Afterwork: Diego Ódena, un hombre de equipo
El fundador de Happypunt y especialista en aprovisionamiento, Diego Ódena, desgrana en una comida su visión sobre la dirección empresarial y la gestión de equipos.
17 ene 2017 - 04:39
QUIÉN: Diego Ódena
CARGO Y ESPECIALIDAD: Fundador de Happypunt y especialista en aprovisionamiento
DÓNDE: Sede central de Happypunt en Mataró (Barcelona)
QUÉ: Crema de verduras, pollo a la catalana y piña con tomillo
CUÁNDO: 14:00
FIN DE SU JORNADA LABORAL HABITUAL: “A las seis de la tarde la empresa cierra, pero el coco siempre está funcionando”
“Las empresas son sus equipos”. Esta es una de las máximas que sigue Diego Ódena, más conocido en el sector textil como Chicho, a la hora de dirigir su negocio. El empresario catalán está al frente de uno de los principales interproveedores de España, Happypunt, que suma una plantilla de más de cien empleados y crea cada año más de 8.000 nuevos modelos que compran compañías como Inditex o Mango. Ódena dirige su compañía aplicando la filosofía que aprendió durante sus más de veinte años de carrera como waterpolista profesional: el empresario ocupa hoy la posición de boya que, si en el agua organiza el juego y dispara a portería con potencia, en los negocios gestiona y busca cómo generar ventas.
Miembro de la generación dorada del waterpolo español, con compañeros de equipo como Manuel Estiarte, Ódena tuvo una carrera deportiva de dos décadas: comenzó a jugar a los diez y se retiró con 28. Con 16 años, ingresó en la Selección Española, pero el servicio militar le impidió ir a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Afable y siempre con la sonrisa en la boca, este recuerdo le cambia el semblante.
Aunque asegura que no es de forma meditada, Ódena trata a sus trabajadores como a deportistas de élite. Happypunt cuenta con una profesora de inglés en plantilla para enseñar a todo aquél que quiera, con un quiropráctico que visita la empresa con frecuencia y con una psicóloga que acude tres veces por semana. Lo que sea para que los extremos, centrales y laterales ayuden a marcar tantos. El empresario tiene incluso un cubre boya, su socia Yolanda Urpí, a quien hace varios años cedió una participación del capital por “por méritos propios y como compañera de viaje”. “Cuidar es estar pendiente de la gente -dice Ódena-; trabajamos por dinero, pero cuando las cosas gustan a la gente se le hace de día”. “Nunca pego una bronca: si riñes a alguien que se equivoca, le bloqueas y yo quiero gente atrevida en mi empresa”, sostiene.
Aunque asegura que no es de forma meditada, Ódena trata a sus trabajadores como a deportistas de élite.
Ódena llegó al sector textil por casualidad. Su primer trabajo fue con 25 años como comercial de una empresa de tablas de planchar. Duró poco, pero descubrió que servía como vendedor. A través de los anuncios clasificados de la prensa, fichó como comercial de Daniel Hechter. “En mi primer viaje me di cuenta que, en el sector, nadie sabe nada de lo que va a venir”, recuerda.
Unos años más tarde creó Happypunt, dedicada inicialmente a trabajar con la marca Muchacha. Su primer pedido para Inditex fue para Massimo Dutti y todavía recuerda las prendas y las repeticiones.
Ódena está ya distanciado del día a día. Tiene, según dice él mismo, “vista de pájaro” de todo el negocio. “Siempre hay corto plazo: nunca te llaman para decirte que un avión ha llegado antes, sino para todo lo contrario”, explica. “He trabajado y sigo trabajando mucho, pero todo tiene un límite: las mejores empresas son los mejores equipos”, afirma