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2016, doce meses para dar la vuelta a las tripas y el cerebro de Mango

El grupo liderado por Isak Andic sacrifica margen en busca de un nuevo posicionamiento. La empresa ha dedicado 2016 a renovar su producto, su red de tiendas y su estructura directiva y societaria.

Pilar Riaño

22 dic 2016 - 05:00

2016, doce meses para dar la vuelta a las tripas y el cerebro de Mango

 

Los últimos doce meses no han sido tranquilos para Mango. El grupo de distribución de moda, controlado por Isak Andic, está sentando las bases de su nueva revolución y, por el camino, la compañía ve caer su beneficio. La empresa está acometiendo una profunda remodelación que pasa por un cambio de modelo en cuanto a producto y público, pero también por una mayor profesionalización, que impacta en sus órganos directivos. A lo largo de los últimos meses, la empresa se ha rodeado de asesores en diferentes áreas, como The Boston Consulting Group o AZ Capital.

 

El grupo ha arrastrado en 2016 los resultados del año anterior. La compañía, número dos español de la distribución de moda, finalizó el ejercicio 2015 con un resultado de sólo 4 millones de euros, cifra que contrasta con los 107 millones de euros que ganó en el ejercicio 2014. A través de su nueva cara visible, Daniel López, vicepresidente del grupo, Mango aseguró que la caída del resultado era producto del impacto de las divisas, por un lado, y de la apertura de tiendas, que está impactando en el beneficio a corto plazo.

 

Tras la acelerada diversificación llevada a cabo entre 2014 y 2015 con la entrada en nuevos segmentos (como tallas grandes o moda infantil), el grupo se centra ahora en el reposicionamiento de su cadena principal. A mediados de 2015, Mango comenzó a dar una nueva vuelta a su estrategia introduciendo más velocidad a sus colecciones para refrescar sus tiendas de forma más frecuente y acercarse, así, a un público más joven. En marzo de 2016, el grupo anunció el lanzamiento de una nueva colección con precios más bajos que la media de la cadena, repitiendo el movimiento que llevó a cabo en 2012 con una reducción general de sus etiquetas del 20%.

 

 

 

 

 

 

 

Este cambio de producto está siendo acompañado por el desarrollo de la red de distribución mediante macrotiendas. El objetivo del grupo para 2016 pasaba por abrir 200 puntos de venta, de los cuales cerca de cuarenta tendrían una media de 1.000 metros cuadrados. De establecimientos de 300 metros cuadrados de media, el grupo ha pasado a tiendas de más de mil metros cuadrados y entre 2012 y 2015 Mango invirtió cerca de 1.200 millones de euros en establecimientos de estas características.

 

En 2016, la compañía ha introducido también un nuevo concepto de tiendas, que acompañará a sus aperturas a partir de ahora. El primer punto de venta con la nueva imagen se abrió en septiembre en el centro comercial Fan Mallorca Shopping.

Aunque España sigue en el foco de la compañía, la expansión internacional está en su ADN y así ha continuado siendo en 2016. El grupo ha anunciado, por ejemplo, su entrada en Cuba o Sudáfrica, al tiempo que se ha reforzado en Europa.

 

 

 

 

Las manchas del año en desarrollo internacional han sido Estados Unidos y Colombia. En el mercado estadounidense, el grupo cerró a principios del ejercicio más de 400 puntos de venta que operaba con JC Penney y actualmente se encuentra analizando sus opciones en este estratégico país. En Colombia, en cambio, la compañía rompió a principios de año con su socio Mercadeo y Moda (Grupo Uribe), lo que supuso el cierre de todas sus tiendas y un cruce de acusaciones de infracciones de contratos, si bien la alianza fue rehecha en julio y las aperturas se retomaron.

 

Pero la mayor transformación de Mango se ha producido en su interior. Con el objetivo de reforzar las áreas de producto y retail, la compañía introdujo en 2016 una nueva estructura con la constitución de un comité de dirección, formado por ocho miembros, al que ha ascendido a ejecutivos como Antoni Batlló, Elena Carasso y Luis Casacuberta.

 

Además, la empresa ha sufrido cambios también en su consejo de administración con la salida de Enric Casi (histórico directivo de la empresa), al tiempo que ha recuperado para su equipo directivo a Nahman Andic, hermano de Isak Andic, que abandonó la gestión diaria y el consejo de administración en mayo de 2013.

 

Estos cambios tienen como objetivo continuar con la profesionalización de la compañía, que en 2016 también ha reorganizado sus sociedades para simplificar su estructura y ha independizado la patrimonial de Isak Andic, Punta Na, y nombrado a su primer consejero delegado, Miquel Roig Sauret.