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Aniz: nueva vida para los desechos de la industria nupcial

Alejandro Soriano y Elena Irisarri lanzaron Aniz en 2018. Ambos se conocieron cuando trabajaban para el proveedor japonés de ropa de fast fashion Itochu. Unos años después, tras haber cambiado ambos de trabajo, decidieron unirse para fundar Aniz.

L. J.

19 oct 2020 - 04:41

Aniz: nueva vida para los desechos de la industria nupcial

 

 

Impulsado por Instagram y Modaes.es, Fashion StartUp Contest celebra su primera edición en 2020 con el objetivo de poner en valor el dinamismo emprendedor del negocio español dela moda. La iniciativa, que cuenta con la colaboración de EY y El Ganso, también pretende ayudar a descubrir nuevos proyectos empresariales, en un momento particularmente importante para el sector tras el impacto del Covid-19.

 

La iniciativa nace con la vocación de contribuir a la visualización de empresas que protagonizarán una nueva generación de éxito en la moda española. Fashion StartUp Contest, cuyo funcionamiento está regido por comité de expertos, ofrecerá una amplia difusión a las start ups seleccionadas y un conjunto de premios al ganador: la start up más prometedora del sector de la moda en España.

 

Nombre: Aniz

 

Año: 2018

 

Referente internacional: Reformation y House of Sunny

 

Como definiría el proyecto en una frase: “Producir tops únicos que no puedan encontrarse en otro sitio”

 

Misión: “Conseguir hacer de la moda una industria menos contaminante y más sostenible”

 

Visión: “Hacer productos únicos, diferentes y que además sean sostenibles”

 

 

Desechos de la industria nupcial convertidos en tops de tendencia. Esa es la idea detrás de Aniz, una start up fundada en 2018 por Alejandro Soriano y Elena Irisarri, quienes tras pasar por grupos de fast fashion y proveedores, quisieron dar un giro a su vida profesional y fundaron esta joven empresa de moda femenina y sostenible.

 

“Cerramos el círculo”, asegura Soriano. La empresa se dedica a hacer colecciones limitadas de tops con los tejidos que otras marcas y proveedores no utilizan y que, por tanto, se acabarían tirando. “El 30% del tejido acaba en la basura”, continúa.

 

Soriano e Irisarri se conocieron trabajando para el proveedor textil Itochu. Él se trabaja en el departamento financiero y ella, en diseño. Después, sus caminos se separaron e Irisarri fichó por Inditex, donde trabajaba hasta que hace dos años decidieron emprender con una inversión de menos de 10.000 euros.

 

La empresa concentra el grueso de sus ventas en el canal online, donde distribuye a España, el resto de Europa (que copa un 10% de la facturación) y Estados Unidos. La crisis del coronavirus ha afectado a los planes de crecimiento de Aniz. Antes tenía presencia en tres tiendas multimarca, pero una de ellas cerró. No obstante, a partir del próximo enero quiere seguir creciendo en este canal y potenciar los envíos online a todo el mundo a través de dropshippers.

 

 

 

Soriano e Irisarri son de momento los únicos socios de la compañía y también sus únicos empleados. La empresa tiene su sede en Barcelona y sólo externaliza la producción, que se realiza en talleres de la capital catalana y de Málaga.

 

Aniz cerró el último ejercicio con una facturación de 5.000 euros, pero este 2020 ya ha superado la cifra. Su pronóstico para este año es facturar 10.000 euros, el doble que el año anterior. La empresa todavía no está en beneficios, pero prevé alcanzar el break even el próximo año.

 

Para apoyar este crecimiento, la empresa ha lanzado recientemente dos líneas de negocio:  la venta de vaqueros Levi’s usados en buen estado y un modelo de alquiler. “Sacamos dos memberships de dos o tres tops; no ganamos mucho con ello, pero es una buena forma de darnos a conocer y llegar a nuevas generaciones que no pueden gastarse tanto dinero en un top”, sostiene el emprendedor. ¿Se puede escalar la producción a partir de desechos? “Por ahora sí, pero si el stock de retales no es suficiente en el futuro, buscaremos tejidos sostenibles”, apunta Soriano.