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José María Mestres (Texfor): “La única forma de proteger a la industria es haciendo que la propia industria se lo crea”

El recién nombrado presidente de Texfor opina que las ayudas no deben llegar en forma de subvenciones sino de protección de la industria nacional a través de contratación pública.

I. P. Gestal

19 jun 2020 - 04:54

José María Mestres (Texfor): “La única forma es proteger a la industria es haciendo que la propia industria se lo crea”

 

 

José María Mestres asume la presidencia de la Confederación de la Industria Textil (Texfor) en uno de los momentos más críticos para el sector. La industria textil de cabecera en España pasó de sufrir el corte en seco de pedidos por el cierre del comercio de moda por el estado de alarma a adaptarse a contracorriente para producir mascarillas y otros equipos de protección sanitaria. “Tenemos la obligación de hacernos fuertes y ser visibles para que los organismos públicos se den cuenta de que somos necesarios”, defiende Mestres, quien también preside la Federación Textil Sedera.

 

 

Pregunta: ¿Cuál es su hoja de ruta al frente de la confederación?


Respuesta: Josep Moré se encontró un Texfor en reformas y yo me lo encuentro totalmente rehabilitado, consolidado y con una gran proyección de futuro. Se ha demostrado especialmente durante estos meses, en los que ha habido mucha incertidumbre y donde el equipo humano ha sabido canalizar toda la información y toda la demanda, especialmente del sector sanitario. Las directrices son claras. Ahora es indispensable que el sector tenga una visibilidad máxima, eso es lo fundamental. Necesitamos una continuidad, una estabilidad económica, que ahora tenemos garantizada con los fondos europeos. Tenemos que dar un impulso nuevo a través de los centros tecnológicos y lograr que el sector entre en la industria 4.0, así como impulsar la sostenibilidad. También es fundamental que Texfor se convierta en un puente entre los propios miembros que lo componemos. Hemos creado un gran lobby y eso para la industria debe ser prioritario.

 

 

P.: ¿Las empresas tienen pulmón para hacer frente a una crisis como esta?


R.: En estos momentos las empresas están sufriendo terriblemente, entre otras cosas porque el sector moda no existe. Hemos perdido primavera, verano y ahora es posible que perdamos también invierno. Sabemos que hemos perdido un año entero. No sé cómo van a acometer el futuro, veremos qué pasa con los Ertes, con los impuestos… Todo es una incertidumbre. Incluso parece que el Gobierno está improvisando. Le está dando más importancia a sectores como el turismo, y sin embargo el sector industrial es casi tan importante, porque tiene raíces aquí. Además, no todo el turismo es de calidad y sin embargo la industria, y en especial el textil, sí lo es.

 

 

 

 

 

P.: El parón de China a principios de año provocó el desvío de algunos pedidos a Europa. ¿Es una oportunidad para la relocalización?


R.: Sí, puede ser una gran oportunidad. Sobre todo por un tema de conciencia. Nos hemos dado cuenta de que aquí sabemos hacer las cosas bien, aunque también más caras, porque con el precio no podremos luchar nunca. Es cierto que al principio se nos encargó la fabricación de EPIs pero en seguida hemos vuelto a importar, eso lo tenemos muy asumido. Pero a la larga, nos hemos dado cuenta de que no podemos depender del exterior, al menos para productos sanitarios.

 

 

P.: ¿Qué pueden hacer las administraciones para contribuir a la recuperación del sector?


R.: La única forma deproteger a la industria es haciendo que la propia industria se lo crea. Hay sectores que son esenciales y prioritarios, como sanitarios, bomberos, policías… Esto debería quedarse. Nosotros no pedimos que se nos subvencione por fabricar un producto, pero no puede ser que se nos puentee y las compras después vayan a parar a un país asiático. Los pliegos deberían exigir que fueran un producto nacional. Es la forma de protegerse.

 

 

P.: El turismo y el automóvil tienen sus propios planes de choque…


R.: Mediáticamente, lo que ha pasado con Nissan es mucho más impactante que el cierre de cien empresas industriales textiles. Pero seguramente el impacto en empleo es el mismo.

 

 

 

 

P.: ¿Falta un lobby fuerte en el textil español?


R.: De hecho, mi labor va a ser un poco esa. Aunque antes del Covid-19 y después del Covid-19 todo ha cambiado mucho, pero no sé muy bien hacia dónde. La realidad nos supera. Siempre ha habido una buena relación entre nosotros, pero sí es cierto que nos hemos dado cuenta después de esta pandemia que el sector textil es absolutamente necesario. Hemos conseguido darnos del potencial que tenemos. Industrialmente somos una buena potencia, pero no podemos luchar con los productos asiáticos y con el dumping, y eso es lo que nos hace perder a veces la ilusión. Tenemos la obligación de hacernos fuertes y ser visibles para que los organismos públicos se den cuenta de que somos necesarios.

 

 

P.: Si el Gobierno da ayudas para comprar coches, ¿debería darlas para comprar ropa?


R.: La ropa tiene el precio que tiene. Pero el equipamiento de organismos industriales como bomberos o policía sí debería estar protegido para que sólo fuera producido por la industria nacional. Ya hay países que lo hacen. Sólo con que esas partes se quedaran ayudaría mucho a la industria textil.

 

 

P.: Para el textil de cabecera, ¿la moda es buen cliente o es mejor dedicarse a textiles técnicos?


R.: La gracia que tiene el textil es la versatilidad. Todavía queda una buena red de confeccionistas para la moda y eso es algo que no se puede perder. De hecho, tenemos algunas de las mayores empresas de moda del mundo y todavía dejan aquí algo de producción. Si no vamos muy rápido podemos ir perdiendo lastre, y ese es el primer reto.

 

 

P.: Las empresas están ahora focalizadas en la supervivencia. ¿Se pueden paralizar transformaciones a largo plazo, como la industria 4.0?


R.: Al final, una empresa tiene que equilibrar su presupuesto, y en estos momentos lo principal es la supervivencia. Ahora, la gran preocupación que tiene la industria y el textil en particular es qué va a ocurrir el día después. Si nada cambia, los Ertes vencen el 1 de julio, y a partir de entonces será una aventura nueva. Pero si tienes que destinar una dotación para tratar de digitalizar la empresa y tienes que pagar a tus empleados, la prioridad es la segunda.

 


P.: ¿Qué le diría a un joven que el año que viene fuera a estudiar ingeniería textil, y ahora piense en cambiar de carrera?   


R.: Yo le diría que al contrario. El Covid-19 ha sido para todos. El problema del textil es que viene desde hace muchos años con un problema endémico y poco a poco ha ido languideciendo, seguramente porque nosotros no hemos sabido, o porque las circunstancias de mercado han sido las que son. Pero no creo que sea un sector para dejar de lado. Yo animaría a los estudiantes a que hicieran la carrera textil, es un sector de futuro. Y lo hemos demostrado ahora.