Back Stage

Moda presidencial argentina: Awada y Rabolini, las marcas detrás de Macri y Scioli

María Bertero

24 nov 2015 - 00:00

Rabolini y Awada

 

Desde el pasado domingo, Argentina tiene nuevo presidente. La batalla por la Casa Rosada ya tiene un ganador, pero la lucha continúa, ahora en por los consumidores de moda. Los dos candidatos que se enfrentaron en las elecciones presidenciales argentinas compiten en el negocio de la moda de la mano de sus mujeres. Mientras a Mauricio Macri se lo puede vincular con la firma Awada, de la cual su esposa Juliana Awada (derecha de la imagen) es la diseñadora y dueña de la misma, Daniel Scioli está casado con Karina Rabolini (izquierda de la imagen), empresaria dedicada al sector de la moda y belleza desde hace varios años.

 

El presidente electo, Mauricio Macri tiene como esposa hace cinco años a la empresaria Juliana Awada, diseñadora de la marca que lleva su apellido y propietaria de la firma de ropa infantil Cheeky.

 

Juliana Awada, distinguida por su estilo y elegancia por la prensa rosa, proviene de una familia sirio-libanesa que trabajó en la industria textil en Argentina en los años sesenta. Awada y Cheeky son empresas dirigidas por los miembros de la familia.

 

La firma de moda infantil cuenta con más de ochenta tiendas en todo el país y se ubica como uno de los principales operadores del mercado de ropa para niños. Awada, firma de prendas femeninas, por su parte,  cuenta con trece locales propios y factura unos dos millones y medio de dólares al año, según el diario argentino Clarín.

 

Daniel Scioli, actual gobernador de Buenos Aires y ex vicepresidente de Argentina, se casó hace 24 años con la ex modelo Karina Rabolini. La primera dama de la provincia se ha desarrollado también como empresaria del mundo de la moda.

 

Rabolini diseñó desde temprana edad una línea de lencería bajo su nombre, una compañía de productos de cosmética con numerosos puntos de venta en Latinoamérica y una línea de gafas de sol y de lectura con los que logró una gran expansión internacional en Chile, Uruguay, Paraguay y México. Recientemente, la firma anexó la producción de gafas para otras marcas abriendo además una subsidiaria en Estados Unidos.

 

En los últimos años, ambas compañías han sido centro de atención de la prensa argentina, no por su vinculación con Macri o Scioli, sino por haber recibido diversas denuncias sobre las condiciones de trabajo de sus empleados. El futuro presidente se ha encargado de prometer en su inminente gestión la protección hacia el sector textil argentino, el cual actualmente emplea 120.000 trabajadores directos registrados y en los últimos diez años ha experimentado un crecimiento del 71% con un promedio anual de incremento del 5,5%.