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Alfredo Martín: “No podemos ser Silicon Valley de la noche a la mañana"

1 sep 2010 - 00:00

Modaes.- Barcelona se convertirá los próximos 14 y 15 de octubre en el centro del retail de España. La asociación Amicca, que aúna los intereses de más de cincuenta cadenas que suman 4.000 puntos de venta, ha convocado el primer Congreso Nacional del Retail con el objetivo de analizar la situación del sector. Alfredo Martín, presidente de Amicca y director regional de Adolfo Domínguez, considera que el retail no recibe el apoyo necesario por parte de las administraciones, pese a que “puede llegar a sustituir a motores tradicionales de la economía”.Pregunta: ¿Por qué han decido organizar este congreso en el contexto actual? Respuesta: A pesar de que la asociación se constituyó inicialmente para defender los intereses de los operadores de retail, una vez consolidada pensamos que podríamos aportar algo al sector. Amicca no sólo defiende los intereses particulares de nuestros socios, sino que tenemos vocación de ayudar al sector. La actual coyuntura económica ha roto barreras, ya no existe pudor a compartir el conocimiento o las fórmulas de éxito. P.: ¿Qué papel juega el retail en la economía española? R.: La distribución es un sector estratégico, aunque esté un poco descuidado por parte de las administraciones. El retail, junto al turismo, es un sector que puede llegar a sustituir a motores tradicionales de la economía. Además, es una actividad en la que ya tenemos un camino andado. Cambiar toda la ruta de un país no es fácil: no podemos ser Silicon Valley de la noche a la mañana. P.: Dice que el sector está descuidado por las administraciones, ¿por qué? R.: Históricamente, la administración no ha cuidado del sector. Por ejemplo, no existe formación reglada al respecto y la que hay es de iniciativa privada. El retail no está en ninguno de los planes de activación de la crisis. En un momento clave para España, el sector no recibe apoyo, a pesar de que reparte mucho la riqueza porque está basado en empresas de diversas dimensiones.P.: ¿Cree que son positivas legislaciones estrictas con las grandes superficies como las de Cataluña o Baleares? R.: Desde Amicca creemos que la política comercial debe responder a la realidad de las ciudades. No todas las ciudades españolas son mediterráneas, pero todas tienen su carácter y la gente hace mucha vida en la calle. Eso no quiere decir que seamos contrarios a que se fomente el comercio en los extra radios de las ciudades. Lo que está claro, en mi opinión, es que tras esta crisis nos hemos dado cuenta de que algo hay que regular; farmacias y taxis lo están, por ejemplo. P.: Amicca nació en 2005 para unir fuerzas frente al sector inmobiliario. La situación ha cambiado, ¿no? R.: El sector inmobiliario no ha dejado de ser un problema, aunque ha mejorado la situación. La relación con los centros comerciales es hoy más directa y han bajado los precios, aunque no lo suficiente y no en proporción a las necesidades de las empresas de retail. El ajuste debe ser aún mayor.P.: ¿Cuáles son los principales problemas de la distribución? R.: El principal problema del sector es la adaptación. Las empresas deben hacer frente a ajustes en la sociedad derivados del aumento del paro, de la disminución de los salarios, etc, que han provocado cambios en los hábitos de consumo. La tasa de ahorro de las familias, por ejemplo, está hoy en el 20%. Se trata de cambios de consumo cuantitativos y cualitativos y las empresas deben enfrentarse a un nuevo escenario que no esperaban. La gente busca nuevos hábitos igual de divertidos, pero quizás menos caros. P.: ¿Cuál es el estado de salud del sector? R.: El golpe de 2009 ya ha pasado. No vamos a empezar a crecer, pero el gran shock ya ha sido asumido por el sector. Cuando una situación es cotidiana, la gente se amolda. Italia, por ejemplo, lleva muchos años así. Los síntomas de la crisis se notaron en la primavera de 2007. Los crecimientos de 2006 no volverán, por lo menos no de la misma manera. P.: ¿Cómo cambiarán los consumidores de moda? R.: En el caso de la moda, lo que va a suceder es que va a haber menos necesidad de representación social. El lujo no va a desaparecer, pero va a cambiar. Los productos tendrán que ser muy sinceros, innovadores y robar el corazón a los clientes. Como he leído recientemente en Twitter, o eres diferente o bajas los precios.