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Del MIT al BCI: los poderes fácticos de la sostenibilidad

Organizaciones sin ánimo de lucro, grupos de presión o instituciones de enseñanza son las entidades que mueven los hilos de la sostenibilidad en moda más allá de los grandes operadores.

C. Juárez

28 jun 2021 - 04:47

Del MIT al BCI: los poderes fácticos de la sostenibilidad

 

 

Pocos asuntos en el negocio de la moda han despertado un mayor consenso que la sostenibilidad. En los últimos años, grandes y pequeños, lujo y gran distribución, han incluido en sus discursos públicos expresiones como minimizar el impacto o avanzar en circularidad y han puesto nombre y apellidos a las materias primas y sus proveedores.

Pero, ¿cómo se define la sostenibilidad? ¿En qué fase está la moda en esta transformación? ¿Cuáles son los impulsores y los frenos para encarar el cambio? En este Insight Sostenibilidad: claves de la gran transformación, patrocinado por Ecolife by Belda Lloréns, repasamos todas las claves del gran fenómeno de la moda.


 


 

¿Quién mueve los hilos de la sostenibilidad? La carrera por la mejora del medio ambiente no está liderada únicamente por los operadores de moda, sino que también entran en juego poderes fácticos que innovan, impulsan y respaldan que la sostenibilidad no sea sólo un objetivo de las empresas para seducir a un consumidor cada vez más concienciado, sino que tenga una repercusión real en el ecosistema.

 

En 2019 hubo un antes y un después en el compromiso de las grandes empresas con la sostenibilidad mediante la firma del Fashion Pact. Este acuerdo, sellado por una treintena de operadores del sector, supuso el inicio de una nueva hoja de ruta para el sector, que se comprometía a detener el cambio climático, restaurar la biodiversidad y proteger los océanos.

 

 

Fundación Ellen MacArthur

Un poco antes, los líderes del sector también se sentaron para la firma del acuerdo global New Plastics Economy, que tenía como objetivo el compromiso de eliminar los plásticos de un solo uso, trabajar para que el plástico que se use sea reutilizable, reciclable o convertible, y fomentar su circularidad. Este acuerdo estuvo promovido por la Fundación Ellen MacArthur, uno de los pilares en la promoción y difusión de la circularidad.

 

Creada en 2010 de la mano de la activista homónima, la asociación trabaja de la mano de gobiernos, instituciones y empresas con el objetivo de acelerar en la transición hacia la economía circular.

 

“Los modelos de negocio, productos y materiales están diseñados para aumentar el uso y la reutilización, replicando el equilibrio del mundo natural, donde nada se convierte en desperdicio y todo tiene valor”, asegura Ellen MacArthur.

 

Entre los socios de la fundación se encuentran desde grupos de alimentación como Danone, hasta ayuntamientos como el de Sao Paulo, pasando por fabricantes de coche como Renault y o de servicios como Google.  

 

 

 

Global Fashion Agenda

En el mismo año que los pesos pesados de la moda firmaron el Fashion Pact y el New Plastics Economy, también rubricaron la CEO Agenda, un documento donde los operadores de la industria de la moda se comprometían a avanzar en la trazabilidad en la cadena de suministro, combatir el cambio climático, un uso eficiente del agua, la energía y los productos químicos y un entorno laboral más respetuoso y seguro. Detrás de esta iniciativa se encuentra el foro de liderazgo de presión Global Fashion Agenda, que tiene como objetivo transformar la industria de la moda hacia el camino sostenible.

 

Este grupo, que también organiza el Copenhagen Fashion Summit, cuenta entre sus socios estratégicos a pesos pesados de la industria de la moda como Asos, H&M, Nike, Kering, PVH, Bestseller o Fung Group, con los que trabaja para impulsar el progreso sostenible. Además, Global Fashion Agenda también cuenta con associate partners, compañías cuyo eje de negocio se basa en la sostenibilidad como Everlane o Allbirds.

 

“Los instamos como líderes de la industria a investigar nuevos modelos comerciales fuera de los mecanismos de mercado actuales para impulsar el cambio, implementar la innovación y aprovechar las oportunidades comerciales colaborativas”, apremia la asociación.

 

 

 

 

Conservation International

Otra de las asociaciones más relevantes que trabajan con la industria de la moda para promover la sostenibilidad es Conservation International. Su objetivo es proteger la naturaleza como fuente de alimento, agua y clima estable. La entidad se centra en políticas y asociaciones con empresas y comunidades.  

