcas de lujo la está viviendo un país fronterizo con Argentina. Han sido muchas las enseñas que han decidido cambiar al país sudamericano por Uruguay, que se encuentra en una situación económica mucho mejor que la que vive Argentina, además de poner muchos menos problemas a la hora de importar productos.