Back Stage

2019, el año en que Hong Kong se resistió ante la todopoderosa China

La región administrativa especial, clave para el negocio de la moda en Asia, salió a la calle para reclamar un nuevo encaje en la China de Xi Jinping.

Iria P. Gestal

24 dic 2019 - 16:00

2019, el año en que Hong Kong se resistió ante la todopoderosa China

 

 

Y Hong Kong estalló. Esta pequeña región administrativa especial, histórico puente entre China y el mundo, refugio del lujo internacional, chino, pero occidental, se ha plantado en 2019 contra la segunda mayor potencia del mundo.

 

El detonante de más de seis meses de protestas fue la aprobación, en abril de 2019, del proyecto de la Fugitive Offenders and Mutual Legal Assistance in Criminal Matters Legislation (Amendment) Bill, que permitía deportar a fugitivos en Hong Kong a China bajo determinadas circunstancias. Pero la semilla de las protestas en Hong Kong se remonta a décadas atrás, en el momento en que la excolonia definió lo que es hoy. En 1997, en el acuerdo firmado para el traspaso de Hong Kong a China, se incluía una cláusula inédita, una anomalía histórica: yiguo liangzhi, un país, dos sistemas. Pekín se comprometía a continuar respetando ciertas libertades económicas y políticas en Hong Kong, que durante años fue la bisagra entre China y Occidente. Pero, cuanto mayor era el desarrollo de China, mayor la presión que se ejercía sobre esta región administrativa especial. Sobre Hong Kong pende, además, un acuciante deadline, 2047, cuando expira el acuerdo de yiguo liangzhi.

 

La ley de extradición, que suponía someter a los ciudadanos de la isla al marco legal del continente, fue sólo la gota que colmó el vaso. Las primera de las manifestaciones tuvo lugar el 9 de junio y, según los organizadores, reunió a más de un millón de personas, lo que la situó como la mayor movilización desde la Revolución de los Paraguas de 2014. Las protestas fueron escalando, provocando más de 2.600 heridos y 6.000 detenciones y el 5 de agosto Hong Kong convocó la primera huelga general en cincuenta años. Un mes después, la presidenta de la región, Carrie Lam, anunció la retirada definitiva del proyecto de ley de extradición que dio inicio a las protestas pero, para entonces, los manifestantes reclamaban mucho más: un nuevo encaje con Pekín. La duración de las protestas y el impacto de la guerra comercial hundieron a Hong Kong en su primera recesión en una década. Su economía se redujo un 0,4% en el segundo trimestre y un 3,2% en el tercero, en términos intertrimestrales.

 

 

 

 

En relación al mismo trimestre del año anterior, la caída fue del 2,9%, la mayor de los últimos diez años. Las protestas motivaron el cierre de tiendas, lastraron el turismo y mermaron el consumo privado, que supone más del 70% del Producto Interior Bruto (PIB) de la región. Las llegadas a Hong Kong se desplomaron un 34,2% en septiembre, aunque en el acumulado anual se mantuvieron al alza, con un repunte del 0,2%, hasta 46,76 millones de personas. De ellos, casi el 80% proceden de la China continental. El contexto impactó especialmente en las firmas de lujo, aunque no detallan la evolución de sus ventas en la región. Pero mientras muchos comercios se vieron obligados a cerrar, otros operadores abrieron tiendas durante las protestas. Fue el caso de Sephora, que en septiembre abrió un su primer establecimiento en Hong Kong diez años después de abandonar la región.

 

La vida sigue en Hong Kong, pero los resultados de las elecciones municipales de noviembre demostraron que el descontento está lejos de aplacarse. Los comicios fueron los de mayor participación en la historia, con 2,94 millones de votos, el 71,2% del censo electoral. Los pandemócratas lograron 387 de las 452 concejalías y se refrendó la pérdida de apoyo del bloque pro China. Con todo, su competencia es limitada y se limita principalmente al ámbito local. En 2022, Hong Kong regresará a las urnas para elegir al jefe del Gobierno local, pero en esas elecciones sólo votan un comité compuesto por 1.200 integrantes, la mayoría impuestos por Pekín. Sin embargo, un relevante 10% de ese comité es designado por los concejales, lo que permitirá a los pandemócratas ejercer más presión sobre el gobierno.