 

En ese sentido, Conservation International también ha trabajado impulsando varios proyectos en el sector, como un fondo con el grupo de lujo Kering para la transición de un millón de hectáreas de tierra hacia practicas regenerativas con un presupuesto de cinco millones de euros. En total, la entidad ha apoyado 1.200 áreas protegidas e intervenciones en 77 países.

 

Convervation International también trabaja de la mano de otras asociaciones como Fashion Pact, con la que ha puesto en marcha un proyecto de dos millones de euros de presupuesto con el objetivo de mitigar el impacto del sector en la biodiversidad.

 

 

 

 

Sustainable Apparel Coalition (SAC)

También con el objetivo de mejorar las prácticas en la cadena de suministro y medir el impacto medioambiental y social de las marcas, la Sustainable Apparel Coalition (SAC) es otro de los poderes fácticos de la sostenibilidad en la industria de la moda. La entidad cuenta con más de treinta años de trayectoria.

 

En 2011, la SAC lanzó el Higg Index, un indicador de medición de la cadena de valor para las empresas minoristas, marcas e instalaciones. El objetivo de la herramienta es calcular y calificar el desempeño de sostenibilidad social o ambiental de una empresa o producto.

 

En la actualidad, la iniciativa SAC cuenta con la participación de más de 250 empresas distribuidas en 35 países, que incluyen Asos, Centric Brands, Aldo, Abercrombie&Fitch, Camper o American Eagle, entre otras.

 

 

 

 

Textile Exchange

Del lado de los materiales, Textile Exchange es una organización sin ánimo de lucro que trabaja para potenciar el cambio de la industria de la moda hacia la introducción de fibras orgánicas o ecológicas.

 

Fundada en 2002 como Organic Exchange y especializado en algodón, el grupo identifica las prácticas más sostenibles respecto al cultivo, procesado y trazabilidad de esta materia para la industria de la moda. En 2010, el grupo viró su estrategia para focalizarse más allá del algodón e incluir en su cartera otras fibras y materiales.

 

Actualmente, la principal hoja de ruta de Textile Exchange es Clima +, que tiene como objetivo reducir un 45% las emisiones de dióxido de carbono de la producción de fibras y materiales textiles para 2030.

 

El grupo también trabaja en estrecha colaboración con sus miembros para incrementar estándares y certificaciones en toda la cadena de valor, generar conciencia sobre los cambios positivos y conseguir que los Objetivos de Desarrollo Sostenible se integren en el vocabulario común.

 

 

 

Better Cotton Iniciative (BCI)

Con el foco puesto en la promoción de cultivos sostenibles de algodón en entornos socialmente responsables, más respetuosos con el medio ambiente y económicamente sostenible, Better Cotton Iniciative (BCI) es otra de las asociaciones con más poder en el ámbito de la sostenibilidad.

 

El propósito final del grupo es reducir el impacto ambiental de la producción de algodón, mejorar los medios de vida y el desarrollo económico en las zonas productoras de algodón. Y también impulsar el algodón BCI, que no se trata de algodón orgánico, pero sí está considerado como fibra preferente, a lo largo de la cadena de suministro y garantizar su credibilidad.

 

En total, BCI está asociado con 2,3 millones de agricultores y proveedores involucrados repartidos en 23 países del mundo, que fabrican 5,6 millones de toneladas de algodón orgánico al año, copando el 22% de la producción global de algodón en 2019. Además, el grupo también trabaja con marcas internacionales del sector de la moda, patronales textiles y organizaciones civiles.

 

 

 

 

Canopy

En el ámbito de la preservación del medio ambiente, Canopy concreta su actuación para desarrollar soluciones comerciales de la mano de los principales clientes de la industria forestal y proteger los últimos bosques fronterizos. La organización estima que, depende de cada región, entre el 35% y el 60% de los bosques continúan siendo talados para usar la materia prima en la fabricación de productos de consumo, desde papel higiénico, hasta camisetas.

 

“Canopy asegura la conservación forestal a gran escala y transforma las cadenas de suministro de productos forestales insostenibles al involucrar a los ejecutivos empresariales, así como líderes de la conservación y la sostenibilidad”, destaca la compañía.

 

 A lo largo de su trayectoria, la asociación ha trabajado con 750 clientes de la industria forestal, desde editoriales de libros hasta diseñadores de moda, con el objetivo de transformar sus prácticas de compra y crear soluciones para evitar la deforestación.

