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Xavier Berneda, “il più grande capo” de Munich

Con un comentario socarrón siempre a punto, Xavier Berneda Martín tiene tantos admiradores como detractores. La cara visible de Munich no se corta ni un pelo a la hora de emitir sus opiniones sobre política, economía o fútbol. Aunque dice ser un hombre de fábrica, ha conseguido dar un empujón a la empresa que fundó su abuelo apostando por la marca.

Pilar Riaño

13 oct 2020 - 04:49

Xavier Berneda, “il più grande capo” de Munich

 

 

Hay quien dice que no tiene filtro y, al contrario, hay quien admira su sinceridad. Xavier Berneda tiene tantos seguidores como detractores en la industria de la moda y del deporte. La cara visible de la firma de calzado Munich se define a sí mismo como zapatero, aunque en el éxito reciente de su empresa tenga mucho más que ver la marca que la industria. Sus tres hijos, que algún día podrían representar a la cuarta generación familiar, ya han pasado por la fábrica. “Hay que aprender la base del negocio”, dice Berneda.

 

Xavier Berneda Martín (1971), siempre con un comentario jocoso a punto, lidera junto a su hermano David la empresa que su abuelo, Luis Berneda, fundó en 1939 en Sant Boi de Llobregat (Barcelona) como fabricante de calzado de fútbol, fútbol sala, balonmano, atletismo y boxeo con el nombre de Berneda.

 

En diferentes ocasiones el empresario ha confesado que cree que su mayor defecto es no tener estudios, porque con sólo 17 años se incorporó a la fábrica familiar a aprender el oficio. Pronto fue enviado a Alicante a formarse en el proceso de vulcanizado para la fabricación de suelas, así como a una empresa de curtidos de Igualada. También acompañó a los representantes a vender y, tras acabar el servicio militar, viajó a China en busca de proveedores. Al volver, Berneda se incorporó al área de márketing y producto.

 

 

 

 

Si el abuelo de Berneda fundó la empresa, su padre y su tío dieron el segundo salto adelante. Con la segunda generación familiar al frente, representada por los hermanos Luis y Francisco Berneda Ribera, Munich entró en 1953 en atletismo. En 1964 la compañía incluyó su característica X en sus diseños y cambió de denominación a Munich, simplemente porque, en aquel momento, todo lo que venía de Alemania se consideraba bueno.

 

El tercer salto de Munich llegó en 1999 ya de la mano de la tercera generación: Xavier Berneda convenció a su padre y su tío para diversificar el negocio e introducirse en moda, aprovechando el incipiente auge de las zapatillas deportivas como calzado de calle. Berneda tuvo el olfato de sumarse al boom de la moda retro (dando una nueva vida a las Goal, un modelo de fútbol sala de los setenta) y la suerte de que un mercado tan competitivo como el italiano le acompañase en su apuesta.

 

Pese a haber sido los responsables del relanzamiento de Munich, Xavier y David Berneda estuvieron a punto de perder la compañía. En junio de 2012, los hermanos anunciaron su salida de la empresa (en aquel momento controlada por su padre y su tío) por divergencias con una de las ramas de la familia. A finales de ese año, sin embargo, los hermanos retomaron el control al completo de diseño, fabricación, comercialización y distribución de la compañía.

 

 

 

 

Este no es el único momento complicado al que se ha enfrentado Munich durante los últimos años. En 2017, logró esquivar el llamamiento a un boicot a su marca después de que el PDeCAT presentara un diseño de sus zapatillas con un sí bordado en apoyo al referéndum independentista catalán. Si bien Berneda es simpatizante de este movimiento político, la empresa emitió un comunicado desvinculándose del PDeCAT. “Munich es una empresa catalana, que está presente en más de 40 países en todo el mundo, por lo que no caben en su ideario de empresa los límites o fronteras”, dijo la compañía.

 

Usuario frecuente de redes sociales, en su descripción en Twitter dice ser “il più grande capo della @munichsports”, además de “owner de mi casa y de algunas cosas más, zapatero y padre de familia”. Berneda usa la red social de los 140 caracteres para hablar de política, economía y fútbol y reserva Instagram para sus otras dos pasiones además de Munich: su familia y el parapente, un deporte con el que también recorre el mundo.