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De Patagonia a Everlane: cómo encajar el sistema de la moda en un ADN ‘eco’

Pese a su tamaño, son compañías que han conseguido realizar suficiente ruido para que la industria y los consumidores se fijen en ellas y las tengan como referentes cuando se habla de sostenibilidad en el sector.

Daniela García

30 ago 2019 - 04:57

De Patagonia a Everlane: cómo encajar el sistema de la moda en un ADN ‘eco’

 

 

¿En qué se diferencian Patagonia, Everlane, Reformation o Eileen Fisher de Inditex, H&M, PVH, Adidas o Kering? El sistema de la moda es el mismo para unos que para otros, pero hay elementos que hacen que estas marcas sean referentes en temas de sostenibilidad. Desde sus inicios estas empresas sientan sus pilares en estrategias ‘eco’, pero ¿en qué consisten?

 

Desde la declaración de principios de Patagonia en su campaña Don’t buy this jacket en el New York Times, a la búsqueda de fibras sostenibles con materias primas no convencionales o alejarse del modelo del fast fashion y el low cost, estas son marcas que quieren nadar a contracorriente en el sector.

 

A pesar de ser empresas pequeñas, y en muchos casos independientes, han sido capaces de hacer suficiente ruido para que industria y consumidor se fijen en ellas. Y no sólo esto, hoy en día, en pleno giro ‘eco’ de la industria estas compañías se sitúan en la primera línea para inspirar el cambio.

 

 

Patagonia

Esta empresa estadounidense es una de las pioneras en hablar de sostenibilidad. Fundada en 1973 por el escalador y activista Yvon Chouinard, la compañía ha trabajado desde sus inicios sobre el concepto de sostenibilidad, incluso antes de que el término se instalara en el vocabulario de la industria. Desde 1985, la empresa ha destinado 89 millones de euros a organizaciones que apoyan el medio ambiente y otros 75 millones de dólares en asociaciones para la conciencia social a través de su fondo de inversión Tin Shed Ventures.

 

Además, la empresa empezó en 2002 su programa 1% For The Planet, que dona 1% de su facturación anual, el equivalente a 175 millones de euros, a proyectos para conservar el planeta. La empresa es pionera en involucrar al cliente en una industria más sostenible, con la campaña don’t buy this jacket que publicó en el New York Times en el 2011.

 

Pero ni los pioneros escapan de las prácticas tradicionales de la industria, Patagonia fue acusado por Greenpeace de usar textiles con micro plásticos, por lo que tuvo que elevar su juego y avanzar en temas de tecnología y fibras. El grupo es parte de una alianza con la también estadounidense Walmart, la Sustainable Apparel Coalition (SAC), uno de los lobbies más grandes de la industria para avanzar en sostenibilidad.

 

 

Everlane

Transparencia radical es el lema de la empresa estadounidense fundada en 2010 por Jesse Farmer y Michael Preysman. La empresa construye toda su estrategia alrededor de la transparencia en todos sus procesos de la cadena de valor. Desde el diseño, a sus materias primas, su confección y transporte.

 

Entre sus políticas, la compañía tiene campañas con materiales de fuentes sostenibles y materiales reciclados, como plástico extraído de los océanos. Su último proyecto, Tread, una marca independiente de zapatillas que la empresa planea lanzar al mercado para unirse al boom de las sneakers.

 

La empresa ha levantado más de veinte millones de euros en varias rondas de financiación y ha seducido a fondos como Lerer Hippeau Ventures, Maveron y 14W. Ya en 2016, su valoración alcanzaba los 250 millones de euros.

 

 

 

Reformation

La empresa fundada en 2009 por la exmodelo Yael Aflalo es una de las empresas de la industria que asegura que la “sostenibilidad es el centro de todas sus actividades”. Invertir en infraestructura sostenible, proveer a sus empleados con trabajo digno y oportunidades de crecimiento son algunas de las premisas que hace de Reformation un referente en la moda sostenible.