 

En ese sentido, la ONG ha desarrollado un proyecto con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras asociaciones como 2050 o Systemiq con el objetivo de que el 25% de los materiales que usa la industria de la moda sean de impacto reducido hasta 2025.

 

 

 

 

Systemiq

Ese otro partner, Systemiq, es una B Corp que integra a empresas, responsables y a la sociedad civil con el objetivo de que los sistemas económicos sean “verdaderamente sostenibles”. “Creamos coaliciones con la influencia y la ambición de establecer un nuevo rumbo para la industria global”, define la asociación en su plan de actuación.

 

La entidad fue creada en 2016 para impulsar el logro del Acuerdo de París mediante la transformación de los mercados y los modelos comerciales en tres sistemas: uso de la tierra, materiales y energía.

 

En ese sentido, Systemiq trabaja en varios ámbitos: desde ayudar a cambiar el rumbo de plásticos oceánicos hasta crear empresas que protejan la selva tropical de Indonesia con el objetivo también de acelerar en la conquista de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

 

 

 

2050

“2050 es un año histórico: a mitad del siglo XXI, muchos jóvenes vivos hoy seguirán viviendo con los resultados de las decisiones que tomemos ahora”. Bajo esta premisa está basado el plan de actuación de 2050, una asociación que trabaja con el objetivo de reducir el cambio climático.

 

La asociación, que trabaja de la mano de otras ONGs, con compañías del sector privado, instituciones financieras, gobiernos y organizaciones de desarrollo, enfoca su proceso en dos etapas: un enfoque holístico para trazar un mapa del problema y, posteriormente, la fase de innovación donde se generan soluciones potenciales.

 

Cuando estas soluciones superan la evaluación inicial, se llevan a la fase de prototipo para probarlas con las partes interesadas en el mercado. Entre las áreas en las que trabaja 2050 en relación con la moda sostenible se encuentran la administración del agua, la energía y la construcción.

 

 

 

Massachusetts Institute of Technology (MIT) 

Además de entidades y asociaciones, también existen instituciones del ámbito universitario que trabajan en la investigación para impulsar la sostenibilidad en el sector de la moda. Entre ellas se encuentra el Massachusetts Institute of Technology (MIT), que cuenta con programas como MIT Media Lab o MIT Climate and Sustainability Consortium, con el objetivo de desarrollar e impulsar soluciones globales para luchar contra el cambio climático.

 

Además de ofrecer programas formativos sobre sostenibilidad, entre los ámbitos de actuación del MIT se encuentra la alianza con grandes empresas de moda para el desarrollo de líneas de investigación tecnológica. Una de las principales es con Inditex, que contempla la constitución de dos cátedras con la MIT Sloan School of Management y el MIT Department of Materials Science and Engineering, ligada al análisis de datos.

 

Además, Inditex invirtió en el MIT cuatro millones de dólares para un proyecto con el objetivo de impulsar iniciativas de economía circular a través de la investigación en nuevas tecnologías vinculadas con la sostenibilidad, el reciclaje de materiales textiles y desarrollar áreas de investigación relativas al análisis de datos aplicados al negocio.

 

Además de Inditex, otros operadores de moda han acudido al MIT en busca de investigación: la italiana Brunello Cuccinelli ha apostado por desarrollar la fábrica del futuro de la moda, la alemana Puma ha ido en busca de nuevos materiales o Shima Seiki se unió al MIT Media Lab para buscar tecnologías que definan el futuro de la producción de prendas.

 

 

Hong Kong Research Institute of Textiles and Apparel

Hong Kong Research Institute of Textiles and Apparel es otro de los organismos de enseñanza especializados en investigar sobre sostenibilidad. Fundado en 2006, la entidad está financiada por la Comisión de Innovación y Tecnología del Gobierno de Hong Kong, y respaldada por la Universidad Politécnica de la ciudad.

 

El pilar de la entidad de Hong Kong es “facilitar a la industria textil y de la moda el avance en las actividades de fabricación y mejorar la competitividad de las industrias en el mercado global a través de la investigación y el desarrollo de tecnología”.

 

En ese sentido, la institución colabora con gigantes del sector como H&M, con quien ha desarrollado un proceso hidrotérmico para reciclar tejidos y convertirlos en nuevos hilos y materiales textiles sin que pierdan calidad. La compañía sueca ha destinado cerca de seis millones de euros a este proyecto. Además, la alianza también contempla la puesta en marcha de una fábrica.