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Qué es alta costura: el club ‘secreto’ de la moda

Los requisitos para acceder a este grupo de marcas tan exclusivo se han rebajado con el tiempo, pero aún continúa siendo muy complejo entrar. Es necesario tener, al menos, dos talleres en París, entre otros elementos.

Sara Casas

6 feb 2019 - 04:52

Alta Costura Paris

 

 

Bilderberg, Alfalfa o la Comisión trilateral son tres de los clubs más exclusivos del mundo. Asociaciones en las cuales sólo está permitido su afiliación a presidentes, altos ejecutivos o grandes empresarios. La industria de la moda también tiene uno de los clubs más selectos del mundo, el de la alta costura de París. Aquí están Chanel, Yves Saint Laurent, Jean Paul Gaultier o Christian Dior, y sólo cuatro españoles han pasado por él. Ahora es la catalana Yolancris la que llama a sus puertas. Pero, ¿qué requisitos se necesitan para entrar?

 

La alta costura (haute couture en francés) se ha prolongado en el tiempo como la moda hecha a mano, de forma artesanal, a medida y con tejidos de calidad, caros e inusuales. La intervención de la máquina de coser es mínima. Las piezas de alta costura suelen realizarse para un cliente específico con sus medidas correspondientes.

 

No obstante, no todas las empresas que realizan vestidos a medida con tejidos caros e inusuales pueden definirse como alta costura. Para poder usar este nombre se debe ser miembro de este exclusivo club. El resto, es, simplemente, costura. El término alta costura está protegido por ley desde el 23 de enero de 1945 y definido por la Cámara de Comercio y de Industria de París. La Cámara Sindical de Alta Costura es la comisión reguladora que determina qué casas de la moda son elegibles para ser verdaderas casas de alta costura.

 

 


 

Cuando el diseñador británico Charles Frédéric Worth creó en París la primera Maison de Couture en 1858, nunca se hubiera imaginado hasta dónde ha llegado este término y cuáles han sido las variantes que ha tenido. Empezando por Chanel, pasando por Balenciaga o Yves Saint Laurent, el club ha ido seleccionando nombres y diseñadores como los perpetuadores de la esencia de la moda y el lujo. En España, por ejemplo, sólo han tenido la oportunidad de formar parte de la alta costura seis nombres: Balenciaga, Paco Rabanne, Pertegaz y Josep Font, Antonio Castillo y Raphaël.

 

Actualmente hay otra candidata española que llama a las puertas de este selecto club. Las diseñadoras Yolanda y Cristina, fundadoras de la marca Yolancris, han creado un concepto alternativo al acostumbrado de la alta costura. Shakira, Lady Gaga o Rosalía han sido algunas de sus clientas. Esta empresa española, cuya sede está ubicada en l’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), ha sido seleccionada para pertenecer al club de la alta costura de París, pero todavía tienen que pasar algunos filtros más para ser reconocidas como tal. Para que Yolancris pueda ser miembro de este club, los demás componentes deben aprobar al candidato presentado. ¿Qué hay que hacer para entrar en uno de los clubs más exclusivos del mundo?

 

Los requisitos


Entre los requisitos para formar parte de esta selecta asociación, en primer lugar está el tiempo de dedicación para una pieza de vestir. La alta costura requiere un mínimo de 200 horas de trabajo. Por esta razón, a menudo estas prendas se diseñan sólo para la pasarela, y no para que las lleve el consumidor, tal y como explica la consultora de branding Inmaculada Urrea.

 

En segundo lugar, las casas que aspiran a acceder al excelente club deben tener dos talleres propios en París con veinte empleados trabajando a tiempo completo.

 

En tercer lugar, para formar parte del club de la alta costura los diseñadores deben presentar anualmente dos colecciones de treinta diseños originales de prendas de día y de noche como mínimo. Las colecciones se presentaran una en enero y la otra en julio. En este sentido, las prendas deben ser presentadas donde nació la alta costura, en París y así poder aspirar a desfilar dentro del calendario oficial de la haute couture, añade Urrea.

 

Las prendas de día, que suelen ser las menos formales, normalmente su coste parte de un precio de 10.000 dólares, mientras que las de noche comienzan allí y pueden llegar a costar hasta 60.000 dólares.

 

En cuarto lugar, los diseños deben estar confeccionados con el mínimo de intervenciones de la máquina de coser posibles y la clienta debe realizar tres o más pruebas de vestuario para asegurar la perfección de la prenda.

 

Finalmente, otro de los requisitos es que la modista que comienza el trabajo de una pieza es quien debe terminarla. De esta manera, desde el boceto de la prenda hasta verla en la pasarla, las manos por las que habrá pasado el diseño habrán sido las mismas.

 

 

 

 

Sin ser miembros de la alta costura, casas como Yolancris pueden presentar sus diseños durante la semana de la moda de París, pero no lo podrán hacer ni en el calendario oficial ni bajo el nombre de alta costura. La lista de miembros de la alta costura se actualiza cada año por una comisión dependiente del Ministerio de Industria y los miembros oficiales del club de la alta costura son Chanel, Valentino, Jean Paul Gaultier, Christian Dior, Giorgio Armani, Stéphane Rolland y Giambattista Valli.

 

Los tiempos han cambiado desde los siete couturiers del París de entreguerras ponen en marcha este club. Estos fueron Cristobal Balenciaga, Coco Chanel, Christian Lacroix o Emilio Pucci.

 

 

 

 

En la actualidad, el negocio de la moda ha adquirido una gran complejidad. El prêt-à-porter en los años cincuenta industrializó los procesos y, al mismo tiempo, debilitó la alta costura. Posteriorente, a finales del siglo XX, el fast fashion terminó con el prêt-à-porter.

 

Hoy en día, la gente joven adinerada de economías emergentes tampoco tiene la necesidad de conseguir un producto de estas características. Esta transformación ha tenido como consecuencia que se haya pasado de 106 casas de alta costura de París en 1945 a tan solo 18 en el año 2000.

 

En la actualidad sólo son 13 casas que defienden a capa y espada estos requisitos que han quedado anacrónicos. De hecho, hasta los años 60 no hacía falta hacer publicidad de la alta costura de París porque las mujeres estaban interesadas en adquirir piezas de este valor. Hoy en día las casas más selectas de la moda hacen grandes campañas para dar a conocer sus creaciones.