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Beatriz Calles (MBFW México): “Los diseñadores mexicanos tienen que ser muy grandes en su país para poder saltar al extranjero”

Con cinco décadas de trayectoria dedicadas a la moda, la directora de la pasarela mexicana incita a consumidor diseño local para que no muera el sector.

María Bertero

3 abr 2019 - 00:00

Beatriz Calles (MBFW México): “Los diseñadores mexicanos tienen que ser muy grandes en su país para poder saltar al extranjero”

 

 

Beatriz Calles es sinónimo de moda en México. Con cincuenta años de trayectoria en el sector, la directora de Mercedes Benz Fashion Week México City hace un repaso de los doce años y medio al frente de la pasarela. Con más de 750 desfiles y 150 diseñadores, el evento que se celebra esta semana en la capital mexicana ha iniciado hace tres años un proceso de transformación. Las pasarelas ahora se llevan a cabo en distintas locaciones de Ciudad de México para “comunicar la proyección cultural de la capital”, según Calles.

 

Pregunta: En un momento en que el fast fashion domina el sector, ¿qué lugar ocupa el diseño?

Respuesta: El diseñador le da un plus al fast fashion. Hay que recordar que H&M alcanzó otro nivel de popularidad cuando comenzó a hacer colaboraciones con diseñadores internacionales, mientras mucha gente no podría tener acceso a las marcas. Sin los diseñadores, el fast fashion no tendría que éxito que tiene ahora. Pero la inmediatez también se puede llevar al ámbito del diseño, como el caso de la colaboración de Mercedes Benz Fashion Week México City con Amazon Fashion, que los espectadores del desfile podrán comprar las prendas de diseñador al mismo tiempo en que las ven en la pasarela.

 

P.: ¿Es más difícil hoy que antes ser diseñador?

R.: Hoy en día los diseñadores mexicanos tienen más posibilidades de vender y exportar. Antes nos vestíamos de diseño cuando teníamos algo importante, pero hubo un punto de inflexión en 1994 con los tratados de libre comercio, el consumidor comenzó a tener mucho más acceso al diseño extranjero. A México le ha gustado más lo que se hace afuera, cuando se tuvieron marcas internacionales al alcance la industria mexicana se quedó atrás. Antes los diseñadores tenían la mentalidad de hacer el desfile y después captar los clientes. Pero ahora el panorama es distinto, desde hace años creamos una incubadora seleccionando cinco marcas por temporada para evolucionar más allá del diseño. Que firmas como Lorena Saravia tengan una tienda en Masaryk no es casual, es parte de ese proceso que venimos haciendo. Los diseñadores mexicanos tienen que vender en su país para ser fuertes en el extranjero.

 

P.: ¿El diseño mexicano tiene posibilidades aún de despegar?

R.: Es su obligación. La arquitectura mexicana ya se internacionalizó, también lo hizo la gastronomía, ahora pasa con el cine. Lo que sigue es la moda, no hay otra, se acabó.

 

 

 

 

P.: ¿La aparición de grandes grupos de moda truncó la carrera de diseñadores?

R.: El fast fashion da unos precios que sólo se pueden tener aquellos que manejan el mismo volumen. Para que un diseñador esté a la par de marcas de fast fashion implica un trabajo muy difícil. A la gente ya le da igual que alguien le copie su atuendo. Si pensamos cuántos Zara hay en el mundo y vemos que todos compramos allí, en cualquier país del globo. El diseñador tiene que competir con eso, pero para que pueda pasar esto tiene que haber aceptación y consumo. Detrás de cada diseñador hay un montón de puestos de trabajo, directos e indirectos y si no apoyamos esto el diseño mexicano dejará de existir.

 

P.: Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca se ha hecho una fuerte campaña por consumir “made in” México…

R.: Totalmente, y como todos los males trajo su oportunidad. Estuvimos mirando muchos años a Estados Unidos, pero desde la victoria de Trump los mexicanos comenzamos a descartar todo producto estadounidense, no sólo en moda, sino en otros artículos de consumo diario como el supermercado. Hay que abrir puertas a otros mercados y dejar de mirar sólo a Estados Unidos.

 

P.: ¿Cree que falta mayor apoyo institucional?

R.: Tuvimos un fuerte apoyo en los últimos seis años con el pasado Gobierno, pero con el cambio de presidente lo hemos perdido, pero no vamos a dejar de luchar. El camino es trabajar duro. Hay que generar conciencia del consumo mexicano, hay muchísimas propuestas, cada año salen nuevos diseñadores con mucho talento. Lo que yo les digo a todos los que están a punto de graduarse en este sector es que le digan a toda su familia y amigos: “si no consumes moda nacional, yo no voy a tener una carrera”.

 

 

 

 

P.: ¿Cómo ha cambiado la función de la pasarela en estos 12 años?

R.: Hemos logrado que los diseñadores estén más enfocados al negocio y hacer alianzas muy importantes como la que tenemos con Amazon. Mercedes Benz se mantuvo con nosotros desde el principio y eso también nos ha dado prestigio, porque en primera instancia fue para replicar lo que estaba haciendo la empresa en Alemania. El see now, buy now también es otra de las trasformaciones de la pasarela y funcionará en Latinoamérica porque aquí somos más viscerales e impulsivos, queremos comprar y usar todo ya.

 

P.: Comparadas con las pasarelas internacionales, ¿en qué punto de madurez están las semanas de la moda de Latinoamérica?

R.: Europa y Nueva York son las pioneras, en México no es fácil conseguir insumos para crear las colecciones. Cuando trabajé en Givenchy le llegaban millones de muestras de cualquier tela que pidiera, pero los diseñadores mexicanos aún están muy por detrás de tener al alcance todo lo que se necesita para crear una colección.

 

P.: ¿Qué otros proceso de innovación puede atravesar el sector?

R.: La clave es llevar nuestros diseñadores a las pasarelas de Europa, especialmente la de Londres, porque los ingleses respetan lo que se hace en México. Pero primero hay que ser muy fuerte en tu mercado local, con una buena producción y contar con inversionistas para poder generar ventas en el extranjero.

 

P.: De toda su trayectoria al frente de la pasarela, ¿con qué momento se quedaría? 

R.: Fueron tantos que no podría elegir uno. Tuve el honor de trabajar con Hubert de Givenchy en París, con Versace cuando vinieron a abrir sus primeras tiendas a México. Lo imborrable son los momentos en que logramos consolidar el diseño mexicano y mostrar al mundo lo que pasa en nuestro país, como cuando contamos con un stand de innovación en una feria de París u organizamos eventos de moda en El Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México. Fashion Week es la cereza del pastel de mi carrera. Apoyar a los diseñadores es mi mayor logro.