Foot Locker, historia, auge y caída del árbitro del deporte que perdió su autoridad
La cadena de deporte, que acaba de ser adquirida por Dick’s, tiene en sus orígenes a dos empresarios: Frank Winfield Woolworth y George Kinney. Por separado crearon sus negocios y, tras su integración, impulsaron Foot Locker.


La camiseta de líneas blancas y negras que visten los empleados de Foot Locker, a imagen y semejanza de los árbitros de las ligas deportivas estadounidenses, es seguramente uno de los uniformes más reconocidos del mundo. Como la vestimenta de sus vendedores, Foot Locker fue durante años el árbitro del campo de juego de la distribución de equipamiento deportivo, reinando en el segmento gracias a su predominancia en Estados Unidos y su presencia internacional, que le daban ventaja para conseguir acuerdos con las marcas, la clave de su negocio. El auge de Internet, el desarrollo de competidores con mirada global y la pérdida del trato de favor de las marcas han llevado a Foot Locker a horas bajas. Si no puedes solo, busca aliados, y eso es lo que ha hecho con su venta a Dick’s el grupo Foot Locker, cuya trayectoria comenzó con las tiendas de cinco centavos.
Para llegar a Foot Locker hay que unir la historia de dos empresarios: Frank Winfield y George Kinney. Los estadounidenses crearon modelos que, por momentos, fueron líderes de sus segmentos y terminaron unidos para dar lugar a Foot Locker.
En 1878, Frank Winfield Woolworth era vendedor en una tienda que distribuía todo tipo de artículos. Con ventas a la baja y stock acumulándose, la tienda decidió hacer una venta especial con todo a 5 centavos, una estrategia que funcionó y que plantó la semilla del emprendimiento en Woolwort. Un año después, Woolworth puso en marcha su propia tienda, llamada Great 5C Store y ubicada en Utica, Nueva York.
El concepto funcionó, pero la ubicación no era buena, así que Woolworth abrió una segunda tienda en Pennsylvania. En ella, ya no sólo vendía productos a 5 centavos, sino también a 10 centavos, una manera de poder incluir más productos y, así, diversificar su clientela.
Woolworth se convirtió, así, en uno de los pioneros de las tiendas a precio único, dando lugar a una empresa que llegó a contar con 800 tiendas y presencia no sólo en Estados Unidos, sino también en Canadá, Reino Unido y México. A principios de los noventa, tras años languideciendo ante los cambios del consumo y el nacimiento de competencia, Woolworth terminó cerrando.
Cuando Woolworth se adentraba en Canadá, allá por 1894, George Romanta Kinney puso en marcha una pequeña tienda de calzado a precios asequibles. Kinney Shoes creció rápido y en 1936 se había convertido en la mayor compañía familiar de distribución de calzado de Estados Unidos, con una red de 355 tiendas.
Kinney Shoes se dirigía a las clases sociales humildes, vendiendo su calzado a sólo un dólar. Para conseguir ese precio, Kinney compraba los componentes del calzado en volumen y visitaba personalmente las fábricas para eliminar intermediados, aunque terminaría abriendo sus propios centros de producción.
Woolworth y Kinney crecieron en paralelo, pero la primera empezó a debilitarse por las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, que menguó el bolsillo de los consumidores para gastos superfluos. En la primera mitad de los sesenta, Woolworth debió hacer frente al surgimiento de competencia, con el lanzamiento de las primeras tiendas Kmart, a lo que respondió con la creación de Woolco, una suerte del Walmart del momento: grandes tiendas con mucha mercancía a precios asequibles. Woolworth salió también de compras para buscar productos asequibles para vender en sus tiendas y fue entonces cuando encontró a Kinney, que en aquel momento contaba ya con más de 500 locales en Estados Unidos y era propiedad de Brown Shoe Company.
En 1964, Woolworth se hizo con el control de Kinney Shoes, la integró en su negocio, la hizo crecer más allá de Estados Unidos y la engordó con el lanzamiento de nuevas divisiones: Stylco (1967), Susie Casuals (1968) y, finalmente, Foot Locker (1974), dedicada únicamente a calzado deportivo.
La primera tienda de Foot Locker abrió en City of Industry, una ciudad industrial situada al este de Los Ángeles, en California. Aunque a Foot Locker le costó despegar, a medida que el modelo de Woolworth caducaba la empresa comenzó a centrarse en la cadena de deportiva, que pronto alcanzó 900 tiendas en Estados Unidos y Canadá.
En la década de los ochenta, Foot Locker fue separándose progresivamente de su matriz y en 1988 comenzó a ganar identidad propia. La compañía introdujo un nuevo logo que reproducía un hombre vestido de blanco y negro imitando al uniforme de los árbitros, una vestimenta que recogió también el personal de tienda.
