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Brasil: bonanza económica y mejores previsiones para la novena economía mundial

El país latinoamericano, que elevó inesperadamente su PIB un 2,9% en 2023, crecerá un 2,2% en 2024, según el FMI, por encima de las previsiones iniciales. La corrupción o la seguridad pública son algunos de los retos del país.

Brasil: bonanza económica y mejores previsiones para la novena economía mundial
Brasil: bonanza económica y mejores previsiones para la novena economía mundial
La presencia de compañías españolas del sector en Brasil es reducida. Desigual y Mango salieron de Brasil en 2016 y 2013, respectivamente, y Tendam no tiene presencia en la región.

Cristina Sanchis

2 may 2024 - 05:00

Día 29 de agosto de 1825. Esa es la fecha en la que Brasil consiguió la independencia tras haber sido durante más de trescientos años una colonia portuguesa. Una guerra de dos años, una dictadura militar y seis repúblicas después, el país con mayor superficie de Latinoamérica se colocó en 2023 como la novena economía más importante del mundo, debido a un incremento inesperado del 2,9% del Producto Interior Bruto (PIB). La subida imprevista ha motivado al Fondo Monetario Internacional (FMI) a elevar sus perspectivas sobre el país. Sin embargo, la bonanza económica contrasta con la creciente falta de seguridad o la cada vez mayor desconfianza política, algunos de los retos a los que se enfrenta ahora el territorio.

 

La política ha sido, precisamente, la protagonista del país latinoamericano durante los últimos años. Cambios de signo, polarización, manifestaciones o prohibiciones podrían describir, de manera resumida, los últimos años de Brasil. Siguiendo la política trumpista, el exlíder Jair Bolsonaro estuvo al frente del país hasta finales de 2022, y el regreso al poder de Lula Da Silva ha dividido al electorado actual en bloques completamente polarizados.

 

La cuestionable gestión del Covid-19, la falta de transparencia en los medios de comunicación o el auge de las fake news a través de las redes sociales son algunos de los motivos que llevaron a la oposición de Bolsonaro a ganar los últimos comicios del país, ahora liderado por el candidato del bloque de izquierdas. La transacción de poder no fue fácil y los primeros días de 2023 estuvieron marcados por miles de bolsonaristas invadiendo lo órganos de poder de Brasilia, la capital del país, como reivindicación ante unas elecciones que no consideraban democráticas.

 

Un año después y pese a que la polarización social entre bandos políticos sigue ahí, la situación ha ido estabilizándose y la economía brasileña ha sabido sortear estas diferencias, quitándole en 2023 el noveno puesto a Rusia en el ranking de las economías mundiales. En concreto, el PIB del país se situó en 1,9 billones de euros, el triple de lo que se preveía a finales de 2022 y por encima del primer año de Bolsonaro en el poder (cuando se alzó un 1,2%). La agricultura, el petróleo y el sector servicios encabezaron esta subida.

 

 

 

 

La bonanza económica de Brasil tuvo lugar gracias a una baja inflación y un aumento en la capacidad adquisitiva de la población, una situación que contrasta con otras de las principales potencias mundiales. En 2023, la agricultura registró el mayor ascenso en 27 años, hasta un 15% más que en el ejercicio anterior. Especialmente la cosecha de cereales fue uno de los motores de la economía del país, impulsando así las exportaciones, que se elevaron un 9% en el conjunto del año.

 

La industria extractiva también disparó las ventas al exterior, especialmente motivada por un aumento de la extracción de petróleo, gas natural y hierro. En su conjunto, este sector se alzó un 8,7% en 2023. La industria brasileña, por su parte, creció un 1,6%, mientras que el sector servicios, paralizado en el periodo de la pandemia, representa el 70% de la economía del país y en el conjunto del año creció un 2,5%.

 

Pese a los resultados obtenidos en el último ejercicio, la evolución de la economía del país durante los últimos años ha ido moderándose. En 2020, el año de la pandemia, el PIB cayó un 3,3%, aunque se recuperó el año siguiente cuando se disparó un 4,8%. Sin embargo, desde 2021, la riqueza del país ha ido registrando crecimientos más contenidos. En 2022, el alza de la economía fue del 3%, en línea con la subida anotada en 2023. En la evolución de la serie histórica, el PIB de Brasil sólo ha caído en tres ocasiones (en 2015, con una reducción del 3,5%, en 2016, con una bajada del 3,3% y en 2020).

 

 

 

 

 

Tras coronarse inesperadamente como la novena economía mundial, el FMI publicó recientemente las expectativas de progreso económico que tiene para Brasil. La entidad espera que el PIB del país crezca un 2,2% en 2024, cuando el crecimiento previsto en análisis anteriores pasaba porque la economía se alzara un 1,7%. Para 2025, la entidad augura un alza de la economía brasileña del 2,1%, frente a la subida el 1,9% que pronosticaba a principios de año.

