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Especial 2022: el año en que el mundo  se hizo más pequeño

2022, el año en que Mango lanzó la ofensiva para capitalizar su ecosistema

La compañía cierra el año en que, pese a los sobrevenidos, ha podido capitalizar la transformación liderada por Toni Ruiz y emprender una nueva etapa con el objetivo de seguir arañando cuota con una ofensiva en mercados y canales.

2022, el año en que Mango lanzó la ofensiva para capitalizar su ecosistema
2022, el año en que Mango lanzó la ofensiva para capitalizar su ecosistema
Mango presupuestó unos 120 millones de euros de inversión en tecnología, logística, instalaciones y tienda para 2022.

I. P. G.

27 dic 2022 - 05:00

Mango arranca una nueva etapa con el objetivo de arañar un trozo más grande del pastel. La empresa, que culminó en 2019 su plan estratégico, emprendió en 2022 una ofensiva con dos pilares: seguir ganando penetración y capitalizar la flexibilidad que le da su diversificación de mercados y canales, que el grupo denomina “ecosistema”.

 

Esa diversificación es, según la compañía, la que le da también la posibilidad de reaccionar rápido ante entornos de incertidumbre. Fue lo que hizo, por ejemplo, tras el estallido de la guerra en Rusia: la compañía fue la primera española en suspender temporalmente sus actividades en el país, donde operaba con una red de 120 establecimientos, y en verano terminó cediendo sus tiendas propias a sus franquiciados locales.

 

El gran hito del año para Mango también tuvo que ver con ese ecosistema de mercados y canales: la empresa reemprendió en primavera su expansión en Estados Unidos con la apertura de un flagship store en la Quinta Avenida de Nueva York. La tienda fue el pistoletazo de salida de un plan que pasa por convertir el país en uno de sus cinco mayores mercados. La hoja de ruta contempla abrir treinta tiendas hasta 2024 en el país (donde también trabaja con Macy’s), y realizar una fuerte ofensiva online tanto con su canal propio como a través de terceros para que aporte el 70% de la facturación en Estados Unidos.

 

Otro de los focos de expansión de Mango es India, donde opera de la mano del grupo local Myntra, con quien abrió diez tiendas sólo en el primer trimestre. Durante 2022, Mango también siguió expandiéndose en territorios maduros europeos como Francia, Italia o Reino Unido, y en España, donde está apostando por ciudades de tamaño medio donde todavía no tiene presencia para continuar arañando cuota de mercado. Además, firmó un acuerdo con Fox Group en Canadá para abrir veinte tiendas en diez años. En total, el grupo tenía previsto finalizar 2022 con 2.600 establecimientos.

 

 

 

 

Para hacer frente a este desarrollo, Mango presupuestó unos 120 millones de euros de inversión en tecnología, logística, instalaciones y tienda para 2022, casi el triple que el año anterior. A cierre del primer semestre de ejercicio, el grupo ya había finalizado la obra civil de la ampliación de su centro logístico de Lliçà d’Amunt (Barcelona) y en la segunda mitad del año comenzó las obras para la construcción de un nuevo edificio en su cuartel general, que está previsto que entre en funcionamiento en 2024.

 

Oferta y sostenibilidad

La compañía también siguió definiendo su nueva cartera de producto, capitalizando algunos lanzamientos como Mango Teen, impulsada a finales de 2020. Como la apuesta por Estados Unidos, esta no es la primera vez que Mango lo intentaba con los preadolescentes (el proyecto de Rebels, en 2012, terminó guardado en un cajón), pero esta vez parece haber dado con la tecla: la empresa tenía previsto cerrar 2022 con una red de once tiendas independientes de esta línea y emprender su desarrollo internacional en 2023. La previsión de facturación pasaba por alcanzar 200 millones en 2022, incluyendo también la línea de moda infantil.

 

La compañía también ha continuado apostando por la línea de hogar, Mango Home, que cumplió su primer año en 2022 expandiéndose con el salto a nuevos territorios como Estados Unidos, con lo que opera ya en más de una treintena de países.

 

Durante el último año, Mango se ha acercado también al segmento premium, una apuesta a la que se han sumado otros gigantes de la gran distribución como Inditex. La compañía lanzó en agosto Selected, una colección de ropa para mujer con precios que llegan hasta 300 euros y se componen con materias primas como piel, lana, cashmere y seda. En cambio, su otro proyecto en la gama premium, Alter Made, no dio los objetivos esperados y se suspendió en 2022 tras un año de recorrido.

 

El otro cambio que realizó Mango en su estructura de colección en 2022 fue la absorción de la etiqueta Committed, que identificaba las prendas más sostenibles de la colección y que dejará de utilizarse en el marco de la nueva estrategia de sostenibilidad que puso en marcha la compañía a finales de año.

 

 

 

 

Otro de los hitos de Mango en 2022 fue el lanzamiento de su primera aceleradora de start ups, Mango StartUp Studio, impulsada de la mano de la escuela de negocios Iese y a la que prevé destinar una inversión de tres millones de euros. Su estreno llegó unos meses después con una inyección (a través de un préstamo convertible) en Recovo, especializada en la recuperación de excedentes textiles.

 

Con esta ofensiva, Mango preveía terminar 2022 recuperando los niveles de ventas pre-Covid. En el primer semestre, ya recuperó sus ingresos de 2019, con una facturación de 1.214 millones de euros.

 

En 2021, el grupo registró una facturación de 2.234 millones de euros, un 21,3% más que el año anterior y un 5,9% por debajo de 2019, cuando anotó unas ventas récord de 2.374,4 millones de euros. El resultado neto volvió a números negros, con un beneficio de 67,5 millones de euros, frente a las pérdidas de 173 millones de 2020. Respecto a 2019, cuando ganó 21 millones de euros, el resultado se ha triplicado.

 

Durante el último año, la compañía también ha continuado saneando su balance. En abril, el grupo controlado por Isak Andic refinanció su deuda con la firma de un préstamo de doscientos millones de euros vinculados a objetivos sostenibles. Se trata de la primera vez que la empresa vincula su deuda a criterios de medio ambiente, social y buen gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés).