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Adolf y Rudolf Dassler: una rivalidad que traspasó el terreno de juego

Iria P. Gestal

26 jun 2015 - 04:44

Pequeñas o grandes innovaciones que han cambiado el devenir de la industria de la moda. Desde transformar una sencilla pieza de caucho en un marca a crear un complejo sistema logístico y de aprovisionamiento con la tienda en el centro. A lo largo de la historia, una serie de visionarios han impactado en la moda cambiando las reglas del juego: son los alquimistas de la moda. Los grandes almacenes, la moda rápida, el bajo coste o la lycra no existirían sin el genio de nombres como Aristide Boucicaut, Amancio Ortega, Arthur Ryan o Joseph Shivers. En esta tercera edición del Quién es Quién de Empresas de Moda en España, patrocinado por Aguirre Newman, Modaes.es realiza una selección de veinte de los empresarios y ejecutivos que más influencia han tenido en la industria de la moda internacional a lo largo de la historia reciente.

 


 Adidas

 

 

 

Dos imperios del calzado deportivo y una rivalidad fraternal que pasaría a la historia. Adolf y Rudolf Dassler fundaron, respectivamente, Adidas y Puma.

 

La historia se remonta a 1924, cuando, desde la parte trasera de la casa de sus padres, en el municipio alemán de Herzogenaurach, unos jóvenes Adolf y Rudolf Dassler comenzaron a confeccionar zapatillas. Las bondades del calzado de la Gerbüder Dassler Schuhfabrik se extendieron como la pólvora, y llegaron incluso a oídos de Josef Waitzer, entrenador del equipo alemán de atletismo. En los juegos de Berlín de 1936, en los que el nazismo quería demostrar al mundo la “excelencia aria”, los atletas calzaron zapatillas Dassler. Sin embargo, no fueron jóvenes rubios de ojos azules los que lanzaron el negocio de los hermanos, sino, y para el enfado de Hitler, un negro llamado Jesse Owens. El atleta arrasó en la competición calzando unas zapatillas de clavos confeccionadas por los hermanos alemanes.

 

El negocio subió como la espuma pero, con el estallido de la II Guerra Mundial, las desavenencias entre los Dassler comenzaron a recrudecerse. Rudolf, nazi convencido, se unió a las tropas de Sajonia. Adolf, en cambio, se libró de combatir en la guerra para quedarse al frente de la empresa, convertida por orden del III Reich en una fábrica de tanques y repuestos de lanzamisiles. Sin embargo, fue al terminar el conflicto cuando la relación entre los hermanos alcanzó un punto de no retorno. Adolf delató a su hermano ante los aliados y Rudolf se vio obligado a emigrar con su familia al otro lado del río Aurach, donde volvió al punto de partida con  una pequeña fábrica.

 

A uno y otro lado del río, separadas tan sólo por unos kilómetros, nacieron dos empresas hermanas y eternamente competidoras. En 1948, Rudolf fundó Puma y un año más tarde, Adolf registró Adidas, fruto de la unión de su diminutivo, Adi, y su apellido. El cisma familiar se había transformado en una encarnada competición empresarial, en la que Adi pronto adelantó a su hermano.

 

En el mundial de fútbol de Suiza de 1954, el equipo alemán arrasó contra la temible selección húngara calzando unas botas Adidas. Los húngaros eran claros favoritos, pero el calzado de los germanos llevaba unos tacos ajustables que les facilitaron el agarre cuando la lluvia comenzó a caer sobre el campo de juego. A aquel partido se le llamó “el milagro de Berna”, y nació el mito Adidas. La siguiente generación también heredó la rivalidad. Horst, el hijo mayor de Adolf, empleó todo tipo de  triquiñuelas para superar a la marca de su tío, llegando incluso a bloquear un cargamento de Puma que debía llegar a los Juegos de Melburne de 1956. Del otro lado del río, Armin, hijo de Rudolf, compitió con su primo con el márketing como arma, logrando que Pelé calzara unas Puma durante el saque inicial del mundial de 1970.

 

Después de cambiar varias veces de manos, Puma terminó en manos de Kering y Adidas volvió a paladear las mieles del éxito bajo la dirección de Herbert Hainer. La guerra, al menos la familiar, parece haberse enfriado. El único descendiente de los Dassler que sigue en el negocio es Frank Dassler, nieto de Rudolf, que hoy trabaja para Adidas.