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Andrés Fernández: “Será viable llegar a la trazabilidad en materia prima y debemos de hacerlo”

El director de sostenibilidad de Mango, que ayer presentó una nueva estrategia sostenible que incluye la publicación de sus proveedores de alcance 3, defiende que el cliente busca cada vez más información “objetiva y veraz”.

Andrés Fernández: “Será viable llegar a la trazabilidad en materia prima y debemos de hacerlo”
Andrés Fernández: “Será viable llegar a la trazabilidad en materia prima y debemos de hacerlo”
Andrés Fernández es director de sostenibilidad de Mango.

Iria P. Gestal

14 dic 2022 - 05:00

Objetivo: llegar al campo. Andrés Fernández, director de sostenibilidad de Mango, defiende que la trazabilidad hasta el mismo origen de la materia prima no sólo será viable, sino que es necesario. La compañía acaba de presentar una nueva estrategia de sostenibilidad, que incluye la eliminación de la etiqueta Committed y la creación de unos códigos QR con acceso a información de cada prenda. Fernández, que se incorporó a Mango en 2011 y desde 2020 es director global de sostenibilidad y sourcing, opina que el cliente busca cada vez más información “objetiva y veraz”, y adelanta que la Estrategia de textiles de la Comisión Europea cambiará “radicalmente” el sector.

 

 

Pregunta: ¿Qué significa hoy la sostenibilidad en moda?

 

Respuesta: Significa hacer las cosas de una manera responsable. Ser conscientes, en una empresa como la nuestra, del impacto que tiene nuestra actividad: social, del medioambiente, ecosistemas… y por tanto entender la responsabilidad que tenemos para intentar minimizar o revertir estos impactos. Se trata de trabajar para llevar a cabo nuestra actividad de la manera más responsable posible de manera que nuestra actividad se aguante en el tiempo.

 

 

P.: ¿Basta con cambiar el modelo operativo o tiene que cambiar el modelo de negocio?

 

R.: Al final, los diferentes modelos a futuro coexisten. Dependiendo de cada empresa y cada industria será más o menos posible que cambie el modelo de negocio radicalmente o simplemente que según vayan saliendo nuevos modelos, convivan. No necesariamente tiene que ser un cambio radical a nuevos modelos.

 

 

P.: Una de las medidas es eliminar la etiqueta Committed. ¿Por qué?

 

R.: Viene marcada por cómo la sociedad, o nosotros mismos como consumidores, hemos ido evolucionando en los últimos años. Nuestro conocimiento y nuestra percepción de la sostenibilidad ha ido aumentando y mejorando. Quizás hace años, cuando estos temas quedaban un poco lejos a mucha gente, el enfoque de intentar dar un poco más de visibilidad a este tipo de etiquetas tenía sentido. Ahora ha ido cambiando todo mucho, la gente tiene un poco más de conocimiento, mucha más concienciación, y busca cada vez más información objetiva y veraz. Entendemos que es mejor eliminarlas, dar información clara y objetiva al respecto a través de la página web que estará accesible con un código QR en la prenda.

 

 

 

 

P.: Dice que la gente está más concienciada pero la empresa que más crece es Shein…

 

R.: Seguramente, este nivel de conocimiento y concienciación puede variar según el rango de cliente, por edades y geografías. Probablemente, en nuestra clienta objetivo el nivel de concienciación es mucho mayor. Además, cada vez más todos esperamos que cualquier cosa que consumamos o compremos, del sector que sea, esté hecha de manera responsable. De ahí a la realidad de nuestros hábitos del día a día… cada uno vamos haciendo como podemos. En nuestro caso, tenemos una clienta madura y bastante concienciada.

 

 

P.: ¿Es un riesgo hoy hablar de sostenibilidad?

 

R.: No es un riesgo si lo hacemos con responsabilidad, entendiendo que nuestro cliente es inteligente y capaz y ni se les puede ni se les debe engañar. Así que no creo que haya un riesgo, sobre todo pensando en el enfoque que le estamos dando en Mango, cómo queremos comunicar nuestros progresos en sostenibilidad. Desde siempre, y ahora sobre todo, lo queremos enfocar desde la objetividad, intentar aportar siempre datos objetivos, fríos, verificados por entidades independientes… Y sobre todo intentando dar un enfoque pedagógico. Aunque creo que todos hemos evolucionado bastante, sí que está bien que a nuestro cliente le expliquemos mucho más, y hagamos correr la voz mucho más sobre qué significan ciertos conceptos en sostenibilidad. A lo mejor no todo el mundo tiene claro a qué nos referimos con algodón orgánico, diseño circular o reciclaje de fibras. Tenemos la responsabilidad de intentar explicarlo bien para que se entienda, más allá de intentar dar los grandes mensajes de los avances que Mango haya podido dar.

 

P.: Menciona a entidades independientes, pero algunas se han visto cuestionadas en los últimos meses. ¿Hacen falta nuevos estándares?

 

R.: Sí. La industria de textil y moda siempre nos ha faltado esto. Es bueno, sería muy necesario, que cuanto antes exista un marco mucho más clarificado y estándar en cuanto a cómo medir el progreso en estas iniciativas. Hay algunas, como las de la huella de carbono, que son más estándares en las diferentes industrias, pero hay otras que para el textil sería más necesario que se desarrollaran. Y, desde luego, en cuanto a regulación será muy bueno que cuanto antes esté listo, mejor, porque así las reglas de juegos estarán claras para todas y la forma de medirlo y explicarlo será común.

 

 

 

 

P.: ¿Hasta qué punto cree que la Estrategia del textil de la Comisión Europea va a cambiar el sector?