 

El FMI, que engloba a Brasil en el apartado de economías de mercados emergentes y en desarrollo (donde se encuentran economías como China, India, Rusia o México, entre otras), augura a estos países un alza del 4,1% en 2024 y del 4,2% en 2025, también por encima de las previsiones marcadas el primer mes del año.

 

En otro sentido van las previsiones del Banco Mundial (BM). La entidad también revisó en abril las predicciones que había adjudicado a las economías mundiales y ajustó algunas de ellas. Concretamente, el BM señaló las economías de Latinoamérica. Ahora, el crecimiento esperado para el conjunto de los países de Latinoamérica es del 1,6%, en comparación con el 2,7% que se pensaba anteriormente. Según explicó el BM el mes pasado, el recorte está relacionado con la contracción económica que vivirá Argentina (tras el cambio de signo y el incipiente mandato de Javier Milei, significado por sus políticas económicas ultraliberales).

 

 

 

 

 

Si el sector servicios fue una de las palancas del crecimiento del PIB de Brasil en 2023, lo es también en la creación de empleo. Según los últimos datos publicados por el Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (Ibge), el país creó en marzo 244.315 puestos de trabajo. En el conjunto del primer trimestre de 2024 el aumento fue de 719.033 personas, un 34% más que en el mismo periodo de 2023. Sólo en el sector servicios se crearon hasta 419.286 empleos en los primeros tres meses del año.

 

La construcción y el transporte también lideraron esta subida, con un alza del 3% (hasta 214.000 empleos) y del 6% (322.000 personas más), respectivamente. La agricultura, sin embardo, redujo su músculo productivo hasta un 3,5%, lo que supone 288.000 empleos menos que en los tres primeros meses de 2023.

 

En el primer trimestre del año, el desempleo se situó en el 7,9%, el porcentaje más bajo para un trimestre hasta marzo desde 2014. Con los datos de marzo, los empleados formales en Brasil ascendieron a 46,2 millones de personas (del total de 215,3 millones de habitantes del país). Además, Ibge pronostica que hay alrededor de otros 40 millones de personas con trabajo informal, lo que no se puede contabilizar.

 

En contraste con el alza de empleos, el salario medio del país disminuyó ligeramente en el tercer mes del año a 2.082 reales (379 euros), frente a los 2.087 reales (380 euros) del mes anterior.

 

 

La moda es uno de los sectores menos inflacionistas del país latinoamericano, junto con los transportes

 

 

 

El alza de los precios, que amenaza a gran parte de las economías mundiales (especialmente agravada desde el estallido de la guerra en Ucrania el pasado 2022), está completamente estabilizada en Brasil, según datos del Ibge. En marzo, últimos datos disponibles, el Índice de Precio de Consumo (IPC) se situó en 0,16%, mientras que el del acumulado del año se situó en 1,4%.

 

Esto contrasta con los datos anotados en ejercicios anteriores, en 2022 la inflación del país rondaba el 8%. Sin embargo, desde ese momento, los precios se han ido estabilizando en la mayor parte de los sectores. La educación se mantiene como el segmento más inflacionista, con un alza del 5,2% en el primer trimestre de 2024.

 

Por su parte, la moda es uno de los sectores menos inflacionistas del país latinoamericano. En el tercer mes del año, los precios aumentaron un 0,03%, mientras que, en el conjunto de los primeros meses del año, la inflación en el sector de la moda cayó un 0,28%. Sólo ha anotado valores negativos el transporte, con bajadas de los precios del 0,33% en marzo y del 0,27% en el primer trimestre.

 

 

 

 

 

La moda brasileña tiene un peso residual en las importaciones españolas. Los datos del Icex España Exportación e Inversiones muestran que, entre enero y febrero, España compró moda a Brasil por un valor de 8,05 millones de euros, lo que supone que el país latinoamericano es el mercado número 38 para España. En los dos primeros meses del año en 2024, España compró prendas por valor de 9,5 millones de euros.

 

Por otra parte, Brasil tampoco es uno de los principales compradores de moda española. El territorio ocupa el número 34, por debajo de Corea del Sur y Canadá. En concreto, en los dos primeros meses del año, Brasil compró moda a España por valor de 19,8 millones de euros, menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior, cuando compró moda por 22,6 millones de euros.

 

Tradicionalmente, Brasil ha sido uno de los mercados con más dificultad para operar para las compañías internacionales de moda debido a las altas barreras arancelarias. El fuerte proteccionismo del país también ha promovido el desarrollo de su industria local, que cuenta con gigantes del sector como Natura, Vicunha, Santista o Alpargatas.

 

La presencia de compañías españolas del sector en Brasil es reducida. Desigual y Mango salieron de Brasil en 2016 y 2013, respectivamente, y Tendam no tiene presencia en la región. Sólo Inditex, con Zara y Zara Home, opera en Brasil con 53 establecimientos, 45 de ellos de su cadena estrella, mientras que la división de hogar tiene 8 tiendas.