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Uterqüe, historia de la batalla que Inditex no logró ganar

El grupo gallego cerrará todas las tiendas de la cadena e integrará su oferta en Massimo Dutti. La historia de Uterqüe comenzó en una crisis y termina, a medias, en otra, con una facturación que no aporta ni el 0,5% del negocio de Inditex.

I. P. Gestal / P. Riaño

16 sep 2021 - 04:56

Uterqüe, historia de la batalla que Inditex no logró ganar

 

 

Era la crónica de una muerte anunciada. Inditex anunció ayer que renuncia a seguir echando gasolina a Uterqüe, cuyo tamaño (apenas aportaba el 0,4% de las ventas del grupo) no justificaba ni un equipo ni una red de tiendas independientes. La cadena no llegó nunca a volar sola del todo (ha estado siempre supervisada por el equipo directivo de Massimo Dutti), pero ahora quedará integrada por completo en Dutti, sin retail ni equipo propio.

 

Uterqüe nunca ha sido, como la mayoría de conceptos del grupo, una cadena completamente autónoma en su gestión. Ese privilegio sólo lo tienen cadenas como Massimo Dutti o Pull&Bear, tercera y cuarta del grupo por facturación y lideradas por dos de los hombres fuertes de Inditex: Jorge Pérez Marcote y Pablo del Bado, respectivamente. Además de Zara, Bershka y Stradivarius son otras de las cadenas con autonomía, gracias a sus resultados.

 

Marcote ha supervisado todos los directores generales que Uterqüe ha tenido en su historia: Costas Antimissaris, Luis Maseres y José Luis Rodríguez Moreno. Pablo del Bado, por su parte, ha pilotado también cadenas como Lefties.

 

 

 

 

Lo habitual es que cuando una cadena gana suficiente entidad, se independice también en su gestión. Algunas nunca llegan a ese estatus, como Lefties, que nunca ha sido siquiera reconocida por el grupo como una cadena.

 

Otras, como Zara Home, han terminado absorbidas bajo el paraguas de una hermana mayor (Zara, en su caso) por su sobredimensionada estructura, aunque comercialmente continúan siendo conceptos separados. Uterqüe emprende ahora el mismo camino, aunque con menos presencia: no tendrá tiendas físicas propias y sólo se vendrá online y en puntos de venta seleccionados de Massimo Dutti.

 

Uterqüe (del latín uterque, ambos) se lanzó en 2008 como una cadena de complementos y accesorios. A cierre de ese ejercicio, la cadena contaba ya con 31 establecimientos en España, Portugal y Grecia, y su lanzamiento “superó las expectativas previstas”, según aseguraba Inditex en su memoria anual de aquel año.

 

 

 

 

La cadena nació con un posicionamiento ligeramente superior en precio al de Massimo Dutti y con, decía el grupo, “las mejores calidades y una exquisita atención al cliente”. Tras haber alejado con éxito la marca Zara de la idea de “moda barata” y haber puesto un pie en un segmento más alto con Massimo Dutti, Inditex iba a por el más difícil todavía y puso toda la carne en el asador, aún a costa del beneficio.

 

A cierre de 2009, Uterqüe tenía ya 57 tiendas en once países y facturaba 44 millones de euros, aunque con un ebit negativo. Un año después, la cadena diversificó con el lanzamiento de una pequeña colección para hombre, Uterqüe for Men, también de calzado y complementos, que se discontinuó poco después.

 

En 2011 llegaría la venta online, el lanzamiento de una pequeña colección de ropa que con los años ganaría mayor entidad y su trasladó de Arteixo (A Coruña) a Tordera (Barcelona), donde se encuentran también las oficinas de Massimo Dutti, Oysho y Bershka y donde se ubica su plataforma logística.

 

 

 

 

Para 2012, Uterqüe contaba ya con 92 tiendas y aportaba el aportaba el 0,5% de la facturación del grupo. Nunca más superaría esa cota. En 2013 llegó el primer tropiezo: un descenso de las ventas del 4%, la única caída de todas las cadenas, y la tendencia se repitió en 2014, aunque ese año logró dejar atrás los números rojos.

 

En el último lustro, Uterqüe ha logrado recuperar algo de cuota dentro de Inditex, aportando un 0,4% de las ventas del grupo y superando los cien millones de facturación en 2018 y batiendo el crecimiento del resto de cadenas en 2019, con un alza de casi el 14%.

Pero entonces llegó el Covid-19, y todo el camino andado se borró en solo un año. Uterqüe fue el concepto más golpeado, con un desplome de ventas del 35% que dejó la facturación en niveles de 2015 y allanó el camino para su “absorción”.