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Ágatha Ruiz de la Prada: “La moda de antes es cara e impredecible, no se puede conservar”

La diseñadora y fundadora de la compañía homónima defiende que el color, los corazones y las nubes que han caracterizado su marca desde hace cuatro décadas son “infinitos” y más importantes que nunca en medio de la incertidumbre.

Ágatha Ruiz de la Prada: “La moda de antes es cara e impredecible, no se puede conservar”
Ágatha Ruiz de la Prada: “La moda de antes es cara e impredecible, no se puede conservar”
“La moda ha cambiado: si ahora me regalas cien tiendas no las quiero”, argumenta la creativa. Fotografía: Enric Borràs Camp.

Isabel Carmona / Marta Niza

1 feb 2023 - 05:00

Creativa efervescente que empezó a diseñar durante la Movida Madrileña, aristócrata entre bastidores en la Paris Fashion Week y presencia imborrable en las carpetas, mochilas y estuches de toda una generación de españoles. Ágatha Ruiz de la Prada es muchas mujeres en una, aunque ella sólo se define como “feliz”. Durante la presentación de su libro, Mi historia, en el Círculo Ecuestre de Barcelona, la diseñadora, que lleva más de cuatro décadas al frente de la compañía homónima, defiende que el color, los corazones y las nubes son “infinitos” y más importantes que nunca en medio de la incertidumbre. La empresa llegó a tener una red de tiendas en todas las grandes capitales de la moda a escala internacional y ahora no mantiene ninguno de estos locales, negándose a volver a su anterior modelo de negocio. “Si ahora mismo me das cien mil tiendas, es que no las quiero ni ver”, sentencia la fundadora de la compañía.

 

 

Pregunta: Hoy se habla de permacrisis, geopolítica, slowbalization… ¿Es buen momento para vender ropa alegre y de colores?

 

Respuesta: Sí, es un momento buenísimo. Ahora mismo todo el mundo busca el color, con todo: en las casas, en los coches… Es un momento de mucho cambio y la gente no sabe muy bien por dónde tirar, pero busca el color.

 

 

P.: En toda su carrera, ¿es el peor contexto en el que ha trabajado?

 

R.: No. Siempre estoy en un contexto adverso y estoy acostumbrada. Es un contexto diferente, por eso este libro tiene tanto que ver, porque ahora el personaje, el que tu cuentes tu vida, es parte de la moda. La gente ya no necesita nada, desde la pandemia se ha dado cuenta de que tiene demasiadas cosas. La consecuencia es que ahora la gente compra por emoción. Por eso el libro me puede ayudar muchísimo a vender trajes. Por ejemplo, me voy la próxima semana a Nueva York a desfilar y cada vez que voy allí alucino: en la Quinta Avenida, de cada cinco tiendas han cerrado cuatro. El concepto antiguo de la moda y de la tienda se ha vuelto tan caro e impredecible que es imposible conservarlo.

 

 

P.: ¿Cómo se actualiza una marca con una identidad tan marcada? ¿El universo de los corazones y las nubes es finito?

R.: Yo creo que es infinito. Las niñas pequeñas que antes iban vestidas de Agatha Ruiz de la Prada luego se hacen mayores y te odian, pero después les hace ilusión, les recuerda a su infancia… Hay mucho que hacer para seguir manteniendo la marca, hacer igual, pero distinto. Antes teníamos tiendas en todas partes; ahora mismo, por ejemplo, si me regalas cien mil tiendas, no las quiero ni ver porque no puedo con lo que supone. No es mi trabajo, ni lo quiero.

 

 

 

 

P.: ¿Qué tamaño puede llegar a tener la marca?

 

R.: Yo me considero un estudio de diseño, mi marca existe y está en la cabeza de la gente. La gente sabe lo que es o no es Agatha Ruiz de la Prada. Por ejemplo, como española, el no haber tenido un traje de Agatha Ruiz de la Prada es un hándicap. Porque, ¿tú sabes lo que es para las francesas haber tenido un Saint Laurent? Pero ser española y no tener un buen Agatha Ruiz de la Prada… ¡Qué desastre tan grande!

 

 

P.: Tuvieron tiendas en Colombia, Nueva York, Barcelona… ¿Fue un error esa etapa de expansión con retail?

 

R.: Teníamos tiendas en todas partes, pero de repente llegaba a Nueva York y tenía el aire acondicionado roto y no se podía arreglar porque era muy caro y difícil, mil cosas. Por eso ahora la moda es totalmente distinta. Antes, yo iba a Nueva York nueve veces al año y me divertía, igual que en París, donde he llegado a tener tienda durante 25 años. Pero el sector entero ha optado por reducir su tamaño, las cosas se han vuelto complicadas.

 

 

P.: Ahora son cada vez más habituales las alianzas. ¿Se le ha acercado alguna vez Zara?

 

R.: De momento no, pero yo tengo una relación inmensa e infinita con Zara que agradezco mucho y que ha sido importantísima en mi vida. Mi hijo ha trabajo siete años en Zara… Tenemos una relación espectacular y no se puede ser más generosos que lo que ellos han sido conmigo. Apuestan ahora por la sostenibilidad, es un momento interesantísimo para Zara, una nueva etapa para Inditex más cercana a la moda.

 

 

P.: El año pasado hicieron una cápsula con Pyratex. ¿La sostenibilidad es una oportunidad para el diseño de autor?

 

R.: Yo llevo hablando de sostenibilidad durante 45 años. Es una obsesión en mi vida, pero es que hasta mi abuelo era ecologista en los años veinte. Viene de familia. La moda en mi generación ha sido muy dura porque se ha cargado muchas cosas, pero ha convertido a la moda en algo democrático y ahora debe hacer lo mismo con ser sostenible. Hay gente que se ha comprado un traje low cost para un fin de semana y lo ha tirado por no lavarlo. No se debe hacer eso, no se puede ser tan cabrito. Ahora hay que dar el salto al respeto. La sostenibilidad es muy difícil de conseguir, pero ya estamos embalados.

 

 

 

 

P.: ¿Las licencias son un peligro para una marca? ¿Cómo se debe gestionar?

 

R.: Luchando mucho por ellas. Intentando que sea una marca de verdad, teniendo mucho control sobre el diseño y no dejar que nadie lo estropee en el proceso. Hay que estar muy pendiente de que se mantenga la esencia de la marca en cada diseño.

 

 

P.: ¿Cuáles son las claves de la gestión familiar en una empresa de carácter creativo?

 

R.: Yo creo que eso es justamente lo bueno, porque lo creativo se puede adaptar a muchas cosas. Cuando la marca tiene las cosas muy claras, lo única que hay que hacer es trabajar en ellas y seguir adelante.

 

 

P.: ¿Cuál es actualmente la imagen de España en el exterior? ¿Es mejor o peor que cuando empezó?

 

R.: Bueno, en España tenemos a la empresa más fuerte del mundo en moda. No somos Francia, pero ellos ya llevan siglos construyendo una marca alrededor del sector… Aun así, tenemos una imagen muy buena y de España han salido algunos grandes nombres de la moda, como Fortuny y Balenciaga.