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El Inditex que deja Isla: digital, más profesional y cuatro veces más grande

El presidente del grupo gallego, que dejará su cargo el próximo marzo, llegó a una compañía que facturaba 6.740,8 millones, sumaba menos de 3.000 tiendas y no tenía online. La deja cuatro veces más grande y rentable y en el camino hacia lo que él siempre llama “la integración total”.

I. P. G.

1 dic 2021 - 04:57

El Inditex que deja Isla: digital, más profesional y cuatro veces más grande

 

 

Amancio Ortega la creó, José María Castellano la hizo global y la sacó a bolsa y Pablo Isla la aseguró en el primer puesto mundial y sentó las bases para garantizar un futuro en un contexto cambiante y sin la familia, que ahora vuelve a la primera línea. El Inditex que deja el actual presidente, que abandonará el grupo el próximo marzo, es más profesional, cuatro veces más grande y nueve veces más valioso en bolsa.

 

El 14 de mayo de 2005, Inditex anunció la incorporación de Pablo Isla, entonces presidente de Altadis, como nuevo consejero delegado. Su objetivo, explicaba entonces la empresa, era pilotar “el crecimiento futuro” de la empresa, al frente de una “nueva generación de gestores”.


Inditex era entonces un grupo en plena expansión. Contaba ya con una cartera de ocho cadenas (contando entonces Kiddy’s Class), estaba presente en 62 países de todo el mundo con 2.692 tiendas y facturaba 6.741 millones de euros, con un beneficio de 803,2 millones de euros.

 

 

 

 

Era una empresa de moda rápida, todavía mirada con recelo por parte del sector (aunque ya entre los líderes mundiales) y sustentada en el producto y las tiendas, en las que apalancaba su expansión.

 

Un año después del nombramiento de Isla llegaría el primer plan estratégico medioambiental del grupo (el antecesor de la estrategia de sostenibilidad) y, en 2007, el salto al canal online de la mano de Zara Home.

 

Un año después, el grupo lanzó Uterqüe (que a partir del año que viene dejará de tener tiendas independientes) y en 2010 Zara empezó a vender online, marcando el camino de todo el sector que todavía no había dado el paso.

 

En 2011, Amancio Ortega cedió a Isla la presidencia. ¿El objetivo? “Seguir creciendo”, decía entonces el grupo. De hecho, los hitos de los años siguientes consistieron en batir nuevas marcas en número de tiendas: 6.000 en 2012, 7.000 tres años después.

 

 

 

 

Después, con el Apocalipsis Retail copando titulares y la sostenibilidad anticipando un cambio de modelo en la moda a largo plazo, Inditex cambió de estrategia: de escalar el modelo abriendo tiendas a evolucionar el modelo apalancándose en la digitalización (o, en palabras de Isla, la “plena integración” de canales) y, cada vez más, en la sostenibilidad. Aunque el objetivo no había cambiado desde que Isla llegó: seguir creciendo.

 

En 2018, el grupo anunció que llevaba cinco años ajustando su vasta red de tiendas físicas, a medida que el comercio electrónico había ganado peso en su negocio mundial. La rapidez y capacidad de adaptación en el diseño y la logística que le habían hecho líder le volvían a servir de palanca, esta vez para adaptarse con rapidez a la transformación de la distribución.

 

En septiembre, tras un demoledor informe de Morgan Stanley que cuestionaba su transición digital, dio un nuevo golpe de efecto y anunció que, para 2020, vendería online en todos los países del mundo, tuviera o no presencia física en ellos.

 

 

 

 

 

Al año siguiente, llegó un nuevo objetivo, esta vez en materia de sostenibilidad. La compañía comunicó toda una serie de metas que iban desde reducir a cero los residuos en las instalaciones del grupo en 2023 a usar 100% poliéster reciclado y algodón sostenible en 2025. Este año, pese al golpe del Covid-19, la compañía adelantó algunos de esos objetivos y los introdujo en las variables que se tienen en cuenta para retribuir a los directivos.

 

En 2019, antes del estallido de la pandemia, Inditex facturó 28.286 millones de euros (cuatro veces más que en 2005), ganó 3.639 millones (un 353% más que cuando llegó Isla), sumaba 7.469 tiendas (casi 5.000 más) y empleaba a 176.611 personas (118.421 más que en 2005).

 

En 2020, la facturación del grupo bajó hasta 20.402 millones de euros por el Covid-19, y el beneficio se redujo hasta 1.106 millones, aunque la compañía ya ha comenzado a recuperar los niveles precrisis. La prueba de fuego serán los resultados anuales de 2021, que el grupo presentará el próximo marzo y que serán los últimos de Isla como presidente.