 

R.: Radicalmente. El plan de la Comisión cubre toda la cadena de valor del textil, desde la manera en que se diseña a qué se considera un producto sostenible y qué no, cómo explicarlo al consumidor final, la parte de debida diligencia y protección de los trabajadores en las fábricas… Supondrá un cambio radical para las empresas del sector en cuando a cómo desarrollamos el producto, cómo lo diseñamos, cómo lo fabricamos… En España ya se ha aprobado la Ley de Residuos y el resto de los países europeos están en el mismo camino de desarrollar la responsabilidad ampliada del productor, así que en los próximos años habrá que reciclar todo este residuo textil que hoy no se recicla, y aparecerá nuevas materias primas para hacer tejidos nuevos. Y esto desde luego cambiará cómo las marcas desarrollan producto, cómo se aprovisionan y todo el esfuerzo que tendremos que hacer para tener identificados nuestros riesgos en la cadena de valor, en asegurarnos que protegemos a aquellos que están fabricando nuestras prendas, cómo remediamos los posibles incidentes, cómo nos aseguramos de que las sociedades impactadas por nuestra actividad progresan… El cambio será total.

 

 

P.: ¿También cambiará el mapa del sector?

 

R.: A lo mejor, algo sí. Tampoco creo que signifique que se fabrique en Europa todo el producto que está en las tiendas. También habrá flujo de materias de arriba abajo, de Europa hacia Asia… algo puede cambiar, pero es difícil que lo haga de forma radical.

 

 

 

 

P.: Mencionaba la Ley de Residuos. Faltan dos años para que haya que poner en marcha el Scrap, ¿en qué punto se encuentra?

 

R.: El 31 de diciembre de 2024 es cuando entra en vigor la responsabilidad ampliada del productor y cuando nos tenemos que asegurar los fabricantes y distribuidores de que existe un sistema para recoger todo este residuo. Es un proceso en marcha, y hay muchas incógnitas a las que hay que dar respuesta.

 

 

P.: ¿Hasta qué punto es importante la escala para la sostenibilidad?

 

R.: Importantísima. Uno de los grandes retos de la industria es la utilización de fibras recicladas para fabricar nuevos tejidos. Es una de las maneras más claras que tenemos para asegurar que el impacto que tiene la fabricación de nuestras materias se reduce. La escala es importantísima porque especialmente en algún tipo de fibras mucha de la tecnología necesaria para poder reciclar está todavía en desarrollo. Quizás hay soluciones a día de hoy que funcionan, pero falta todavía escala de manera masiva par que sea algo que las empresas puedan adoptar, con un nivel de precio y coste viable…

 

 

P.: ¿Es más fácil o más difícil para una gran empresa hacer la transformación para la sostenibilidad?

 

R.: Para una gran empresa es más viable, y luego el resto vienen detrás. Eso no significa que sea fácil, porque hay obstáculos que salvar. Es un trabajo difícil y largo, y las grandes no somos inmunes a todo esto, pero los que estamos en una posición más de liderazgo tenemos esta responsabilidad.

 

 

P.: ¿Falta más colaboración?

 

R.: El reto transformador es tan grande que ninguna empresa en el sector puede llevarla a cabo sola para su modelo. Es súper necesario la comunicación y colaboración con diferentes marcas competidores, con los distintos actores de la industria textil y con start ups que están desarrollando soluciones innovadoras. Hay que tener una apertura de miras para ser capaz de identificarlas.

 

 

P.: ¿Hasta qué punto se les está traspasando la presión a los proveedores?

 

R.: Es un esfuerzo compartido. Es fundamental un diálogo constante y hacerles partícipes de hacia dónde vamos y de lo que sucede en el mundo para que ellos también sean capaces de empujar y ayudarnos. El progreso que ha hecho la industria hasta ahora no hubiera sucedido sin la ayuda de los proveedores. Además, si hablamos de las emisiones de dióxido de carbono, también son estratégicos: tenemos que comunicarnos con ellos para que transicionen hacia una producción donde predominen las energías renovables, etc. Para que sus propias emisiones, que son las nuestras de alcance 3, vayan reduciéndose.

 

 

P.: Este año publicarán su lista de proveedores de alcance 3. ¿Hasta dónde puede llegar la trazabilidad? ¿Es posible llegar al campo?

 

R.: Debemos llegar al campo. El objetivo es llegar a tener la trazabilidad completa de la cadena de valor, a nivel materia prima. Es verdad que hoy es difícil ir más allá de los hiladores, pero debemos llegar a eso. La industria en general está trabajando bastante en generar soluciones que nos ayuden a esto. En algodón, por ejemplo, si somos capaces de llevar a cabo proyectos de agricultura regenerativa podremos conseguir un algodón de menor impacto y al mismo tiempo tener la trazabilidad total. Se están desarrollando cosas que nos podrían parecer de ciencia ficción, como el testeo de ADN para saber un algodón de dónde viene. Esto es viable y se utiliza, aunque hay que ver cómo es de escalable. Será viable llegar a la trazabilidad en materia prima y debemos de hacerlo.

 

 

P.: ¿Qué es la calidad hoy y cómo se explica al cliente?

 

R.: En nuestro caso nunca nos hemos alejado: la calidad siempre ha sido uno de los principales atributos del producto Mango. Para nosotros la calidad pasa por la selección de las materias que utilizas, tu propio patronaje, cuánta dedicación pones a controlar lo que sucede en las fábricas… esos son cosas que en Mango siempre hemos cuidado bastante y por lo que oímos de nuestro cliente, lo percibe. Y esto está muy vinculado con la sostenibilidad: según cómo diseñemos y fabriquemos las prendas durarán más, ya sea en el armario del cliente o en el armario de un segundo o un tercero cuando nos cansemos de ellas.