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Nicolas Hayek: el hombre que puso en hora la relojería suiza

P. Riaño

7 jul 2015 - 04:45

Pequeñas o grandes innovaciones que han cambiado el devenir de la industria de la moda. Desde transformar una sencilla pieza de caucho en un marca a crear un complejo sistema logístico y de aprovisionamiento con la tienda en el centro. A lo largo de la historia, una serie de visionarios han impactado en la moda cambiando las reglas del juego: son los alquimistas de la moda. Los grandes almacenes, la moda rápida, el bajo coste o la lycra no existirían sin el genio de nombres como Aristide Boucicaut, Amancio Ortega, Arthur Ryan o Joseph Shivers. En esta tercera edición del Quién es Quién de Empresas de Moda en España, patrocinado por Aguirre Newman, Modaes.es realiza una selección de veinte de los empresarios y ejecutivos que más influencia han tenido en la industria de la moda internacional a lo largo de la historia reciente.

 

 

 Swatch

 

 

 

La altiva relojería suiza no podía ni imaginar que un reloj de plástico con menos piezas de las habituales sería la salvación de una industria que languidecía en los años setenta, amenazada por los gigantes japoneses. Nicolas George Hayek creó de la nada un grupo que cambió el devenir de la relojería suiza y que se ha convertido en referencia mundial, Swatch. En 2010, a los 82 años de edad, murió con las botas puestas mientras trabajaba en las oficinas de la compañía que puso en marcha en 1983.

 

De madre libanesa y padre estadounidense, Nicolas Hayek nació en Beirut en 1928. Sus primeros doce años de vida los pasó entre la capital de Líbano y el pequeño pueblo de Khoura, de donde procedía su madre. En plena adolescencia, Hayek se mudó con sus padres a Francia, donde se formó en matemáticas, química y física nuclear.

 

A los 21 años, Hayek se trasladó a Suiza para completar sus estudios. Allí conoció a su esposa, gracias a cuya familia se introdujo en el mundo de los negocios. Cuando llevaban pocos meses de novios, su suegro cayó enfermo y la familia de su entonces novia le pidió que se hiciera cargo de una pequeña fábrica metalúrgica basada en Kallnach, Suiza.

 

Siete años después, con su suegro recuperado, Hayek voló para crear su propia empresa: una fábrica de fundición de acero. Ningún banco suizo le dio crédito, así que buscó un negocio que le permitiera obtener los recursos necesarios para empezar. Y lo consiguió. Hayek se convirtió en un empresario reputado y se hizo con puestos en varios consejos de administración, entre ellos el de Omega.

 

En 1982, sobre la mesa de Omega se presentó una oferta de compra por 400 millones de francos de un grupo japonés. Hayek se opuso rotundamente, pese a que la relojera suiza atravesaba un momento complicado desde mediados de los setenta.

 

Un año después, Hayek puso en marcha su propia empresa relojera, con la ambición de crear una fábrica para proveer a toda la industria del país. En 1983 se constituyó formalmente SMH, fruto de la fusión de las dos principales compañías del sector en aquel momento, Asuag y Ssih. La empresa cambió el nombre a Grupo Swatch en 1998 para honrar al reloj que devolvió la vida a la relojería suiza.

 

Aunque, tal y como explicó el propio Hayek en conferencias, los bancos le dieron crédito, nadie confiaba en un reloj de plástico que, en lugar de más de noventa piezas, tenía sólo 51 para abaratar costes y, por tanto, reducir su precio de venta.

 

Pero el precio no fue la única innovación de Swatch. Hayek era consciente de que no podía explicar al público final los cambios que había introducido en producción, así que convirtió a su reloj en una marca, símbolo del Swiss made, pero también de alegría, colores y jovialidad. El nombre Swatch procede de la unión de las dos primeras letras de Switzerland y de reloj, watch en inglés.

 

Presidido hoy en día por Nayla Hayek (hija del fundador de la empresa), Grupo Swatch finalizó el ejercicio 2014 con unas ventas de más de 8.300 millones de euros. La compañía cuenta con producción y distribución propias para sus más de veinte marcas, entre las que figura, además de Swatch, la lujosa Harry Winston.