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Yansen Estupiñan (GranSan): “Es hora de cambiar el chip de la ilegalidad de San Victorino”

El gerente general del centro comercial mayorista de Bogotá informa los esfuerzos que está haciendo la industria colombiana para hacer frente al contrabando.

M. Bertero

11 sep 2019 - 00:00

Yansen Estupiñan (GranSan): “Es hora de cambiar el chip de la ilegalidad de San Victorino”

 

 

San Victorino, cuatro de la mañana. El conocido Madrugón se ha convertido en un evento comercial que atrae a compradores mayoristas de todas partes de Colombia, así como también del extranjero. Yansen Estupiñan es el gerente general del centro comercial GranSan, que reúne a más de 1.500 marcas y 750 vendedores mayoristas. En los últimos años, el complejo se ha vuelto más tajante con el fin de hacer fin a la ilegalidad de prendas de vestir en Colombia. El directivo asegura que, ahora, hay un 90% de oferta 100% hecho en el país, pero que aún es un gran desafío copar el porcentaje faltante.

 

Pregunta: En países de Europa y Estados Unidos existe el low cost, ¿en Colombia El Gran San suplementa este segmento?

Respuesta: Los precios bajos han sido desde siempre la esencia de nuestro centro comercial, no sólo para los comerciantes de Bogotá y alrededores, sino, y con mayor fuerza, para los pequeños empresarios que vienen de ciudades como Pasto, Ocaña o Bucaramanga en busca de valor diferencial con cadenas como Primark, por ejemplo.

 

P.: ¿Les asustaría si llegara una empresa internacional como ésta a Colombia?

R.: Lo cierto es que ya estamos compitiendo con marcas como H&M o Decathlon, que si bien en Colombia están posicionados un poco más alto que en otros países, también podrían robarnos cuota de mercado. Pero el comprador que viene a San Victorino busca otro tipo de productos, además sabe de que está comprando industria colombiana en su totalidad.

 

 

 

 

P.: ¿Cuál ha sido la evolución de San Victorino en los últimos años?

R.: El GranSan abrió en 1997, pero teníamos signos muy negativos, ya que la zona estaba plagada de vendedores ambulantes y se volvió un sector muy inseguro. Recién en 2003, coincidiendo con el boom de las ventas promocionales en televisión, encontramos un nicho para publicitar nuestro centro comercial y poder promocionarnos a todo el país.

 

P.: ¿Cómo hicieron frente a la ilegalidad?

R.: San Victorino ha sido foco de delincuencia e ilegalidad, en los últimos tres años hemos estrechado alianzas con autoridades de seguridad nacional, que nos han capacitado para tener alrededor del 90% de legalidad. Sin lugar a duda, nos queda mucho por camino por recorrer en este sentido, pero es hora de cambiar el chip del San Victorino ilegal. Los administradores y gerentes del centro comercial brindan constantemente capacitaciones a los empleados del sector para que la gente tome conciencia en la cultura de la legalidad.

 

P.: ¿Cómo se logra organizar al comercio mayorista y ambulante bajo un mismo techo?  

 R.: El Madrugón inició en 1998, lo hacemos todos los miércoles y sábados desde las cuatro de la mañana. GranSan acoge a 1.500 marcas en sus más de 15.000 metros cuadrados de superficie, mientras que en los días del Madrugón sumamos más de setecientos empresarios que sólo vienen en esas fechas. Todos los que operan en nuestro centro comercial están asociados a la Cooperativa Mercantil El Victorino. Además, en 2008 comenzamos a organizar ferias en nuestro complejo con la que logramos hacer frente al contrabando.

 

 

 

 

P.: ¿El GranSan es una manera de democratizar la moda?

R.: Totalmente. Le hemos dado la oportunidad de crear un nicho de mercado a los vendedores ambulantes, además que también se ha vuelto a una especie de vitrinas para los comerciantes, donde hemos visto que muchos de ellos han desarrollado planes de mercadeo para fortalecer sus marcas y dejar de ser sólo confeccionistas.

 

P.: ¿Es atractivo el canal mayorista colombiano para las marcas extranjeras?

R.: Sin duda. Y no sólo por los precios, sino por el estilo, los productos que ofrecemos. El diferencial es el diseño colombiano, la calidad, especialmente en los jeans.  

 

P.: ¿Cómo se posicionan los comerciantes de San Victorino frente a la actualidad del sector textil?

R.: La necesidad nos hizo cambiar, porque llegaron los asiáticos y nos tocó coordinar con las autoridades para poder hacer frente a la ventaja que ofrecían ellos por precio. Es muy importante concienciar a los comerciantes, no sólo en la ilegalidad de las prendas de vestir, sino lo que implica a todo el comercio.

 

 

 

 

P.: ¿La subvaluación sigue siendo el principal problema del sector? ¿El enemigo es China?

R.: Tenemos dos problemas muy severos. Uno es la entrada de productos ilegales, que pueden venir de cualquier país. Y el otro es que no hay circulación de divisas, ya que Colombia es un país con una alta tasa de inmigración de China, Venezuela y Ecuador, que trabajan en nuestro país y manden sus ingresos a su origen.

 

P.: ¿Qué medidas se pueden tomar para hacer frente al contrabando de prendas de vestir?

R.: Pedimos que se controlen las divisas que salen masivamente del país. San Victorino es una fuente de empleo muy alta, para más de 3.000 personas y si no hay comercio, se perderían muchos puestos de trabajo.

 

P.: ¿Se puede ver beneficiada la industria colombiana en el contexto actual de guerra comercial entre China y Estados Unidos?

R.: En estados unidos hay un nicho de demanda muy importante, en ciudades como Nueva York o Los Ángeles e incluso Florida, donde se manejan los tallajes latinos. Abrirnos más al mercado internacional es otro de los grandes retos que tiene por delante la industria colombiana de la moda.