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Salvador Tous, el patriarca de la joyería

Sarah García

9 jul 2013 - 04:47

Todo el mundo conoce a Salvador Tous y a su familia. El empresario catalán, nacido y residente en Manresa (Barcelona), ha conseguido convertir una pequeña joyería familiar, fundada por sus padres en 1920, en un imperio sustentado por algo tan frágil e infantil como un oso. Tous, que se incorporó al negocio familiar en los años sesenta, decidió no conformarse con lo que le daban sus padres e ir más allá. Pero no lo ha conseguido solo. Para hacerlo posible ha tenido a su lado a otra de las artífices del éxito de la compañía, a la responsable de los diseños y de la parte más creativa de la construcción de la marca: su mujer, Rosa Oriol. Ella fue la que, en un viaje, vio un oso de peluche en un escaparate y lo convirtió en joya. Ese oso  pasaría a convertirse en el emblema de la enseña.

 

Salvador TousSalvador Tous y Rosa Oriol iniciaron juntos en 1965 un proyecto que les ha llevado a ser propietarios de una empresa que cuenta con presencia en más de cuarenta países con más de 400 puntos de venta, un gigante de la joyería que ha sabido diversificar y contar con toda una oferta centrada en un apellido más que rentable. Pero Tous es mucho más que un apellido o un oso. Tous es, por encima de todo, una familia, de la que Salvador Tous es el patriarca.

 

Una estirpe que ya cuenta con herederos o, mejor dicho, herederas. Cuatro mujeres (Laura, Alba, Marta y Rosa) que se han incorporado a la gestión de la compañía como tercera generación y que poco a poco asumen el control del negocio que sus padres han construido en más de cuatro décadas.

 

Acostumbrado a buscar los recursos necesarios para crecer y a pensar cómo continuar con la actividad innovando día a día, Salvador Tous debe lidiar ahora con el relevo generacional. Debe dejar de mandar y permitir que lo haga otra persona por él, su hija Alba, actual presidenta de la empresa. Un reto importante, duro y, como él ha dicho en alguna ocasión, incluso fastidioso para alguien que ha sido el referente de Tous durante tantos años. Porque además de incorporar a la tercera generación familiar, la compañía también se ha profesionalizado con el fichaje de directivos externos a los Tous.

 

Ellos han traído una visión distinta, de fuera del círculo familiar, para conseguir llevar a la marca un paso más allá y proseguir con una expansión internacional en lugares tan distintos como México o Polonia y, quizás, a asumir algún que otro riesgo que Salvador Tous no ha estado dispuesto a correr en sus años al frente de la empresa.

 

Tras una mala experiencia en un negocio de construcción, el patriarca de los Tous decidió dedicarse única y exclusivamente a lo que se les daba bien y, por ello, no ha querido arriesgar. Cada vez más alejado de la gestión diaria, a Salvador Tous quizás le toque ver, y aceptar, una estrategia de negocio distinta a la que él habría pensado. Porque ahora la compañía la dirigen mujeres, las mujeres de su vida, y directivos con los que él quizás no pensaba encontrarse en un mismo espacio de trabajo.

 

Salvador Tous ha pasado de ser el que toma las decisiones a la voz de la experiencia a quien consultan en busca de consejos. Unas lecciones muy valiosas para unas hijas que lo veneran, que ahora son las que deben pilotar la compañía en el siguiente capítulo de la centenaria historia de un apellido célebre.