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Las 'fábricas' de Inditex pasan revista en Brasil

S. Riera

26 mar 2013 - 04:48

Ni una queja ha pronunciado el sindicato global IndustriALL tras entrar y analizar a cuatro de los proveedores de Zara en Brasil. Sólo un aviso: cuidado con la subcontratación. La organización sindical elogia las condiciones de trabajo en la industria de la confección en Sao Paulo y da carpetazo a las acusaciones que recibió Inditex en 2011 de permitir condiciones laborales cercanas a la esclavitud en uno de sus proveedores.

 

El informe Brasil 2013, proveedores de Inditex en Sao Paulo, que ha elaborado IndustriALL, pone fin a aquella polémica, que terminó a finales de 2011 en el Ministerio de Trabajo de Brasil. Inditex llegó a un acuerdo con el Gobierno por el cual el grupo gallego se comprometió a llevar a cabo un programa de inversiones sociales valorado en 3,4 millones de reales (1,4 millones de euros).

 

Inditex ha facilitado a un grupo de responsables sindicales un listado de todos sus proveedores, de los cuales los sindicatos han seleccionado a cuatro en Sao Paulo para realizar el informe. Todas las empresas analizadas son de propiedad familiar y tan solo producen entre un 5% y un 10% para la cadena española de moda. El resto de la producción es para el gigante holandés C&A y para otras marcas locales. Las prendas que se producen en estos talleres se destinan a abastecer Brasil y otros mercados latinoamericanos del hemisferio sur.

 

Las colecciones que se producen en estas fábricas, tanto para Zara como para otras marcas, cuentan con un fuerte componente moda, ya que a diferencia del aprovisionamiento en Asia, son piezas de temporada para cubrir un mercado donde el inverno y el verano son opuestos a los del norte.

 

Inditex concentra en Brasil alrededor del 0,6% de su producción mundial. El grupo cuenta con 41 proveedores directos en el país carioca, que suman un total de 221 fábricas y talleres. Las fábricas emplean entre 100 y 700 trabajadores, y los talleres, entre diez o treinta. Todas ellas están equipadas con maquinaria moderna y trabajan con tejido brasileño.

 

El informe elaborado por IndustriALL subraya que el nivel de afiliación sindical en la industria de la confección de Sao Paulo es alto y que la mayoría de los trabajadores y directivos que entrevistaron en las fábricas aseguraron conocer el convenio colectivo del sector.

 

El salario mínimo en Brasil es de 678 reales (262,4 euros) mensuales. En el estado de Sao Paulo, el salario mínimo es algo superior y ronda los 292 euros al mes. Ésta es la mensualidad que cobra el personal no cualificado de la industria de la confección en la región. En cambio, las costureras cobran por convenio unos 361 euros al mes, que puede alcanzar 401 euros mensuales.

 

El salario aumenta según la cualificación. Una diseñadora puede llegar a cobrar 1.400 euros brutos mensuales o un gerente, 3.870 euros al mes.

 

Los trabajadores cuentan con derechos tales como un seguro de invalidez o muerte, servicio de guardería, derecho a la lactancia y licencia de paternidad de cinco días. El convenio del sector contempla medidas como que la empresa proporcione la ropa laboral, que se realicen estudios sobre la salud laboral de los trabajadores o el derecho a la afiliación y reunión sindical, entre otras.

 

En todas las empresas el salario es fijo y no hay sistema de incentivos, aunque en dos de los proveedores analizados, los trabajadores recibían una paga de entre setenta y noventa euros por los buenos resultados. Otra de las empresas estudiadas paga un seguro de salud para toda la plantilla.

 

Todas las empresas estudiadas abonan el transporte y, una de ellas, incluso la comida.

 

El grueso de las plantillas de las fábricas está formado, entre un 60% y un 90%, por mujeres. La edad media de los operarios está en torno a los 25 años y la rotación de personal es del orden del 8% anual.

 

La jornada de trabajo es de 44 horas a la semana, de lunes a viernes. La legislación de Brasil prevé poder prolongar hasta dos horas la jornada diaria avisando con dos días de antelación (y hasta tres si se trata de un sábado). Las horas extras se compensan con el mismo número en un plazo máximo de cuatro meses. La mayoría de estas horas se trabajan en sábado y son voluntarias.

 

Este estudio sobre las condiciones laborales de los proveedores de Zara en Brasil se publica un mes después de darse a conocer uno similar sobre el aprovisionamiento en Marruecos, con fabricantes de Inditex, El Corte Inglés y Mango. Tras estas dos experiencias, IndustriALL prepara otro informe sobre la industria de la confección en Turquía.