 

La compañía, con sede en Los Ángeles, maneja una clasificación de las fibras que utiliza según su categoría, porcentaje de agua, energía, uso de la tierra, químicos, emisiones de gases, disponibilidad y precio. Además, la empresa se ha aliado con algunas asociaciones para la conservación del medio ambiente y la reutilización de aguas y energía.

 

El grupo inversor Permira se hizo recientemente con una participación mayoritaria de la compañía, que, desde su fundación en 2009, ya había levantado hasta 37 millones de dólares en distintas rondas de financiación.

 

 

Stella McCartney

La diseñadora británica, embajadora sostenible de la ONU, fue la pionera en eliminar el uso de la peletería de sus colecciones y en investigar el uso de materias primeras sostenibles. La marca basa cada decisión en los posibles efectos que pueda tener para el futuro del planeta. Entre sus innovaciones está el uso de la tecnología y la circularidad en su cadena de valor.

 

Algunas de las organizaciones con las que la diseñadora colabora son Parley for The Oceans, la Sustainable Apparel Coalition (SAC) o Textile Exchange, entre otras. Además, la empresa colabora con otras compañías del sector que también están apostando por la sostenibilidad, como Adidas y el hólding de lujo que recientemente añadió la empresa de la diseñadora a su portafolio, LVMH.  

 

 

Eileen Fisher

La diseñadora estadounidense fundó la marca con su nombre en 1984 con una colección: The Modular Line, que estaba estructurada bajo la idea de que las mujeres querían prendas simples, que no siguieran las tendencias, sino que se pudieran usar de temporada a temporada.

 

La marca está construida bajo los pilares de proximidad en su sourcing, el uso de fibras orgánicas y sostenibles, tintes naturales o certificados y los derechos humanos de sus trabajadores, añadiendo la sostenibilidad a toda su cadena de valor.  Además, la empresa está a favor del fair trade y trabaja en la producción de fibras propias que cumplan sus estándares sostenibles.

 

La empresa invirtió el año pasado más de 1.4 millones de dólares es organizaciones para frenar el cambio climático y trabajar en beneficio de los derechos humanos, según lo mencionaron en su reporte anual.

 

 

 

 

Veja

Una marca de zapatillas veganas creada en 2004 por Sébastien Kopp y François Morillion con la intención de “crear un ícono de su generación a la vez que bajarle una marcha a la globalización con su producción, distribución y uso consciente”, según explican sus fundadores. Aparte del uso de materiales veganos, la empresa es una de las pioneras en la innovación e investigación de materiales alternativos, utilizando materias primas como la cascara de la piña y plástico PET reciclado de los océanos.  

 

La empresa adquiere sus materiales directamente desde proveedores de Brasil, y los produce en una fabrica al sur del país. Todos sus centros de producción cuentan con el sello de Atelier Sans Frontières, que promueve la integración de los empleados dándoles un trabajo bien remunerado, apoyo social y la posibilidad de crecer dentro de la empresa. Los encargos a sus proveedores los hace desde uno a tres años por adelantado para garantizar su supervivencia y que así estos puedan reinvertir en los cultivos.

 

 

Allbirds

“Ligero en tus pies, suave con el planeta”, ese es el lema de la compañía de calzado fundada por los nativos de Mueva Zelanda, Tim Brown y Joey Zwillinger, pioneros en la creación de un material derivado de la lana. La compañía empezó con sus sneakers icónicos, Wool Runner y desde entonces ha ampliado su gama de materiales a plástico reciclado, aceite de castor vegano y catón reciclado, entre otros.

 

Además, la empresa se ha aliado con organizaciones como ZQ Merino y Forest Stewardship Council para asegurar que se cumplan las estrictas medidas de su proyecto y las condiciones laborales de sus trabajadores. Uno de los objetivos de la empresa es ser libre de emisiones de carbono en toda su cadena de valor este año.

 

Los últimos datos disponibles aseguran que la empresa ha elevado 75 millones de dólares en grupos de inversión, incluida la firma de gestión de inversiones T. Rowe Price y está valorada en alrededor de 1.400 millones de dólares.