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Las Ramblas: nuevo pulmón del retail en Barcelona

Iria P. Gestal

8 jun 2015 - 04:50

Entre restaurantes, bares y tiendas de souvenirs, las marcas de moda están comenzando a hacerse un hueco en Las Ramblas de Barcelona. Nike, Custo Barcelona, Desigual o Double Agent son algunos de los retailers que han apostado por una de las localizaciones más emblemáticas de la capital catalana. La falta de espacio en Portal de l’Àngel, la calle más cara de España para abrir un local comercial, y el imponente volumen del tráfico internacional son algunas de las razones que han situado Las Ramblas en el mapa de compras de la ciudad.

 

Entre los cerca de 200 locales comerciales a pie de calle, los restaurantes siguen teniendo el mayor peso en el mix comercial de Las Ramblas, que se extiende a lo largo del kilómetro y medio que transcurre entre Plaza Cataluña y el mirador de Colón. Los establecimientos destinados al turismo, como hoteles y souvenirs, representan cerca del 20% de los locales, según un cálculo realizado por Modaes.es. Las tiendas de moda, calzado y complementos, rondan el 15%, y la mayoría se concentran al principio del paseo.

 

Uno de los primeros operadores que apostó por esta localización, cuando entonces albergaba puestos de animales, establecimientos populares y tiendas familiares, fue el gigante estadounidense Nike. El grupo desembarcó en el número 120 de la calle en 2003, ocupando el lugar que hasta 2000 albergaba los grandes almacenes populares Sepu.

 

 

Las Ramblas

 

 

Los precios por metro cuadrado se dividen en varias franjas según la localización. “Nike y el Real Madrid pagaron precios por encima de mercado que nadie va a volver a pagar nunca, porque sus márgenes son totalmente distintos a los de otros operadores”, apunta Dolors Jiménez, directora de High Street de Shophunters. “La media oscila entre los 70 euros y los 150 euros por metro cuadrado”, apunta. Estos datos la sitúan lejos todavía de calles comerciales como Preciados, en Madrid, donde los precios al mes ascienden a 245 euros por metro cuadrado. En Portal de l’Àngel, paralela a Las Ramblas, las rentas que pagan los operadores casi se duplican, alcanzando los 270 euros por metro cuadrado al mes.

 

Cinco años más tarde de la llegada de Nike, H&M aterrizó en el número 131 de la Rambla de Canaletes. El local acogía, hasta el año anterior, la sastrería Modelo, propiedad de la familia Pantaleoni.

 

Esta transición ha ido acompañada por un continuo cambio en las políticas municipales. Ahora, un nuevo plan de ordenación busca priorizar el paso de los peatones, dificultado actualmente por los numerosos kioskos que ocupan el paseo central y que también limitan la visibilidad de los comercios ubicados a los dos lados de la calle. Otra de las medidas ha sido limitar los permisos a los caricaturistas, que ahora se concentran en el último tramo de Las Ramblas. “El tema está en la mesa, pero nadie sabe qué se puede hacer”, explica Jiménez, que apunta que otra de las claves es la regularización de los comercios de souvenirs.

 

Las últimas operaciones incluyen de nuevo a Nike, que ampliará su tienda con el local vecino, que ahora ocupa Custo Barcelona. La catalana Mango también prepara la apertura de un establecimiento de seis plantas y 2.400 metros cuadrados en el número 132.

 

También Double Agent abrió este año un local en la Rambla de Barcelona. “Cerca de 85 millones de personas pasan cada año delante del local, y hoy es una de nuestras tiendas que más factura”, señala Óscar Imaz, responsable de expansión de la cadena.

 

Los datos de tráfico varían según la fuente, pero todas coinciden en que es una de las calles más transitadas de la ciudad. Inevitable lugar de paso para los turistas y, en particular, para los dos millones y medio de cruceristas que llegan cada año a  la ciudad.

 

Este volumen de tráfico, y el perfil internacional de los transeúntes, convierten las Ramblas en un escaparate a todo el mundo. “El otro motivo de que muchos retailers decidan instalarse aquí es que ya no hay espacio en Portal de l’Àngel”, explica Jiménez. “No creo que pueda llegar a competir con Portal de l’Àngel, pero sí situarse en la hoja de ruta de las compras en Barcelona”, añade.

 

Esta transformación de la calle, donde, además, los comercios tienen ventajas para abrir los domingos, no tiene un equivalente en otras grandes ciudades españolas. “La calle Montera o la Gran Vía de Madrid también están viviendo cambios, pero se deben más a proyectos arquitectónicos e impactos urbanísticos –dice Jiménez-; no tiene nada que ver con el caso de Las Ramblas de Barcelona”.