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Teddy Karagozian (TN&Platex): “La industria textil argentina es competitiva en todo el mundo si se eliminan los impuestos al trabajo”

El director de la empresa de hilado analiza la actualidad que atraviesa el sector en el país y los obstáculos que tiene en el futuro inmediato. 

María Bertero

12 sep 2017 - 00:00

Teddy Karagozian (TN&Platex): “La industria textil argentina es competitiva en todo el mundo si se eliminan los impuestos al trabajo”

 

 

Teddy Karagozian es el director de TN&Platex, la mayor empresa de hilados de Latinoamérica. Con una capacidad productiva de 4.000 toneladas de hilo por mes, la compañía cuenta con seis plantas en el país más una de confección y da empleo a 1.200 trabajadores. El directivo, segunda generación de la familia fundadora, analiza los retos que tiene por delante la industria textil en el país para volver a abrirse al capital extranjero.

 

Pregunta: ¿La estructura familiar es una ventaja o una desventaja en esta industria?

Respuesta: La mayoría de las empresas de la industria textil son de estructura familiar, las pocas que no lo son pertenecen a la industria del jean o de moda deportiva. En Argentina cada temporada es un riesgo muy importante, es difícil para una empresa no familiar asumir esos riesgos desde un comité externo. Esa es la razón por la que la mayoría de las empresas textiles, no sólo en Argentina sino en todo el mundo, son familiares. Es un tema de poder adaptarse con rapidez a la demanda del mercado.

 

P.: ¿Qué diferencias hay entre el pasado y el presente en la industria textil argentina?

R.: Como en todo el mundo se ha ido tecnificando con maquinaria cada vez más intensiva. Lo que más le afectó a la industria en el país durante los últimos treinta años fue el encarecimiento de los productos debido a la alta carga tributaria. La moda se ha ido encareciendo cada vez más, porque los productos tienen cada vez más impuestos. Hoy, del 50% del precio final de las prendas que se venden en Argentina son impuestos.  

 

P.: ¿La industria textil en Argentina puede remontar?

R.: Por supuesto, lo que se debe hacer es desmontar el monstruo que se armó en los últimos diez años. Muchos empresarios del sector le echan la culpa a que la industria sea cerrada y ahora con la apertura de la economía el consumo de productos textiles importados se incrementó un 15%. Esto ha provocado un aumento del gasto público porque las empresas estamos despidiendo trabajadores por la caída del consumo nacional. Es como el perro que se muerde la cola, si nosotros ponemos impuestos altos y tenemos que vender productos caros que los consumidores no pueden comprar.

 

 

P.: ¿Cómo podría revertirse la situación?

R.: Empezando por sacar el impuesto al trabajo y a los productos y poniéndoselos a las personas por sus ganancias para que el comprador pueda comprar los productos al precio que quiera. Los argentinos compran en el extranjero productos sin impuestos que los pagan más baratos que en el país.

 

P.: Entonces más allá de los precios, ¿la industria argentina es igual de competitiva que la extranjera?

R.: Si no hay impuestos sí. Nuestra fábrica tiene una estructura similar, en cuanto a número de empleados por ejemplo, que a otros gigantes del resto del mundo. Con productos tan caros, las empresas no generan ganancias, lo que hace que las fábricas no se expandan, no amplíen su oferta y tengan que también recortar su plantilla.

 

P.: ¿Puede la industria volver a mirar afuera y retomar sus exportaciones?

R.: Con este nivel de impuestos sobre el trabajo es imposible. Argentina no va a poder insertarse como un eslabón del comercio exterior con estos aranceles, pero no sólo para la industria textil sino que le será imposible a cualquier sector.

 

P.: Y si se eliminan dichos impuestos, ¿qué ventajas encontraría una empresa extranjera en producir en Argentina?

R.: La productividad de todas las empresas textiles de Argentina es equiparable a la de cualquier otra empresa en el mundo. Para que venga una empresa extranjera se tienen que dar tres condiciones: que bajen los impuestos, que se deje de utilizar el dólar bajo para limitar el aumento de precios y que se elimine la burocracia empresarial ya que hoy en día hay más de noventa impuestos para exportar desde Argentina. El país tiene todas las condiciones naturales para que la materia prima crezca y se desarrolle la industria, es uno de los pocos países con clima templado en Latinoamérica. También contamos con mucho talento en las escuelas de diseño de indumentaria, por lo que la industria es potente en toda la cadena de valor.

 

 

P.: ¿Hace falta más capacitación en materia textil?

R.: La industria argentina tiene dos carencias importantes. La primera es la falta de ingenieros textiles en el país, la industria ha sido tan manoseada que nadie quiere estudiar esa carrera. El segundo problema es que los diseñadores deben trabajar más en conjunto con los fabricantes textiles. Un problema que había en el pasado y aún persiste es que los diseñadores estudian la carrera como si fuera artística pero el diseño de indumentaria es una profesión que tiene que estar ensamblada con la industria. Un ingeniero textil, a diferencia de un metalúrgico, puede montar su propio negocio y tener su fábrica con poca inversión.

 

P.: En 2030, ¿seguirá existiendo la industria textil en Argentina?

R.: Si pensamos globalmente, vemos que en Europa el consumo per cápita del textiles es de alrededor de treinta kilos. En Estados Unidos esta cifra se supera, mientras que en China ronda los nueve kilos por persona al año. Los chinos ya no tienen más capacidad de producción porque el espacio donde producían algodón está siendo utilizado para cosechar alimentos, todo ese excedente va a tener que ser producido en algún lugar. Y Latinoamérica es uno de los lugares más propensos para el desarrollo de hilados para el hemisferio sur. Teniendo en cuenta esto, no hay ninguna razón para que Argentina no tenga una industria floreciente en 2030 porque cuenta con el acceso a la tierra para plantar algodón, pero tiene que existir la demanda. No hay muchos países en el mundo que cuenten con la capacidad de producir diseño que tiene Argentina y además poder proveer materia prima.

 

P.: ¿Podrá el país convertirse en un hub productivo como lo es hoy Colombia, Perú o México?

R.: Por supuesto, sobre todo por la capacidad continental que tiene Argentina. Pero más que un hub podría ser un territorio de origen y producción en materia de moda, textil e hilados.