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La última hebra: cómo salvar la lana española del olvido industrial

La Alianza por la Lana, un proyecto en el marco del Madrid Design Festival, reivindica el uso de una materia prima histórica que conecta ganadería, transformación textil y mercado para poder tejer un futuro con sus hilos.

La última hebra: cómo salvar la lana española del olvido industrial
La última hebra: cómo salvar la lana española del olvido industrial
La Alianza por la Lana, un proyecto en el marco del Madrid Design Festival,busca articular agentes públicos, privados y creativos para recuperar la cadena de valor de la lana en España.

Maria Trilla

En un país con 45 razas autóctonas y una historia tejida en lana desde los Reyes Católicos, la industria lanera se encuentra al borde del colapso. Con apenas tres lavaderos activos en todo el territorio, diseñadores, festivales e instituciones se movilizan para devolver valor a una materia prima que fue un valor al alza. La Alianza por la Lana nace para tejer un futuro donde apenas se sostiene el tejido.

 

Durante siglos, la lana fue uno de los motores del desarrollo económico y social en España. La lana merina, considerada entre las de mayor calidad del mundo, fue clave en las exportaciones del país desde la Edad Media. La Mesta, organización que regulaba la trashumancia en Castilla, convirtió a la lana en una materia estratégica durante siglos.

 

A lo largo del siglo XX, el progresivo abandono de las prácticas tradicionales, la pérdida de rentabilidad y el auge de fibras sintéticas aceleraron su declive. El retroceso en la transformación industrial y el deterioro de la cadena de valor dejaron a la lana relegada frente a nuevas materias primas.

 

En 1970, España contaba con cerca de 23 millones de ovejas. En 2022, el censo se redujo a 15 millones, según el Ministerio de Agricultura. En paralelo, el volumen de exportaciones ovinas disminuyó un 20 % entre 2010 y 2020. Actualmente, solo permanecen en activo tres lavaderos industriales en todo el país, lo que sitúa a la lana en una encrucijada crítica.

 

 

 

 

Hasta hace pocos años, cerca del 80 % de la lana producida en España se exportaba a China. Sin embargo, pese a ser el mayor productor de lana de la Unión Europea, su peso es residual en la industria global. “España es el mayor productor de lana en la Unión Europea, pero su producción representa menos del 0,5 % de las fibras textiles utilizadas a escala global”, explica la organización del Madrid Design Festival.

 

“En términos globales, la lana representa menos del 1 % de las fibras que utiliza el sector textil, frente al 70 % que suponen las fibras sintéticas”, añade Llamas.

 

La situación actual de la lana en España se enfrenta a barreras logísticas, fiscales y tecnológicas. La competencia con materiales sintéticos y la desconexión entre ganadería, industria y mercado dificultan su recuperación. Los costes de transformación y la falta de incentivos han conducido a la lana a un punto de estancamiento.

 

alianza por la lana 1200

 

 

 

 

Frente a este escenario nace la Alianza por la Lana, una iniciativa que busca articular agentes públicos, privados y creativos para recuperar la cadena de valor de la lana en España. El proyecto parte de Tejiendo Redes, una propuesta impulsada en 2024 desde el Madrid Design Festival junto con Amazon como socio estratégico, con el objetivo de reivindicar los entornos rurales como espacios de creación y conservación del patrimonio inmaterial.

 

Con más de 400 aliados, la Alianza aspira a consolidar una comunidad creciente y desarrollar un distintivo que permita identificar prácticas responsables y productos elaborados a partir de lana española. Según Álvaro Matías, director del festival e impulsor de la iniciativa, “no hay otra fibra que iguale en calidad, sostenibilidad y trazabilidad a la lana natural”, una materia que considera “insustituible”.

 

El proyecto ha contado con apoyo institucional, incluido el de la reina Letizia, a quien fueron presentadas las principales líneas de actuación de la Alianza el pasado abril. “Empezamos por la corona real porque sabíamos la sensibilidad de la Reina con la producción artesanal y la sostenibilidad”, añade Matías.

 

 

 

 

La iniciativa, que se encuentra en fase de constitución, busca convertir la lana en un proyecto de país. “Queremos crear un sello que garantice que las prácticas en la moda se hacen desde la lana española de manera responsable”, sostiene Matías.

 

Es por ello por lo que el diseño se traduce en una palanca para la revalorización de esta materia prima, tanto en moda como en arquitectura e interiorismo. Según defiende la organización impulsora del proyecto, las fibras naturales, frente a las sintéticas, se plantean como argumentos relacionados con la sostenibilidad, la durabilidad y la circularidad.

 

Queremos que en 2026 haya empresas que usen la lana española con trazabilidad garantizada, respetando la cadena de valor”, sostiene Matías, tras añadir que la hoja de ruta de la Alianza por la Lana se centra en poner en marcha iniciativas que, según su fundador, son “fundamentales para la supervivencia del sector y de la lana”, una materia “esencial” en la historia de España.

 

Con el proyecto trazado, y con la vista puesta en promover el uso de la lana nacional y evitar “que quede como especie de extinción”, la Alianza por la Lana pone al alza las necesidades del sector, ya sean desde inversión industrial, beneficios fiscales o visibilidad y educación, para contribuir al renacimiento de una materia que está desapareciendo.

 

 

 

 

La lana forma parte de la cultura de nuestro país y tenemos que salvaguardar el patrimonio y la identidad cultural de nuestros pueblos y regiones; sin ella, una parte del país caerá en el olvido”, reconoce Matías.

“Se necesitan medidas de excepción fiscal para que la lana pueda competir con otros productos”, ilustra el impulsor del proyecto, alertando de la desigualdad a la que se enfrenta la hebra. Con todo ello, ¿puede una materia olvidada convertirse en símbolo de futuro sostenible?