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Cierres, eres y concursos: la moda cierra un semestre negro

Cuando la crisis parecía cosa del pasado, una oleada de crisis ha vuelto a sacudir el sector de la moda en el arranque de 2017.

Iria P. Gestal/Martì Ventura

16 jun 2017 - 00:00

Reajustarse para volver a crecer. Este ha sido el mantra de algunos grupos de moda en el primer semestre, que han encarado cierres, reestructuraciones y despidos para combatir el cambio de escenario y el descenso del consumo que azota al sector a escala global.

 

El  avance del ecommerce ha dejado atrás a gigantes del brick que ahora se reconvierten a marchas forzadas, al tiempo que la inestabilidad global y el descenso del consumo han impactado en compañías de todos los tamaños.

 

Las tiendas departamentales como Macy’s o Payless Shoesource, han sacudido sus organizaciones para sobrevivir en el desafiante contexto del retail actual. Compañías como Agent Provocateur o BCBG Max Azria han salido a la venta durante el último semestre tras largos periodos de reestructuración. En el caso de la cadena británica de lencería, el fondo 3i, empezó a trabajar con AlixPartners para reorganizar la empresa antes de su salida al mercado.

 

Finalmente, Mike Ashley, propietario de Sports Direct, se hizo con la empresa por 31 millones de dólares. En el último año, la compañía sufrió la pérdida de su consejero delegado y cerró el 30% de su red comercial. En el caso de BCBG, la empresa ha sido comprada por Global Brands y Marquee Brands por 129 millones de dólares después de entrar en concurso de acreedores el pasado marzo.

 

Abercrombie&Fitch, por su parte, fue otro de los grandes grupos de moda en ponerse en venta. La estadounidense confirmó en mayo su salida al mercado, después de años de pérdidas. En el ejercicio anterior, la compañía bajó la persiana a medio centenar de establecimientos en Estados Unidos.

 

Pero si hay un sector que se ha visto especialmente impactado por la crisis, son las tiendas departamentales. Los grandes grupos estadounidenses, en particular,  han cerrado centros y recortado plantilla a marchas forzadas para aligerar su estructura y plantar cara Amazon.

 

Macy’s es de los casos más evidentes de esta nueva etapa de reorganización del negocio, ya que en 2017 puso en marcha su mayor recorte desde la crisis del 29. El gigante estadounidense de tiendas departamentales anunció a principios de año un plan de reestructuración que contemplaba 10.000 despidos, alrededor del 7% de su plantilla, la mayoría de los cuales son puestos directivos. Además, planeó el cierre de 65 establecimientos. Para pilotar esta nueva etapa, la compañía sustituyó a su entonces presidente por Jeff Gennette, que se incorporó en marzo.

 

En el caso de la canadiense Hudson’s Bay Company (HBC), propietaria, entre otros, de Saks Fifth Avenue, está en negociaciones con un socio chino para hacerse con la compañía estadounidense desde inicios de año. Hasta entonces, la empresa prepara el despido de 2.000 trabajadores de la compañía de tiendas departamentales y un plan de reajuste del grupo. Por otro lado, el grupo intentó hacerse con Macy’s en febrero, aunque la operación no se llevó a cabo.

 

Otra compañía que se encuentra en reestructuración es Sears. El  grupo prevé bajar la persiana a medio centenar de tiendas como medida de ahorro de 2.500 millones de dólares para refinanciar su deuda. A comienzos de este año, la compañía soltó lastre con la venta de la marca de bricolaje Craftsman por 900 millones de dólares y de varios activos inmobiliarios. El pasado junio, además, el grupo programó treinta cierres más y el despido de cuatrocientos trabajadores.

 

En el primer trimestre del año, la moda no ha estado exenta de su entrada en los juzgados. Además de BCBGGymboree, uno de los mayores grupos de moda infantil, entró en concurso de acreedores con una deuda de novecientos millones de dólares y no ganar beneficios desde 2011.

 

 La estadounidense Payless Shoesource entró en el equivalente estadounidense del concurso de acreedores para reestructurar su deuda. Después de esta acción, el grupo consiguió reducir el dinero que debía a sus acreedores a la mitad. Además de su entrada en los juzgados, la compañía también programa 400 cierres, trece de los cuales ya están confirmados en Puerto Rico.