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Shaking Sustainability: transparencia, tecnología y ‘greenwashing’, los retos del desarrollo sostenible de la moda

En el informe Shaking Sustainability in the Fashion Business 2022, elaborado por Modaes.es en colaboración con EY, se evalúa el desempeño de la moda en el aspecto sostenible y su evolución en el último año.

Modaes

10 jun 2022 - 04:57

Shaking Sustainability: transparencia, tecnología y ‘greenwashing’, los retos del desarrollo sostenible de la moda

 

 

Nueva normalidad, nuevo enfoque, pero igual de green. El estallido de la pandemia transformó las prioridades del consumidor y puso en duda el modelo de negocio de los grandes de la moda, pero, tras dos años de constante revolución en el sector, este continúa posicionando el desarrollo sostenible entre sus prioridades, ahora más presionado que nunca por la legislación. Además, la moda es cada vez más consciente de sus retos: la innovación tecnológica, la transparencia y el peligro del greenwashing.

 

Estas son algunas de las conclusiones que se desprenden de Shaking Sustainability in the Fashion Business 2022, informe impulsado por EY y Modaes.es. Uno de los aspectos que se han transformado en el último año gira en torno a la comunicación sostenible, cada vez más en el punto de mira de la legislación y el consumidor. 

 

El 94% de las grandes empresas del sector de la moda consideran que la sostenibilidad es un atributo de marca de alto impacto en su desarrollo. Aunque se trata de una cifra elevada, está dos enteros por debajo de lo registrado en la primera entrega de Shaking Sustainability, demostrando que la sostenibilidad ha perdido algo de brillo como factor diferencial de la moda, puesto que es una práctica cada vez más extendida en el sector.

 

 

 

 

En su camino hacia la sostenibilidad, la moda se ha topado con otro gran obstáculo: el desarrollo tecnológico. En el último año, el 78% de los grandes operadores internacionales del sector han introducido innovaciones tecnológicas en la manufactura de su producto, una cifra alta, pero cuatro puntos porcentuales por debajo de la que figura en la primera edición del informe.

 

Aunque la tecnología continúa siendo una herramienta fundamental para el desarrollo sostenible de la moda, el uso generalizado de la innovación en este sentido va unos pasos por detrás de lo que pide el consumidor.

 

La moda es consciente de que aún queda mucho por innovar en el desarrollo tecnológico por la sostenibilidad y se autopuntúa un nivel de desempeño de 6 sobre 10, a pesar de que considera que la relevancia para el sector de esta área es de un 8 sobre 10.

 

 

 

 

Uno de los aspectos en los que la moda sí ha acelerado especialmente en el último año es en el gobierno sostenible. Un 73% de las mayores compañías internacionales del sector cuenta con un responsable de sostenibilidad en su comité de dirección, cinco puntos porcentuales por encima de la cifra registrada en la primera edición de Shaking Sustainability.

 

Además, el 93% de las empresas han desarrollado una identificación y evaluación de los riesgos medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG) asociados a su negocio, el mismo porcentaje recogido en la primera entrega del informe. Con todo, esta cifra pierde peso cuando se compara con el porcentaje de compañías del sector que cuenta con un sistema informático específico para la recopilación y el reporte de dichos riesgos: sólo un 72%. Se trata de un entero por encima del dato de Shaking Sustainability 2021, pero demuestra un largo camino por recorrer para el seguimiento efectivo de los riesgos ASG de la moda.

 

A pesar de este descuadre, la moda considera que su nivel de desempeño en cuanto a gobierno sostenible es de un 8 sobre 10, tres décimas por encima del que votó en la primera edición del informe.

 

 

 

 

Un aspecto que ha mantenido cifras muy similares a las recogidas el año pasado es el área de operaciones. Con una cadena de aprovisionamiento muy larga y muy globalizada, el sector avanza a paso lento, pero no frena: el 82% de las grandes compañías de la moda cuantifican las emisiones de gases invernadero de alcance 1 de su negocio, un entero por encima de las que se registraron en Shaking Sustainability 2021.

 

Además, la trazabilidad continúa siendo uno de los grandes retos de la moda:  el 55% de los mayores operadores del sector aseguran que sus consumidores pueden realizar una trazabilidad completa de sus productos, un punto porcentual por encima de la cifra del año pasado.

 

Este aspecto se relaciona con el tercer capítulo del informe: las personas. Sólo la mitad de empresas de moda cuentan con sistemas de protección de salud, seguridad y bienestar laboral en su cadena de suministro con supervisión sindical, la misma cifra que en la previa edición de Shaking Sustainability.

 

Con todo, la gran mayoría de las grandes empresas, el 96% de ellas, ha elaborado una política de derechos hu­manos que ha sido aprobada formalmen­te por el consejo de administración.

 

Si el año del esta­llido de la pandemia llenó los balances de las empresas del sector de préstamos para aguantar la crisis, 2021 fue el año de los bonos verdes. Si bien es cierto que no ha sido una práctica universal para el sector, puesto que sólo el 28% de las gran­des compañías de la moda ha realizado alguna operación vinculada a préstamos sostenibles o ha sido incluido en índices bursátiles ligados a la sostenibilidad en el último año.

 

En la última edición de Shaking Sustainability, el 71% de las mayores compañías internacionales del sector de la moda consideran que los cri­terios de sostenibilidad tienen una ponde­ración relevante en las decisiones ligadas a sus transacciones financieras. Es una de las evoluciones más notables de todos los datos analizados en el último año: en la pre­via edición del documento, sólo el 60% de las grandes empresas res­pondieron positivamente.

 

 

 

 

En el ámbito jurídico, que está siendo clave para debido al tsunami de normativas, el informe recoge que el 96% de los grandes operadores inter­nacionales de moda cuentan con políticas en materia de sostenibilidad ambiental y social de obligado cumplimiento para sus proveedores, una evolución de casi cuatro puntos porcentuales respecto a la información recogida en la previa edición del informe.

 

El último capítulo de Shaking Sustainability 2022 aborda la colaboración. Como muestra: el 60% de los grandes operadores forman parte de la Sustainable Apparel Coalition (SAC), una alianza que busca “abordar las ineficiencias y lograr una transparencia ambiental y social” en la moda, el calzado y la industria textil.

 

El 49% de las grandes empresas internacionales del sector son firmantes del Fashion Pact, una coali­ción de compañías de las industrias textil y de la moda “comprometidas a detener el calentamiento global, restaurar la bio­diversidad y proteger los océanos”.

Por último, el Accord for Health and Safety in the Textile and Garment Industry cuenta con la firma del 36% de las grandes empresas internacionales de la moda. El reducido porcentaje se podría deber al corto recorrido del acuerdo, que nació en agosto de 2021 como continuación del Accord on Fire and Building Safety, firmado originalmente en 2013, tras el Rana Plaza.

 

Shaking Sustainability in the Fashion Business se ha elaborado a partir de una encuesta a cincuenta de los principales operadores del sector de la moda a escala global y un fact checking exhaustivo de sus memorias anuales y de sostenibilidad, que han permitido obtener una imagen amplia y clara de esta cuestión en la industria global de la moda. 

Esta información cuantitativa se complementa con una parte cualitativa, compuesta por cinco entrevistas en profundidad a di­rectivos de Desigual, H&M, Parfois, Pronovias y All We Wear Group (Awwg), así como entrevistas a expertos de EY.