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De Michael Jordan a Sergio Tacchini y David Beckham: deportistas con marca

Sarah García

17 abr 2014 - 04:53

Sergio Tacchini ha sido el último deportista que ha vuelto a la actualidad del negocio de la moda. El tenista, que en la década de los sesenta fundó su propia marca para más tarde venderla a un grupo chino, quiere recuperar el control de su enseña, que actualmente está en liquidación, para evitar el cese de la actividad. Tacchini forma parte de la larga lista de deportistas que han apostado por diversificar más allá de las pistas de tenis, campos de fútbol o canchas de baloncesto para rentabilizar su popularidad a través de una marca propia.

 

El tenista italiano empezó su proyecto en 1966, cuando fundó Sandys, una enseña de moda que pocos años después renombró como Sergio Tacchini. Inicialmente, el tenista quería experimentar con tejidos y colores para desarrollar una línea de productos textiles para el tenis, en un momento en el que el blanco era el color por antonomasia de este deporte.

 

No obstante, Tacchini expandió su proyecto y entró en otros deportes como el esquí, el fitness, el golf y la vela. Esta amplia diversificación empujó a la compañía a la quiebra en 2007. Un año más tarde, Billy Ngok, propietario del grupo chino Hembly International, se hizo con el control de Sergio Tacchini para relanzarla, tanto a través de la apertura de nuevos puntos de venta como a través de patrocinios con tenistas como Novak Djokovic.

 

Ahora, el tenista italiano quiere volver a gestionar su marca y ha presentado una oferta de compra. El objetivo de Tacchini es hacerse con la propiedad de la enseña y licenciar la producción de las prendas a terceros.

 

Pero el ejemplo de Sergio Tacchini no es el único de este deporte. El francés René Lacoste es otro de los deportistas que más rentabilizó su paso por las pistas de tenis de todo el mundo. Lacoste, apodado el cocodrilo, dominó este deporte entre la década de los años veinte y los treinta junto a otros tres tenistas franceses: Jean Borotra, Jacques Brugnon y Henri Cochet.

 

Fue en los años treinta cuando Lacoste fundó La Société Chemise Lacoste junto a André Gillier, empresa especializada en la producción de la camisa de tenis que Lacoste lucía en los partidos habitualmente y que tenía un cocodrilo cosido en el pecho. Posteriormente, esa camisa se transformó en un polo, que todavía hoy es una de las prendas más vendidas de la compañía.

 

Lacoste campaña 635De la camisa, Lacoste pasó a producir todo tipo de prendas, no sólo para la práctica deportiva, y se posición en el negocio de la moda a nivel internacional. En 2012, la familia Lacoste se desvinculó de la gestión y vendió el cien por cien de la compañía al grupo suizo Maus Frères por 1.000 millones de euros.

 

El estadounidense Stan Smith también forma parte del grupo de deportistas que han rentabilizado su carrera con la creación de una marca. No obstante, Smith es de los pocos que decidió asociarse con una reconocida enseña del sector para crear un producto.

 

En la década de los sesenta, Smith creó junto al grupo alemán de equipamiento deportivo Adidas las Stan Smith, un modelo de deportiva para jugar al tenis. Actualmente no se recomienda el uso de este tipo de zapatillas para practicar este deporte y las Stan Smith se han reconvertido en un modelo clásico de deportiva de calle, en muchos casos más reconocido incluso que el tenista que le da nombre.

 

Baloncesto y fútbol, otros grandes focos para la moda deportiva

El baloncesto y el fútbol son otros de los deportes de los que han surgido más enseñas de moda creadas por atletas. Los estadounidenses Michael Jordan y LeBron James o el británico David Beckham son ejemplos de ello.

 

Jordan, junto a Nike, ha forjado un imperio con su marca personal representado por zapatillas de deporte, camisetas, sudaderas y todo tipo de productos de moda deportiva que lucen otros deportistas y consumidores de todo el mundo que también los utilizan en la calle.

 

En el caso de LeBron James, el deportista no ha llegado tan lejos como Michael Jordan, pero cuenta con su propia línea de calzado, también producida por el gigante estadounidense Nike.

 

El británico David Beckham es, quizás, el futbolista más rentable de la historia. Incluso estando retirado, Beckham continúa engordando su cartera de contratos publicitarios y cuenta con una marca propia consolidada que incluye productos como perfumes, producidos por Coty. En este sentido, el deportista negocia ahora con el grupo Li & Fung para poder llevar a cabo una colección de moda más completa, tras colaborar con otras marcas del sector como H&M y Adidas.

 

Deportes minoritarios y marcas de nicho

Además de los deportes masivos, los atletas de disciplinas más minoritarias han conseguido hacerse un hueco en el negocio de la moda con marcas propias destinadas a un público más de nicho pero con una importante cultura urbana o con enseñas que terminan traspasando los límites de la minoría y convirtiéndose en actores globales del sector.

 

El skater Tony Hawk entraría dentro de la primera categoría. Hawk ha rentabilizado su carrera deportiva más allá de la moda y ha conseguido crear un grupo de empresas formado por una potente enseña de ropa y calzado, una colección de videojuegos y una compañía de entretenimiento que produce espectáculos de deportes extremos en ciudades como Las Vegas.

 

Li Ning publicidadEn el caso de Li Ning, el gimnasta chino empezó su trayectoria en el negocio de la moda en 1990 cuando fundó la compañía que lleva su nombre. Pese a que actualmente se encuentra en proceso de reestructuración, el grupo Li Ning es una de las principales empresas de distribución de moda deportiva en China y ha conseguido expandirse más allá de su mercado local, a través de acuerdos con socios locales y de patrocinios de deportistas como el español José Manuel Calderon o los estadounidenses Dwayne Wade y Shaquille O’Neal.

 

El surfista Kelly Slater es quizás el último en añadirse a esta larga lista. Patrocinado por la enseña de deportes de tabla Quiksilver durante más de tres décadas, Slater ha anunciado recientemente su acuerdo con el gigante francés Kering para desarrollar su marca propia.