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Desmontando Vivarte: cinco años adelgazando para volver a beneficios

La compañía gala, uno de los gigantes de la distribución de moda del país, ha puesto en marcha en los últimos meses su última jugada: poner en venta la mitad de su artillería para retomar la senda del crecimiento.

Silvia Riera

30 ene 2017 - 04:44

Desmontando Vivarte: cinco años adelgazando para volver a beneficios

 

La etapa de ajustes de Vivarte parece no tener fin. La compañía francesa, uno de los mayores grupos de distribución de moda del país, ha anunciado esta semana un nuevo plan para adelgazar aún más su estructura, con el que pone a la venta dos de sus joyas, la cadena de calzado André y la marca de moda femenina Naf Naf, además de continuar con el cierre de tiendas La Halle. Vivarte arrastra aún la operación de sale&leaseback (derivar el importe de la transacción a deuda de la empresa), que utilizó su anterior dueño, el fondo Charterhouse para adquirirla en 2007.

 

Cinco años después de aquella operación, la situación financiera del grupo entró en colapso ante un pasivo de 2.800 millones de euros. Entre 2012 y 2017, Vivarte ha cambiado hasta cinco veces de presidente, ha cerrado centenares de tiendas y ha puesto a la venta la mitad de su cartera de marcas.

 

La caída de Vivarte empezó en enero de 2012. El entonces presidente de la empresa, Georges Plassat salió de la compañía para fichar por Carrefour. Pocos meses después, dejó la empresa su director general, Antonio Metzer, tras doce años en ella. Entonces, el grupo facturaba 3.200 millones de euros, tenía una plantilla de 22.000 empleados, gestionaba 24 marcas y contaba con 4.500 puntos de venta en el mundo. Sólo en 2011, había puesto en marcha 669 establecimientos.

 

 

Primera reestructuración

En 2012, tomó la presidencia un ex de Lancel, Marc Lelandais, experto en retail y lujo, y la dirección general Didier Couerbe, procedente de Fnac. Pese a que la empresa inició ya su reestructuración, dio aún sus últimos pasos de expansión con la adquisición de la marca francesa Maloles. A finales de año, la política de ajustes terminó por precipitarse. Lelandais trazó una nueva hoja de ruta para encoger una red de tiendas sobredimensionada.

 

El impacto de esta primera fase de la reorganización llegó de inmediato a España, donde se Vivarte retiró del mercado la marca de moda low cost Cóctel e inició los ajustes en el calzado de Fosco, que finalmente, fusionó con Merkal. Para reconducir el negocio internacional, Vivarte reforzó su estructura con la incorporación de un ex Gerry Weber, Monique Fisher.

 

A finales de 2013, el entonces propietario del grupo, el fondo francés Charterhouse, que tomó el control de la empresa en 2007, se sentó con los acreedores para abrir conversaciones para renegociar una deuda que ascendía a 2.800 millones de euros. El primer plan para virar el rumbo consistió en inyectar más capital y utilizar la caja de la empresa para pagar a acreedores.

 

 

 

 

Sin embargo, a principios de 2014, el dueño del grupo suspendió la devolución del pasivo y se embarcó en seis meses de negociaciones con los acreedores que concluyeron con la venta de la empresa. Charterhouse, junto al equipo directivo, abandonó Vivarte, que pasó a estar controlada por las empresas de capital riesgo Oaktree, Babson, Golden Tree y Alcentra. Vivarte consiguió con este cambio de propietarios reducir la deuda en 2.000 millones de euros y ampliar el capital en 500 millones de euros.

 

 

Segunda reestructuración

Vivarte inició esta nueva etapa en 2015 con un nuevo equipo directivo, pilotado por Richard Simonin, ex directivo de LVMH, Kering y Harrods, y otro plan de reestructuración, que contemplaba el cierre de cerca de 200 establecimientos más. La empresa cerró 2015 con ventas de 2.400 millones de euros, un 25% menos que tres años atrás.

 

A lo largo de 2016, la compañía continuó soltando lastre: cerró un centenar de tiendas más, vendió su última fábrica de calzado en Francia, cerró la venta de la marca de calzado Accessoire Diffusion, puso en el mercado a otras cuatro enseñas, Kookaï, Chevignon, Pataugas y la española Merkal. Además de cambiar dos veces más de presidente en apenas seis meses: primero fue Stéphane Maquaire, ex consejero delegado de Monoprix, que reemplazó a Simonin, y poco después, Patrick Puy, procedente de Moulinex.

 

 

 

 

Tras estos ajustes, los nuevos propietarios de Vivarte se sentaron de nuevo con los acreedores a finales de 2016 para renegociar de nuevo una deuda que había vuelto a escalar hasta 1.500 millones de euros. Las medidas no se hicieron esperar y la empresa arrancó 2017 con la venta de André y Naf Naf, el cierre de otras 140 tiendas y el despido de 600 trabajadores.

 

Una vez complete la venta de las marcas que tiene en el mercado, la cartera de Vivarte quedará compuesta por Minelli, San Marina, Cosmoparis, Caroll, La Halle y Besson.

 

 

Vivarte en España

Merkal es el mayor activo que la compañía francesa tiene en el país. El grupo de calzado, uno de los mayores del sector en España (por detrás de Tempe y Camper), forma parte del conglomerado de Vivarte desde el año 2000.

 

Pese a estar en venta, Merkal es una de las compañías más saneadas del grupo galo. La empresa cerró 2014 (ejercicio finalizado en agosto de 2015) con una cifra de negocio de 131,9 millones de euros, un resultado neto de 2,8 millones de euros y una red de cerca de 230 tiendas.

 

Por otro lado, el grupo galo también está presente en el mercado español a través de las sociedades NCK y Kookai Iberia, ambas con sede en Girona y responsables de la comercialización en España de las enseñas Naf Naf y Kookai. Hace un año, la filial gerundense de Vivarte anunció la puesta en marcha de una red de tiendas denominada Fan&Ko para distribuir de manera conjunta ambas marcas.