En los noventa, el peso de Foot Locker era tal que Woolworth terminó cambiando su nombre a Venator Group, bajo el cual Foot Locker se convirtió en la mayor cadena de calzado deportivo de Estados Unidos, en un momento en que marcas como Nike, Adidas o Reebok ya habían nacido y se habían hecho un hueco en el mercado. La división de deporte de Venator Group, que incluía Foot Locker, Champs y Sports Autority, devino la mayor cadena de calzado del mundo, con 7.200 tiendas en doce países.
El control del mercado de la división deportiva de Venator Group creció a pasos agigantados, gracias a su amplia red de tiendas y a los acuerdos de distribución con las marcas, de Nike a Adidas, pasando por Air Walk o Reebok. Foot Locker tenía al cliente y lo que el cliente quería, fuera cual fuera el deporte, baloncesto, fútbol, tenis o fitness.
Con el cambio de milenio, en 2001 Venator Group dejo de existir y se transformó en Foot Locker. La cadena de calzado comenzó su desarrollo más allá de los centros comerciales y se abrió paso a pie de calle, pero no fio su desarrollo únicamente al crecimiento orgánico, sino también a las compras: Carbon38, Rockets of Awesome, Super Heroic o Goat Group fueron algunas de las empresas que adquirió. La dimensión internacional ha hecho diferente a Foot Locker de sus competidores: gracias a Woolworth, la cadena deportiva saltó a América, pero también a Europa, en un momento en que la mayoría de sus competidores eran locales.
Fortalezas que son debilidades
Pero las fortalezas de Foot Locker han terminado jugando a su contra. El auge de Internet como canal de distribución ha hecho que la cadena cuente con un parque de tiendas sobredimensionado y que su posicionamiento se vea comprometido por nuevos operadores que se mueven como pez en el agua en el entorno digital.
La competencia ha aumentado en el sector de la distribución deportiva y, especialmente en Europa, han surgido operadores que, ahora, ya no tienen miedo a convertirse en globales. De la francesa Decathlon a la británica Sports Direct, la internacionalización ya no es una característica única de Foot Locker.
Las marcas también han sido el ying y el yang para Foot Locker. Si los acuerdos de distribución con Nike elevaron a Foot Locker, también le han hecho debilitarse. En la última década, las grandes marcas de equipamiento deportivo han dado la espalda a los distribuidores para centrarse en la venta directa al consumidor, con mayores márgenes y mayor control del canal. Esto ha hecho aflorar la debilidad de grupos como Foot Locker, mientras otros como Decathlon se han disparado con el lanzamiento de marcas propias.
Todos estos elementos en contra del modelo de Foot Locker comenzaron a hacerse evidentes a finales de la década pasada, cuando la cadena comenzó a frenar su ritmo de crecimiento. Sin embargo, la crisis del Covid-19 y boom de la actividad deportiva que provocó escondieron durante un par de años la rotura en las costuras de Foot Locker.
Las fortalezas de Foot Locker se convirtieron en debilidades, pero la crisis del Covid-19 tapó por unos años la caída del grupo
Si en 2019 la empresa rebasó los 8.000 millones de facturación con ventas de 8.005 millones de dólares, en 2021 rozó los 9.000 millones, cerrando el ejercicio con 8.958 millones de dólares en ventas. En 2022, la compañía redujo un 2,35% sus ventas; en 2023 lo hizo un 6,78% y en 2024, un 2,24%.
Foot Locker, que opera con las cadenas Foot Locker, Kids Foot Locker, Champs Sports, WSS y Atmos, cerró el ejercicio 2024 (concluido en febrero de 2025) con ventas de 7.971 millones de dólares, pero logró dejar atrás las pérdidas de 330 millones de dólares que había anotado en 2023.
En 2021, el año en que Foot Locker alcanzó su pico de ventas, contaba con 2.858 tiendas. Hoy en día cuenta con 400 menos, con una red de 2.400 tiendas en veinte países de Norteamérica, Europa, Asia y Oceanía, así como franquicias en Europa, Oriente Medio y Asia. En el último ejercicio, Foot Locker ha salido de mercados como Corea del Sur, Noruega, Suecia o Dinamarca y ha traspasado a un franquiciado su negocio en Grecia y Rumanía.
Foot Locker entra ahora en una nueva fase. El pasado 15 de mayo, Dick’s Sporting Goods, una de las mayores cadenas de deporte de Estados Unidos, anunció la firma de un acuerdo para hacerse con el control de Foot Locker. La operación, que ha logrado el apoyo unánime de las dos empresas, está valorada en 2.400 millones de dólares. La cadena nacida de las tiendas a 5 centavos se integra ahora en un grupo que, con menos tiendas (856), factura mucho más: 13.443 millones de dólares a cierre de 2024.