Opinión

Selección natural en el sector textil, sostenible sí o sí

Selección natural en el sector textil, sostenible sí o sí

David Allo

5 oct 2022

El sector textil, es el segundo sector más contaminante del mundo, un mantra repetido hasta la saciedad. Pone el foco en el sector y da un titular. ¿Eso es útil?

 

El segundo sector más contaminante del mundo, vale, genial…. ¿En qué? ¿Cómo? ¿Donde? ¿Por qué y para qué? El resultado sale de un logaritmo que pondera los impactos de: agua, energía, químicos, residuos, explotación de recursos naturales, usos del suelo, desaparición de ecosistemas, etc. Una magnitud universal que permite compararlo con el resto de los sectores mundiales y de manera transversal a cualquier impacto. Obvio, esto no es cierto y el titular se queda sin hilar a falta de más contenido.

 

Estar en el foco genera valor y puede dar soluciones y/o su opuesto: prejuicios, sesgo o desinformación sin estructura.

Los datos enunciados en la web de la Agencia Europea de Medio Ambiente y que igualmente asustan serían los siguientes: el textil es el 4º sector responsable por consumo de materias primas después de la comida, los hogares y el transporte, 5º en emisiones. También se le atribuyen numerosos impactos en: usos de la tierra, químicos, se reciclan menos del 1% de las prendas, etc. (Agencia Europea del Medio Ambiente, 2019).

 

Todos estos impactos son independientes y hay que trabajarlos de manera sistemática y aislada, cada uno con sus magnitudes específicas y metodologías para no mezclar churras con merinas. De esto y de muchas otras cosas va la Estrategia Europea para textiles Sostenibles y Circulares (2022).

 

 

 

 

La Comisión sigue tejiendo el Green Deal (2019); circularidad, descarbonización y empoderar a los consumidores, y su hoja de ruta (Circular Economy Action Plan (2020). En este plan ponía como objetivo para el 2021 que existiera una Estrategia Europea para los textiles Sostenibles y Circulares que llegó en 2022 y no en 2021, como estaba previsto y que hace obligará a llegar al año 2030 con cambios estructurales profundos para el sector textil, no tanto para la industria (que lleva haciendo los deberes desde hace decenios) como para los retailers.

 

¿Llegaremos? ¿Dónde estarán los objetivos? ¿Sostenibilidad y competitividad de la mano? Las acciones que se plantean:

 

Diseño sostenible: Extender la durabilidad de las prendas, la reciclabilidad, información sobre la huella de producto, no uso de químicos peligrosos, etc. Esto traerá como consecuencia encorsetar por fin la palabra sostenibilidad en el sector.

 

No destrucción de stocks.

 

Introducción de información y pasaporte digital de producto para empoderar al consumidor final y dar datos reales.

Responsabilidad ampliada de productor: Apoyar para que los residuos finales tengan salida en forma de nuevas materias primas, generar segundos usos a las prendas, etc.

 

Micro plásticos: Se ponen en el foco para toda la cadena de valor hasta el uso de las prendas y las aguas residuales de lavado industrial y doméstico.

 

Greem Claims: Empoderar al consumidor, durabilidad, acabar con el Green Washing (o sostenibilidad para todos y todo), ayudar a evolucionar la Ecolabel y buscar materias primas prenda-prenda.

 

Estas acciones además vienen acompañas de otros drivers que os explicaré en otra entrada de este blog. Los que queráis avanzar ir directos a la estrategia.

 

 

 

Esta estrategia tendrá impacto en numerosos stakeholders, reguladores y controladores de vigilancia de mercado, consumidor final, responsables de compra pública, etc. Pero hay dos protagonistas: fabricantes y retail. Falta ver cómo se articularán las herramientas enunciadas y los instrumentos para llevar a cabo esta estrategia para analizar cuales serán los impactos reales. En una primera aproximación.

 

Los industriales textiles llevan años trabajando según los parámetros que marca la Unión Europea. Esto debería servir para que esta estrategia impulse la excelencia y que se posibilite discriminación positiva del desempeño ambiental y social que ya tienen los fabricantes europeos. Esto puede hilvanar una industria más resiliente y competitiva.

 

Para las marcas supondrá una revolución total y se verán quienes tienen capacidad adaptativa, los despistados y más rezagados quizás tengan que renunciar a vender en Europa. A muchos les tocará hacer encaje de bolillos y pasar del “fast fashion” a modelos más controlados en los que la fabricación y su control serán indispensables y propiciará que algunas marcas no puedan entrar en el mercado o busquen prioridades comerciales fuera del mercado europeo.

 

 

 

 

Conseguir un ecosistema textil que haga cambios profundos para pasar de una economía lineal a una circular y un sector textil descarbonizado y con pocos impactos, ese es el objetivo. Con esa transformación el sector textil pasará de ser un problema a una herramienta en lucha contra el cambio climático, la crisis de biodiversidad, condiciones socialesociedades más resilientes, empoderamiento del consumidor final y la compra verde sostenible, entre otros.

 

Esto puede ser un sueño para muchos y una pesadilla para otros. Lo que está claro es que la trama y la urdimbre que conforman legisladores y mercado van a tener que hacer modificaciones para poder operar.

 

La duda está en cuantos reparados son capaces de aguantar muchos de los actores y cuantas piezas y herramientas necesitamos para poder tejer el sector desde un prisma de excelencia ambiental y social y que en Europa no se pierda competitividad a nivel global y que este paso adelante no suponga dos atrás con posibles trampas al solitario que explicaré en una segunda parte de este artículo de opinión.

David Allo

David Allo

David Allo es el responsable de sostenibilidad de la Confederación de Industriales Textiles de España (Texfor) y del Consejo Intertextil Español (CIE). Cuenta con larga trayectoria en el sector textil, después de haber analizado más de cien fábricas de procesos húmedos en diferentes áreas industriales europeas, trabajar para diferentes marcas e industriales en clave de estrategia, desarrollo de estándares, representatividad, control de cadena de suministro, etc. En la actualidad participa en grupos de trabajo internacionales como el grupo de economía circular de Euratex o el grupo de descarbonización de la industria textil de las Naciones Unidas (Ficca), así como en el diseño y ejecución de proyectos en clave de sostenibilidad, como formador o dando asistencia técnica a industriales textiles de España para impulsarles en la búsqueda de liderazgo internacional, etc.